En 1993, al General Brigadier, José
Francisco Gallardo, la propuesta de un ombudsman militar le valió nueve años de
prisión. La defensa que emprendió para superar los barrotes militares lo
convirtió en emblema de la lucha por los derechos humanos en México y el mundo.
Han pasado 23 años y al General en retiro
no se le ha olvidado esa causa. En esta entrevista ratifica la conveniencia de
una oficina de asuntos militares para “desmilitarizar” a los poderes públicos
de México y entablar una relación más sana. Sostiene que la mexicana es una
sociedad militarizada, un factor que permitió los crímenes de Estado escritos
en Tlatlaya y Ayotzinapa en los que -dice- está involucrado el Ejército. El
General se guarda una hipótesis de la desaparición de los 43. Una que no ha
sido parte de ninguna investigación. “Los estudiantes fueron arrojados al pozo
Meléndez, un socavón entre Iguala y Taxco que no tiene fondo”.
Ciudad de México, 18 de septiembre (SinEmbargo).- En el pueblo de Puente Campuzano, entre Iguala y Taxco, se encuentra un socavón de diez metros de diámetro, pero cuyo fondo es indeterminado. Es el pozo Meléndez, un punto del estado de Guerrero que por reunir terroríficas historias durante la Guerra Sucia, también es conocido como “la trompa del diablo”. A esa oquedad se le piensa como destino de muchos perseguidos, de cientos y cientos de desaparecidos.
Este
siniestro punto del planeta está muy cerca de donde, la maldita noche del 26 de
septiembre de 2014, los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecieron.
El
ex General brigadier Francisco Gallardo tiene una hipótesis: los 43 fueron
arrojados al pozo Meléndez. “… Creo que estos jóvenes fueron tirados ahí. Con todo
y vehículos. Y desaparecieron. Es más, ahí cabe lo que quieras. Si hacen un
peritaje en las paredes puede haber cabellos, pedazos de tela, piel … Pero no
lo han hecho”, sostiene el hombre emblema de la defensa de los derechos humanos
después de permanecer nueve años en prisión, la negra historia que se inició
cuando en 1993 -el penúltimo de Carlos Salinas de Gortari- propuso la creación
de un ombudsman militar.
Con
un americano en la mano, en las oficinas de esta casa editorial, el ex General
Brigadier describe en entrevista a la legendaria oquedad. “Ese pozo ha sido
utilizado desde la Revolución. Ahí tiraban carretas, caballos, vehículos
completos, lo que tú quieras. No tiene fondo. No le han llegado al fondo. Hay
una excursión que hicieron médicos militares y bajaron 60 metros, pero no
pueden llegar a más porque no tienen equipo”.
– ¿Le mencionó usted su hipótesis a los
miembros del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes?
–
Les dije, pero no me tocaron ese punto.
-¿Le ha dicho a la PGR?
–
No. Al socavón lo tapan y lo destapan. Pero ahí está. La gente que vive por ahí
sabe de eso. Dicen que en la noche se ven cosas raras.
– ¿Puede decirse que Tomás Zerón, ex
titular de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, manipuló también la
información para que las investigaciones no llegaran al socavón?
–
Yo no tengo conocimiento que haya ido ahí ni que haya investigación. El socavón
está libre. La gente de la región sabe perfectamente qué hay ahí. Esa región
está muy socorrida por esos socavones. Si en mí estuviera, se hacía una
investigación y ahí se iban a aclarar muchas cosas.
– Usted sostiene que el Ejército tiene
crematorios clandestinos y si ello es así, ¿algún día habrá luces sobre la
verdad de los 43?
–
El Ejército tiene crematorios. Yo los conozco. A mí me amenazaron que me iban a
meter ahí. Son clandestinos. Es una cosa inaudita que estos jóvenes hayan
desparecido de la nada. Así, absolutamente. Hay prisiones clandestinas. Hay
hornos en el Ejército. Los barcos de la Armada se utilizan como cárceles
clandestinas. En Ayotzinapa lo que vemos es la actuación militar, el poder
público en poder de los militares. A mí me llamó mucho la atención cuando le
piden al Secretario de la Defensa que abra los cuarteles, y él dice, no voy a
permitir por ningún motivo que investiguen a mis militares. Sus militares. Qué
cosas, ¿no? Si es una investigación criminal, pero la Ley Militar así lo
conviene. Porque es un asunto de carácter público no militar. Si esos temas no
se aclaran, los vamos a seguir cargando.
Ejército,
responsable en el caso Ayotzinapa y Tlatlaya. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo
EL GENERAL EN SUS CAUSAS
El
martes 9 de noviembre de 1993, el General Gallardo ingresó al campo militar
número uno. Iba preso. Las acusaciones en su contra eran un bufete de delitos.
Enriquecimiento ilícito, malversación de fondos y destrucción de archivos del
Ejército. Un mes antes, el General había publicado el texto “La necesidad de un
Ombudsman Militar en México” en la revista Fórum. El tema era el corazón de su
tesis y sugería la creación de esta figura con el propósito de que regulara los
abusos dentro de la vida castrense.
En
1998, fue sentenciado por un consejo de guerra a catorce años de prisión. Le
cargaban haber vendido las 300 toneladas de avena en paca y las ocho mil pacas
de avena en greña que estaban destinadas a 228 caballos que tenía bajo su
custodia, así como la quema de documentos que demostraban el hecho. Después,
otro consejo de guerra lo condenó por enriquecimiento ilícito y le dio otra
pena de catorce años que no fueron acumulables a la primera sentencia debido a
un amparo.
– Si la desgracia se inició así, ¿usted
cree que aún es conveniente la figura del ombudsman militar?
–
La idea de uno, como el que yo propuse hace 21 años, tiene que ver directamente
con el tema de la defensa de los derechos de los soldados. Pero la idea yo la
quiero actualizar. En México no existen relaciones civiles de carácter
democrático; entonces, lo que yo quiero hacer es una oficina de asuntos
militares.
Quiero
hacer una oficina de asuntos militares que va a establecer una relación de la
Defensa Nacional con los poderes públicos. Es decir, el Poder Ejecutivo en su
rama militar será a través de una oficina. Esta oficina haría un vínculo con el
Congreso, con las otras instituciones del Estado. Dependería de la Cámara de
Diputados. Aquí hay algunas peculiaridades. Esta institución tendría la
facultad, entre otras cosas, de proponer reformas a la legislación militar para
que el Ejército Mexicano se convierta en una institución de Estado al servicio
de la Nación. (El Ejército quedaría) apartado de los vaivenes políticos en el
tema, por ejemplo, de las elecciones. En cada elección presidencial al Ejército
Mexicano se le encomienda la transportación del paquete electoral, la logística
de la distribución de esa paquetería y luego la intromisión en la supervisión y
la seguridad. Lo más grave del asunto es que después de las elecciones se le
encomienda cuidar la paquetería electoral. Ya vimos que eso tiene muchas
decisiones graves. Lo vimos en la elección de Calderón-AMLO en donde el
Ejército permitió que esa paquetería electoral fuera manipulada por los
partidos políticos.
Llega
la paquetería electoral a instalaciones que maneja directamente el INE. El
Ejército está resguardando la paquetería electoral y por detrás están entrando
los partidos políticos y los manipulan. El Ejército ha permitido esas
condiciones. Lo que tenemos que hacer en las próximas elecciones es que el
Ejército no se entrometa en esos asuntos.
– ¿Ha ocurrido así históricamente?
–
Históricamente ha sido siempre. Yo era Capitán del Ejército, en la elección
donde por primera ocasión, el PAN gana una elección local en Chihuahua. A mí me
mandan a cuidar la paquetería electoral y entonces trata de entrar la gente del
PRI a manipular esa paquetería porque en esa ocasión sí ganó el senador Barrio
(Francisco Barrio) pero se la dieron a otra persona. Por lo menos en el tiempo
en que yo estuve de servicio, que dura 12 horas, no se pudieron meter. Pero se
metieron después.
– ¿Cómo funcionaría la oficina del
ombudsman?
–
El Ejército debe estar apartado totalmente de eso. No debe entrometerse. Esta
oficina del ombudsman militar iba a impedir estas situaciones. Así, el Ejército
Mexicano no se metería en asuntos de carácter político. Si esa institución
estuviera como en aquella ocasión que yo la propuse ahorita el Ejército no
estaría señalado por violaciones graves a los derechos humanos. En aquella
ocasión yo puse como ejemplo la matanza que hizo el Ejército en 1990 en la que
se ejecutan a 10 jóvenes egresados de las escuelas judiciales y que estaban
trabajando en la PGR. Se pierden dos toneladas de droga se extravían dos
millones de dólares y se fugan los narcotraficantes. Son encarcelados los
militares, pero no hay ningún responsable.
Incluso
manifesté el asunto de aguas Blancas, en donde hubo un asesinato de 17
campesinos que lo único que querían era hacer una manifestación en el Gobierno
de Guerrero. Pero a mí me acusan de
difamación. Y yo no estaba difamando nada. Yo estaba poniendo el ejemplo de una
institución que debe funcionar para evitar esas situaciones. A partir de ese
asunto que ocurrió en 1990 cuántas cosas hemos visto. El Charco, El Bosque, Acteal,
las ejecuciones de Ocosingo cuando el levantamiento zapatista, Tanhuato,
Tlatlaya, la desaparición de los 43. Si hacemos una revisión, el Ejército tiene
metida la mano ahí. El asunto de Tlatlaya y Ayotzinapa son crímenes de Estado
que están apoyados por El Ejército.
Vivimos
una sociedad militarizada. ¿Por qué se da esto? Después de la Revolución sucede
un hecho que se conoce como la lucha de facciones en donde hay una disputa
entre el poder civil y el poder militar porque los comandantes militares tienen
cotos de poder, no hay un control, y entonces los caudillos revolucionarios
invocan a hacer un partido político que no tienen que ver con los partidos
políticos tradicionales europeos.
La
creación de un partido político de Estado tiene por objeto confrontar al poder
militar no la participación social, no la participación ciudadana. Ha habido
coyunturas que nos han permitido hacer esos cambios, pero el mismo poder
político no lo ha permitido.
– ¿Una figura de ombdusman militar sería
la clave?
–
Esa institución que yo propongo debe ser de Estado, que trascienda a cualquier
periodo electoral o cualquier figura o nombre de ciudadano político. Yo juré
como militar tutelar de la institución presidencial. No a Peña Nieto, no a
Calderón, no a Salinas. Un sistema presidencialista se ha desbordado en contra
de la sociedad. Vivimos una crisis gravísima. Estamos ante un colapso del
Estado. (El ombudsman) sí abonaría a ello. Ahora, ¿quién sería el obdusman?
¿Quién tendría esa calidad moral para ser esa institución y ser el mediador
entre el poder civil del Estado y el poder de los ciudadanos? Sí hay hombres
que pueden serlo.
Tuvo que ser un Juez, y no la PGR, el que ordenara indagar a fondo el caso Tlatlaya, dicen abogados
Tuvo que ser un Juez, y no la PGR, el que ordenara indagar a fondo el caso Tlatlaya, dicen abogados
LA POLÍTICA Y UN GENERAL
Cuando
tomó la vida castrense, tenía 15 años de edad. Era 1963 y cuenta que empeñó la
honra y el honor al Ejército como institución. LLegó a ser General Brigadier.
En 2015, su nombre volvió a la escena pública. Fue el candidato a la
Gubernatura de Colima por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), la
única plataforma en la que, dice, puede confiar.
– ¿Usted cree en la democracia, pero no
en los partidos políticos?
–
Los partidos políticos mexicanos son instituciones de Estado que están apoyados
en la Constitución. En lo que yo no creo es en las personas que están en los
partidos políticos. Cuando estuvimos con el debate con el asunto de las
resoluciones que emitió la Suprema Corte 37 a mi favor, nos fuimos a las
Naciones Unidas y a mi favor. Entonces yo tengo una reunión con un General del
Ejército. (Me dijo): tú debes proteger al Ejército porque eres General. Tú
debes defender el honor porque el Ejército te hizo hombre.
A
ver, espérenme tantito, respondí. Yo no estoy increpando al Ejército como
institución los estoy increpando a ustedes que están violando la Ley, que están
violando la Constitución, que están violando la Ley de Disciplina militar y el
Código de Justicia militar. Lo que tenemos que hacer es sacar a todas estas
personas simuladoras, mentirosas traidoras que lo que han hecho durante toda
esta carrera es lucrar con los puestos políticos. “La política es sucia. Por
decir lo menos es corrupción”, me decían. Espérenme, la política es una ciencia
que nos permite a los ciudadanos una partida social, una convivencia social
para ponernos de acuerdo y desarrollarnos.
– Entonces, ¿qué le está pasando a este
país? ¿Se entrampó en una inercia de traumas irresueltos y se enfermó de
corrupción?
–
Tenemos un problema muy grave y yo daré mi opinión. Lo que hemos vivido en
México es que no hemos sabido procesar las situaciones coyunturales. Un
ejemplo: el año que entra cumplimos 50 años de la tragedia de 1968.
No
hemos sabido procesar esos puntos de quiebre. Uno de ellos es por qué no hay
ningún militar procesado por el movimiento del 68. Seguimos avanzando. Y viene
la coyuntura de 1988.
Yo
he platicado con el senador Bartlett. (Le he dicho que) yo entiendo esa parte
de la historia, que yo entiendo la situación, de por qué se cayó el sistema.
Aquí lo que no entiendo y yo se lo dije al Ingeniero Cárdenas es por qué el
Ingeniero Cárdenas cedió.
– ¿Y qué quería que hiciera, General?
–
(Que dijera): No acepto la negociación. No acepto la negociación y punto. Él
negoció con el poder. El día que me fue a visitar a mi celda en 2001 o 2002,
que me llevó discos y libros, le hice dos preguntas. Le dije: Ingeniero, ¿por
qué usted no defendió su elección en 1988 si tenía el apoyo del Ejército
además?¿Por qué usted se va como candidato a la Presidencia siendo Jefe de
Gobierno? La gente votó por usted para que fuera Jefe de Gobierno no para que
fuera candidato a la Presidencia. Usted debe terminar su gestión.
– ¿Qué le contestó?
–
Nada. Se quedó mudo. No me dijo nada.
Y
así seguimos.
– ¿Le aceptó que había negociado?
–
Lógico. Y así nos podemos ir viendo las coyunturas y no las hemos sabido
aprovechar. Las firmas que hizo Salinas, del TLCAN; la de Fox del ASPA; luego la de Calderón con la
iniciativa Mérida y Peña Nieto con el TPP nos han ido quebrando. Y ahí
seguimos. Hasta llegar a Ayotzinapa.
– ¿Por qué se incrementó la violencia en
este país?
–
Porque hay un rompimiento del tejido social y del orden constitucional del
Estado. En México no existe un sistema de inteligencia. Tenemos que hacer un
sistema de inteligencia de Estado, no de Gobierno de Estado, sea civil no
militar, los militares tienen una función importante, pero no civil, ellos
tienen encomendada la defensa nacional del estado. La política la debe emitir
el Congreso. Pero son traidores todos. Una vez que se haga esto se debe
restituir la Constitución en donde los poderes públicos respeten la ley.
Peña Nieto llega por un fraude
electoral. La Auditoría Superior de la Federación detecta que rebasó los topes
de campaña con 13 millones de pesos y ahí estuvieron metidos Cervantes y
Lozoya. ¿Cómo es posible que quieran tener autoridad cuando la autoridad es
ilegítima?
LA DEFENSA DEL GENERAL
En
Ayotzinapa lo que vemos es la actuación militar, el poder público en poder de
los militares: Gallardo Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo
Tiene
el premio “Preso de Conciencia” que le dio Amnistía Internacional y el de “El
Ombudsman Militar en Prisión” brindado por el Consejo Nacional de Ong`s en el
52 Aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 2001. Los
galardones los recibió en prisión. Estaba en el camino de esa defensa cuyo
proceso lo convirtió en ejemplo de la defensa de los derechos humanos en México
y el mundo. Fue un preso. Hoy, para todos, es el General Gallardo.
– Usted, ¿cómo logró defenderse?
–
Lo que no pudo hacer el Ejército aunque hubiera querido es violar la Constitución.
Ellos lo pueden juzgar en lo interno. Si se agota el recurso interno militar yo
me puedo ir a amparo ante las autoridades civiles, y tuve 37 amparos a favor.
– ¿Sintió miedo?
–
¿Miedo? (exclama y se estremece). Pues sí. Afuera de mi celda se pusieron a hacer una revoltura con cemento
y con tambos. ¿Qué piensa usted que van a hacer? Me matan, me meten a los
tambos y me tiran al mar. Y rumm se desertó, se suicidó.
Cuando
yo tenía las amenazas que me iban a detener yo hice varias cartas y le dije a
mi familia, si un día no me reporto a tal hora, esas cartas las ponen en el
correo, sin decir nada. Nomás van al buzón. Entonces a mí me encarcelan y a los
tres días sale a la luz pública (el caso) en la revista Proceso.
Primero hicimos una estrategia de defensa,
de logística. Primero, ¿con quién me estoy enfrentando? Con el Ejército y con
el Estado Mexicano. Y con Salinas. Empezamos a hacer una estrategia. Empezamos
a meternos a los medios. Hubo una cosa que a mí me benefició. Yo tengo muchos
amigos de la Universidad, me conoce mucha gente. Y dijeron, ¿el profesor dónde
está? Lo metieron al bote. ¿Pues qué hizo? En ese entonces estaban apenas en
pañales las ONG. El que primero toma mi caso fue don Emilio Krieguer que hizo
un libro en defensa de la Constitución. Le dijo a Marie Claire (Acosta), ve el
caso de ese militar de qué se trata. Y todas las ONG creían que era una
maniobra para infiltrar al Ejército en las ONG. Conforme fuimos avanzando se
dieron cuenta que no era eso. Y dijeron, ¿oye, en dónde está soportada tu
tesis? En una tesis de maestría y aquí está.
–
Se dice que usted era muy ordenado …
–
Guardé todo. Mi abogado me decía oye, necesito este papelito. … Y me decía, no
puede ser que tengas eso. Tengo la credencial de cuando fui a hacer el examen
de ingreso. Todos los trámites de la Universidad. Tengo todo.
–¿Por qué contra usted?
–
¿Por qué hay ese encono conmigo? Primero porque yo traía pleitos con el
secretario de la Defensa (Rivielo Bazán) desde que era cadete. Él nos robó
nuestros anuarios, nuestros años de graduación, nos cobró por los exámenes.
Seguimos caminando y tuvimos confrontaciones cuando él era general y yo era
teniente coronel. Una vez me llamó a su oficina y me leyó la cartilla. Me dijo
(al referirse a su tesis) no es tuyo. Y le dije: no mi General. Esa tesis es un
trabajo de muchos años. Yo tengo años buscando cómo podemos reformar al
Ejército. Me dijo: ¿Entonces no la retira? Respondí: No la retiro. De ahí me
fui a la cárcel.
Y
dije, se le va a pasar el coraje. Fue un berrinche que luego se hizo grande. Me
decían, no te pelees con el Secretario, dile que te perdone y ahorita te deja
ir. Mira, mándale una carta. No. No firmo nada. A mí no me tiene que perdonar
de nada.
En
2018 quieren dar más a Semar, Sedena, SRE, Segob, INE, diputados, senadores… y
para la salud, 0.09%
(SIN EMBARGO/ LINALOE R. FLORES/ SEPTIEMBRE 18, 2017, 12:05 AM)
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