La vinculación de Emilio Lozoya Austin con el caso de
corrupción de Odebrecht, que ha salpicado a altos funcionarios e incluso a
presidentes y ex presidentes de América Latina, es un nuevo capítulo de dudas y
opacidad que se suma a los acumulados durante décadas en torno a la otrora
poderosa Petróleos Mexicanos.
Muchas de esos casos han recaído en la cabeza de la
petrolera mexicana, y en el encargado directo de colocarlas ahí: el Presidente
de la República en turno.
En este último escándalo, fue Peña Nieto fue quien
colocó a Lozoya Austin en la ahora Empresa Productiva del Estado, un
funcionario que salió de la petrolera en medio de un escándalo de presunta
corrupción en torno de OHL [la compañía de la que Lozoya fue consejero y accionista]
y por el derrumbe financiero de la empresa, que esta administración achaca a la
crisis internacional de los precios del petróleo.
La corrupción, un hecho grave en sí mismo, no es la
única razón de que Pemex esté hoy en su peor momento operativo y financiero,
sino también las malas maneras en que los últimos seis directores han
administrado la emblemática empresa nacional; una historia que no es reciente y
que, de acuerdo con analistas, ha tenido el interés común de desaparecer a las
compañía más importante del Estado mexicano.

Ciudad de México, 19 de
agosto (SinEmbargo).– En los últimos 17 años, seis hombres se han encargado de
dirigir Petróleos Mexicanos (Pemex). En ese lapso, esos seis funcionarios han
sido parte activa de la debacle en que hoy se encuentra prácticamente toda la
industria petrolera mexicana.
Y en estas historias
paralelas destacan las acusaciones de presunta corrupción contra esos
directores generales, quienes a su vez han sido designados por tres presidentes
[los panistas Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa, y el priista
Enrique Peña Nieto], y han salido de un Pemex cada vez más debilitado sin
sufrir daños mayores.
Además, en esos 17 años,
todos ellos convivieron con un mismo personaje: el líder de los trabajadores
petroleros y también Senador priista Carlos Antonio Romero Deschamps.
Romero Deschamps asumió como
dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana
(STPRM), en 1996, luego de que Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, fuera
detenido acusado de diversos crímenes por el Gobierno del ex Presidente Carlos
Salinas de Gortari. El líder petrolero ha sido reelecto en cuatro ocasiones
consecutivas, y su actual gestión como representante de unos 200 mil
trabajadores concluirá el próximo año.
En este contexto, la campaña
publicitaria más reciente de Pemex se basa en los argumentos de por qué la
empresa debe aliarse a empresas extranjeras, objetivo prioritario de la Reforma
Energética, que abrió la industria petrolera mexicana a las manos de los
privados.
“En el Golfo de México hay
mucho petróleo. Pero si marcamos la frontera entre las aguas mexicanas y las de
Estados Unidos, verás que allá hay muchas más plataformas petroleras porque se
asocian con empresas de todo el mundo. Ahora en Pemex estamos haciendo lo
mismo: unirnos a empresas igual de grandes que nosotros para producir más”,
plantea.
Un ejemplo de esto, describe
dicha campaña, es el Campo Trión, un yacimiento que fue encontrado por
ingenieros mexicanos a más de 4 mil metros sobre la superficie.
“Los retos de producir a esa
profundidad son tan grandes que ninguna lo hace sola. Por eso en Pemex, como en
las mejores compañías petroleras, vamos a sumar tecnología y conocimiento con
otras empresas. Con alianzas como ésta, vamos a obtener más petróleo y generar
más beneficio para todos los mexicanos”.
Y remata: “Somos un nuevo
Pemex. Y tenemos la energía”.
El video, que está en el
canal de YouTube de la compañía, comparte espacio con otros títulos como “Luz a
Bajo Costo” y con varias entrevistas a José Antonio González Anaya, el actual
director de la compañía.
Sin embargo, la razón por la
que Pemex tiene que recurrir a empresas extranjeras es porque sus condiciones
financieras, de acuerdo con analistas, no le dan más que para ser un aprendiz.
Pero esa situación, que se
agudizó en los últimos 17 años, no siempre fue la misma.
La producción de Pemex cae a su nivel
más bajo no sólo con Peña, sino desde que se tiene registro
ABUNDANCIA Y MALA ADMINISTRACIÓN
La industria petrolera
mexicana tuvo el dinero suficiente para entrar a ámbitos como el de la
refinación, la petroquímica, la producción de gas natural, disminuir
importaciones y aumentar los niveles de producción. Pero contrario a ello, se
apostó por la deuda.
Uno de los datos más
recientes muestra que la producción de crudo cayó en agosto a su peor nivel de
la historia de Pemex. La producción petrolera bajó del soporte de los 2
millones de barriles crudos al día.
El caso de Emilio Lozoya abre
los cuestionamientos respecto al manejo de una empresa fundamental a nivel
nacional. En su caso es la segunda empresa con la que se le relaciona; la
primera fue OHL y ahora Odebrecht. De la primera fue parte del Consejo de Administración
hasta antes de iniciar en el puesto gubernamental y se le acusó de haber sido
un operador directo de la empresa con Pemex y la Comisión Federal de
Electricidad (CFE).
En la carpeta de PGR no hay ni una
prueba: Lozoya; la casa la compré con mi trabajo, dice
“El daño a la hacienda
pública y el daño a la sociedad puede ser terrible, porque al final del día son
capitales públicos son los que están en juego por actos de posible corrupción.
Y ahí están los malos manejos. Sin embargo, en dado caso de que se demuestren
los actos de corrupción en materia administrativa y penal [contra Lozoya
Austin], desgraciadamente la norma jurídica no alcanza a sancionar como se
debería este tipo de actos que tanto laceran a la sociedad mexicana”, comentó
en entrevista la doctora Lizbeth Padilla Sanabria, investigadora y académica de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Pero antes del escándalo de
Lozoya, otros directores generales también estuvieron en el ojo del huracán.
A Raúl Muñoz Leos, quien
dirigió Pemex de 2000 a 2004, le tocó la abundancia del repunte de los precios
de petróleo de 18.61 dólares por barril a 53.04 dólares. Pero fue durante su
administración que se firmó un convenio con el Sindicato de Trabajadores
Petroleros de la República Mexicana, de Romero Deschamps, por el que se le
transfirieron mil 724 millones de pesos.
Ese dinero fue a parar a la
campaña del priista Francisco Labastida Ochoa en el año 2000, y así se creó el
llamado Pemexgate.
Luego de meses de silencio,
Muñoz Leos reapareció y reclamó directamente a Vicente Fox el no haber tenido a
Pemex dentro de sus prioridades de Gobierno.
En Romero Deschamps se explica el Pemex
hundido, dicen analistas
A Muñoz lo sucedió Luis
Ramírez Corso, de 2004 a 2006, queien de acuerdo con una investigación de la
revista Proceso, presuntamente entregó 280 contratos a su propia empresa: Solar
Turbines .
Jesús Reyes Heroles González
Garza fue director de la petrolera de 2006 a 2009. Él fue criticado por las
pérdidas de Pemex derivadas del robo de combustible y por decir que no había
dinero para invertir en exploración. Por otro lado, fue señalado por encaminar
a su empresa Grupo de Economistas Asociados (GEA) para obtener contratos de
Petróleos Mexicanos.
Reyes Heroles González también
formó parte de OHL México, en calidad de Consejero Independiente.
Juan José Suárez Coppel
dirigió Pemex de 2009 a 2012. Su administración se caracterizó por los gastos
que realizó en sus viajes por Londres, Madrid y Nueva York. Luego, la empresa
de la que provenía, Jacobs Engineering Group, obtuvo por contratos 2 mil 500
millones de pesos para poner en funcionamiento 18 plataformas.
Del año 2000 al 2012 –cuando
los panistas Calderón y Fox ocuparon Los Pinos– Pemex le dio al país 7 billones
753 mil 200 millones de pesos, que fueron producto del repunte en los precios
del petróleo, tras un periodo de caídas posteriores a la euforia de la década
de los setenta.
En 2007, el precio del barril
de petróleo registró un precio de 69.90 dólares y en 2008 se ubicó en 95.80
dólares en promedio.
Aunque durante la crisis
financiera de 2009 bajó a 63.34 dólares, para el siguiente año se fijó en 78.73
dólares por barril. Ya en 2011 incluso rebasó los 100 dólares por barril, y
justo es en ese año cuando reportó su precio más alto: 106.56 dólares por cada
barril de crudo.
Ni con esas bondades, el
Presidente Calderón estuvo dispuesto a ceder dinero a la empresa para su
modernización pues, de acuerdo con los analistas, el objetivo era claro:
abandonarla a su suerte para dar entrada a la reforma privatizadora.
Todavía, en diciembre de
2012, Enrique Peña Nieto recibió Pemex con un barril de petróleo que se
mantenía en los 105.89 dólares. Durante su primer año de administración se
mantuvo en 100 y después pasó a 87.22 dólares, para prolongar su caída a 43.58
dólares promedio en 2015.
En los siguientes meses, el
barril de petróleo llegó a costar 18 dólares.
Esto no hizo sino acelerar la
deuda. Los pasivos de Pemex, a finales de 2015, fueron de más de 100 mil
millones de dólares y sus pérdidas trimestrales ascendieron a los 22 mil 400
millones de dólares.
La pérdida neta fue de 97.7
por ciento, es decir 521 mil 607 millones de pesos, mientras que el año previo
había reportado 263 mil 819 millones de pesos.
En contraste, la cifra
preliminar de lo que Pemex le ha dado a la administración peñista podría
situarse en 1 billón 570 mil 034 millones de pesos.
En los últimos 17 años, el
dinero obtenido por el Estado mexicano a través de Pemex es de 9 billones 323
mil 234 millones de pesos.
“Desde el punto de vista técnico,
hay muchas cosas que hoy en día podemos criticar de la administración de Lozoya
y sobre todo por el manejo que hicieron y el talento que demostraron en la
administración de una empresa emblemática para México”, comentó Arturo Carranza
Solana, socio consultor de Solana Consultores.
ADMINISTRACIÓN FALLIDA
En entrevista con SinEmbargo,
Carranza Solana comentó que resulta complicado saber qué hubiera sido de Pemex
bajo otro tipo de administraciones, ya que además también se deben tomar en
cuenta la crisis de los precios del petróleo de finales de 2014, que le pegó a
todas las petroleras y sobre todo a las más grandes.
Y, sin embargo, en el
reciente caso de Emilio Lozoya se encuentran aristas que también se reconocen
en otras administraciones de la petrolera.
“Queda la impresión de que la
administración de Emilio Lozoya se tardó en reaccionar a esta crisis de los
precios bajos del petróleo. Y no solo dio la impresión: ha sido acreditado por
las calificadoras internacionales que Pemex se tardó en reaccionar, sobre todo
en lo que tiene que ver con el ajuste a su presupuesto y sobre todo con los
ajustes relacionados con la plantilla laboral. Dio la impresión de que la
reacción fue lenta ante la crisis internacional”, dijo.
Además de esto también
mencionó que la administración de Lozoya no supo acreditar con argumentos
válidos algunas inversiones que realizó, por lo que unas fallas tienen que ver
con la reacción a la crisis y otra con la poca argumentación que realizó de sus
compras y que fueron impactos en Pemex que la colocaron en una posición frágil.
“En el manejo financiero de
la empresa en los primeros tres años de Peña Nieto, se implementó una
estrategia de financiamiento muy agresiva que resultó prejudicial y poco
oportuna con la caída de los precios. Hay ciertas cosas que hoy permiten ver
que lo que faltó fue experiencia y talento en el manejo de la empresa en los
primeros tres años. Luego, la estrategia tan agresiva que se hizo en cuanto el
endeudamiento terminó por afectar mucho. Con un sentido de mayor prudencia no
hubiera pasado”, sostuvo.
Lozoya pagó al contado una casa de 38
millones poco después de cerrar la campaña de EPN en 2012
SIN CASTIGO PARA DIRECTIVOS
De los seis administradores
de Pemex en los últimos tres sexenios, sólo Muñoz Leos fue inhabilitado por 10
años, el resto encontraron otros campos para seguir en el ramo como Ramírez
Corzo, que obtuvo una plaza en la empresa Oro Negro y ganó un proyecto para la
construcción de cuatro plataformas marinas.
De acuerdo con la doctora
Padilla Sanabria, en materia administrativa, una de las sanciones más
importantes y que cabe en el caso de Odebrecht, es que están implicados
servidores públicos que se pueden hacer acreedores a una inhabilitación que va
de uno a 20 años.
Explicó que en este caso y
con el Nuevo Sistema Penal Acusatorio, la inhabilitación sería periódica, el funcionario tendría que ir a
firmar cada 20 días o cada mes, independientemente de las razones por las que
se les acusó de corrupción.
“Este tipo de personas
[funcionarios de Odebrecht] hacen un análisis de riesgo. A nivel internacional
analizan los países que menos problemática tienen en cuanto a una norma
estricta. En México hay normas endebles, liquidas y como la corrupción
prolifera entonces pueden cometer sus fechorías porque pueden corromper a los
servidores públicos. El Sistema Anticorrupción no alcanza a castigar con
severidad estos asuntos […] pero si no hay pruebas no se puede demostrar el
delito; el cliente sale libre y ese es un problema para nosotros los ciudadanos
porque la corrupción se convierte en un gran negocio y ya vimos que no solo a
nivel local, sino internacional”, concluyó la académica de la UNAM.
(SIN EMBARGO/ DANIELA
BARRAGÁN/ AGOSTO 19, 2017, 12:05 AM)
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