
Las
posibilidades de que esta alianza se concrete son mayores a las posibilidades
de que gane la presidencia de la República, lo que hace levantar sospechas de
que el PRI, con su infinito y retorcido colmillo, sea quien esté auspiciando
desde las sombras este amasijo ideológico-político que terciara la votación,
sacándolo del lejano cuarto lugar en el que hoy se encuentra, y metiéndolo de
nueva cuenta en una pelea de la que hoy por hoy, está fuera.
Las
cuentas alegres de los aliancistas, sin embargo, no deberían ser tan alegres.
Al tratarse de una alianza de cúpulas, las principales resistencias están al
interior de sus propios partidos, pues hay corrientes importantes tanto en el
PRD como en el PAN, que no están de acuerdo con esta lanzada.
Militantes
de Izquierda e Izquierda Democrática Nacional, entre otras corrientes del PRD
no ven con buenos ojos la alianza. En el PAN, el calderonismo concentra la
principal oposición, ya que una alianza de esta naturaleza dejaría sin la
candidatura a Margarita Zavala, algo que no podrían permitirse.
De
acuerdo con el ex dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, la alianza es
posible en tanto que son más las coincidencias que las diferencias, pues sólo
hay dos temas en los que no coinciden del todo: el energético y el de la
interrupción del embarazo, mientras que en otros sí están de acuerdo, tal es el
caso del combate a la corrupción, el impulso a la democracia, el federalismo y
el respeto a los derechos humanos.
Los
envidiosos dirán que esos temas, además de ser generalidades sin tiempos
programáticos ni acuerdos concretos, son justamente los ejemplos más flacos del
ejercicio de todos los partidos como gobierno y donde la suma de complicidades
sólo ha servido para mantener el estado de cosas en un país cruzado por la
corrupción, la antidemocracia, el centralismo y la violación sistemática de los
derechos humanos.
No
hay ningún elemento a la mano para suponer que, por ejemplo, en materia de
financiamiento a esta alianza, se disipen los vicios otrora patrimonio del PRI,
y hoy profundamente arraigados en el resto de los partidos. Por citar uno: el
de la canalización de recursos públicos desde gobiernos estatales para
financiar campañas electorales, fuera de los legalmente establecidos por los
organismos electorales.
El
asunto no es menor. En la reunión de ayer estuvieron presentes el gobernador de
Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera; el de Michoacán, Silvano Aureoles; el
de Tabasco, Arturo Núñez y el de Morelos, Graco Ramírez, todos del PRD.
Por
el lado del PAN, estuvieron José Rosas Aispuro, de Durango y Javier Corral, de
Chihuahua.
El
volumen de dinero que desde esos cinco estados podría orientarse a la campaña
presidencial de su candidato, no es para nada despreciable.
Ahora
bien, ¿quién podría encabezar esa candidatura?
Miguel
Mancera, Silvano Aureoles y Ricardo Anaya la quieren, aunque han manifestado
que estarían dispuestos a declinar “en aras del interés nacional y dejando de
lado los intereses personales”, lo cual es una frase encantadora en su oquedad.
La
única mujer que participó en la reunión de ayer fue Alejandra Barrales, la
dirigente nacional del PRD que, antes de aspirar a la candidatura, tendría que
explicar convincentemente (lo cual no ha hecho) su enriquecimiento
inexplicable. Su condición de militante de una izquierda que reparte tortas y
frutsis en las plazas públicas, mientras toma champagne y botanea caviar en sus
departamentos de súper lujo en Estados Unidos.
¿Podría,
Manlio Fabio Beltrones ser el candidato de esa alianza? Quién sabe. Pero si
alguien ha venido insistiendo, antes que cualquiera de los personajes de esta
reunión, en el tema de los gobiernos de coalición, es precisamente el ex
gobernador sonorense.
¿Que
es priista? Sí. Pero eso, antes que una desventaja, suma puntos a su favor,
sobre todo porque los dos grandes partidos de esta alianza, el PAN y el PRD,
cuando han ido juntos en elecciones estatales, han postulado como sus
candidatos a reconocidos militantes del tricolor, que por una u otra razón
(generalmente su exclusión como candidatos), han abandonado las filas del PRI.
En
Puebla, Rafael Moreno Valle; en Oaxaca, Gabino Cué; en Nayarit, Antonio Echavarría en Nayarit; Mario López
Valdez en Sinaloa; Miguel Ángel Yunes en Veracruz; Carlos Mendoza Davis en Baja California Sur,
por citar algunos, todos han sido priistas que encabezan alianzas del PRD y el
PAN.
José
Antonio Gali Fayad, actual gobernador de Puebla por el PAN, también fue
priista. Salvo Javier Corral, de Chihuahua y Francisco García Cabeza de Vaca en
Tamaulipas, el PAN ha ganado elecciones estatales, la mayoría en alianza con el
PRD, postulando a priistas “redimidos”.
La
pregunta que debemos hacernos a estas alturas, es si en esos estados donde el PRI ha perdido gubernaturas frente a
priistas postulados por el PAN y/o el PRD, las cosas han mejorado.
Sonora
es acaso el ejemplo más a la mano. Después de 80 años de gobiernos priistas, el
PAN postula a un ex priista como candidato: Guillermo Padrés. Y gana la
gubernatura. tico, porque basta saber que el señor est rente a priistas El
resultado de su gobierno mejor ni se los platico, porque basta saber que el
señor está en la cárcel acusado de lavado de dinero y delincuencia organizada.
¿Tendrían
“Los Chuchos” del PRD o los panistas de Ricardo Anaya (hoy reencontrados con
Madero y Corral), algún prurito en postular a Manlio como candidato de su
alianza?
¿Tendría
Manlio algún inconveniente en encabezarla, si el Grupo Atlacomulco no le cumple
sus expectativas de postular a Osorio Chong, o a él mismo?
En
la política mexicana, como en la dimensión desconocida, todo puede suceder.
II
Y
en temas locales, buenas noticias para el poniente de Hermosillo, donde el
gobierno del estado acaba de anunciar una inversión de 4 millones de pesos para
evitar se repitan historias de anegación de privadas residenciales como Villa
de Parras, Zinfadel, Tokay y Perlette.
Se
trata de construir un colector pluvial que resuelva problemas de inundaciones
en esa zona residencial, donde anteriores gobiernos (lo siento, pero hay que
decirlo, panistas, hicieron las cosas con las patas. Al estilo.
Hay
que mencionar que esta obra fue exigida por los vecinos del sector, a partir
del anuncio de la construcción del Hospital de Especialidades, que incluye
inversiones por 440 millones de pesos (hoy 444 millones), en vialidades y obras
pluviales.
Buen
ejercicio de consulta ciudadana y concertación con los vecinos, para mejorar la
calidad de vida en ese sector, que se vio seriamente dañado con las lluvias de
la semana pasada y que evidenció la falta de planeación urbana en esa zona.
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(DOSSIER POLÍTICO/ARTURO SOTO MUNGUÍA
/2017-08-07)
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