Huyen del clima generalizado de violación a sus
derechos, violencia e impunidad
Durante 2016, más de 4 mil
personas del estado dejaron sus hogares por la ola de violencia.
El municipio de Badiraguato
fue el más afectado por los enfrentamientos que se registraron entre el Cártel
de Sinaloa y los Beltrán Leyva.
El informe Desplazamiento
Forzado Interno, de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos
Humanos (CMDPDH), establece que el año pasado fueron desplazadas al menos 23
mil 169 personas en todo el país.
Señala que durante el año
2016 hubo 29 episodios de desplazamiento masivo, impactando en al menos 12
estados.
Las entidades donde más
impactaron los desplazamientos fueron Chiapas, Chihuahua, Durango, Guerrero,
Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.
En Sinaloa se dieron seis
desplazamientos masivos en el transcurso de 2016, representando el 18.2 por
ciento de todo el país.
En total fueron 4 mil 208
personas las que dejaron sus comunidades por la violencia.
La localidad de Huixiopa,
perteneciente al municipio de Badiraguato, fue la que presentó un mayor número
de eventos de desplazamiento.
A lo largo del 2016, tres
veces se registraron desplazamientos internos masivos en la comunidad.
En una de las ocasiones el
desplazamiento fue llevado a cabo por más del 96 por ciento de sus habitantes.
En esa comunidad el año
pasado se desató una ola de violencia por el pleito entre el Cártel de Sinaloa
con el Cártel Beltrán Leyva.
En septiembre, un grupo
armado liderado por Aureliano Guzmán Loera, el Guano –hermano de Joaquín
Guzmán, el Chapo, líder del Cártel de Sinaloa extraditado a EU-, tomó por
asalto la localidad controlada por los Beltrán Leyva.
De 150 familias que habitaban
el poblado, solo quedaron 20 tras la serie de enfrentamientos y la irrupción de
grupos armados.
El informe detalla que de los
29 episodios de desplazamiento de todo el país, 20 fueron causados de manera
directa por la violencia.
En 2016, al menos 21 mil 031
personas tuvieron que abandonar su lugar de residencia de manera temporal o
permanente con la intención de salvaguardar su vida a causa de la violencia.
Durante el periodo de 2009 a
enero de 2017, en México 310 mil 527 personas tuvieron que desplazarse de
manera interna debido a la violencia o por conflictos territoriales, religiosos
o políticos.
El año pasado el sector
indígena fue el más afectado, en al menos siete eventos de desplazamiento
interno forzado.
El estado de Michoacán fue el
mayor expulsor de población con motivo de violencia con al menos 10 mil
personas desplazadas.
En la entidad se llevó a cabo
un desplazamiento masivo de población que no fue debidamente registrado los
días 23 y 24 de mayo; sin embargo, de manera inmediata y en el transcurso de
los siguientes meses, la misma cantidad de población proveniente del estado de
Michoacán fue registrada por autoridades y organizaciones civiles en Tijuana.
El estado de Chihuahua
registró tres eventos de desplazamiento masivos, con una población afectada de
4 mil 747 personas.
En Guerrero hubo siete
eventos en los que mil 650 personas abandonaron sus comunidades por la ola de
violencia.
En el estado de Chiapas se
presentaron dos eventos de desplazamiento masivo causados por violencia
política, uno más por conflicto religioso y otro a causa de un conflicto
territorial.
Esos eventos forzaron el
desplazamiento de mil 117 personas.
El Zacatecas hubo un evento
de desplazamiento interno que impactó a 67 personas, por causa de la actividad
extractiva; y en Hidalgo un conflicto territorial desplazó a 74 personas.
En Jalisco se presentó un
evento de desplazamiento ligado a un conflicto religioso que impactó a 30
personas.
Oaxaca tuvo dos eventos de
desplazamiento interno masivo, que afectó a
850 personas, ambos como consecuencia de violaciones de los derechos
humanos cometidas hacia la población.El primero ocurrió en Nochixtlán en el que
participaron policías federales y estatales. El segundo, derivado de un conflicto agrario y post-electoral que
involucró la participación de autoridades y policías municipales que realizaron
detenciones arbitrarias y ataques armados a la población.
Las víctimas de desplazamiento,
abunda el documento, son por lo general niños, niñas y adolescentes, indígenas,
estudiantes, profesionistas, adultos mayores, campesinos, pequeños propietarios
de negocios y mayoritariamente mujeres, madres de familia.
Los desplazados huyen de sus
hogares de residencia habitual ya sea como consecuencia de actos criminales y
violaciones de derechos humanos cometidos en su contra o hacia su familia, o
bien, como consecuencia del temor fundado de ser víctimas ante un clima
generalizado de inseguridad y de impunidad.
La CMDPDH señaló que derivado
de la ausencia de instituciones y programas oficiales o no gubernamentales que
atiendan el fenómeno del desplazamiento, no se tiene certeza del número de
retornos que ocurrieron en el año y de las condiciones de seguridad en las que
tuvieron lugar.
El desplazamiento interno
puede tomar distintas formas: individual o gota a gota, tiende a ser un
desplazamiento invisible, que involucra núcleos familiares pequeños que
abandonan su comunidad. La movilización simultánea de diez o más núcleos
familiares por una misma causa, tiende a tener lugar después de un ataque
dirigido hacia los habitantes de una comunidad.
“Frente a la ausencia de
reconocimiento gubernamental y de políticas públicas de prevención y de
atención integral y soluciones duraderas para las víctimas de desplazamiento
interno en México, la población víctima de desplazamiento interno forzado
continúa en aumento”, indica el informe.
(RIODOCE/ ALEJANDRO MONJARDÍN/17 ABRIL,
2017)
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