La movilización llega después de que 20
policías expulsaran a tres bañistas por mostrar sus senos
Si alguien tenía dudas de la
fuerza del machismo en Argentina solo tenía que acercarse al Obelisco, en el
corazón de Buenos Aires. Unas decenas de mujeres mostraban sus tetas para
exigir que se legalice el topless. A su alrededor, dos centenares de hombres se
subían a los jardines para poder verles los pechos, algo tabú en Argentina,
mientras ellas gritaban "afuera los machos". Tres adolescentes
treparon al mástil de una bandera para poder ver mejor las tetas. Los mirones
eran cada vez más numerosos, y algunos hacían fotos. La mayoría de las
manifestantes eran jóvenes; los que las miraban, mucho mayores. La tensión fue
subiendo y acabó a golpes. Primero entre las mujeres y un hombre que las
fotografiaba, y después entre varios hombres que apoyaban la causa del topless
y acabaron apaleando al mirón. Todo sucedía en 2017 en uno de los países
históricamente más avanzados de Latinoamérica, y en una de las ciudades con
mayor actividad cultural del planeta.
Poco antes otro hombre se
acercó a más mujeres, les mostró el pene y les gritó "chupenmela".
También fue abucheado y expulsado. Otros hombres que estaban a favor de la
protesta también fueron expulsados, confundidos con mirones, en medio de una
tensión creciente. Incluso los periodistas varones eran alejados del círculo de
las mujeres. A medida que fueron llegando más mujeres y los hombres quedaron
fuera del perímetro de la protesta, la tensión comenzó a diluirse, más
manifestantes se animaron a mostrar sus pechos y escribir sobre ellos consignas
como "Yo decido", "tetas y cuerpos libres" y "sí al
tetazo".
Casi nadie discute que
Argentina es un país profundamente machista. Pero no es un asunto que genere
mucho debate. Sin embargo, la polémica por el topless en la playa de Necochea
que acabó con 20 policías expulsando a tres mujeres ha recuperado un asunto que
parecía perdido. Desde entonces no se habla de otra cosa en Argentina, en
especial en las redes y los medios. Las posiciones a favor y en contra del
topless son cada vez más extremas y el escándalo llegó al máximo nivel con la
convocatoria de un gran tetazo en el Obelisco, el lugar de las grandes
manifestaciones argentinas, en el centro de Buenos Aires.
Las mujeres rodeadas de mirones.ampliar
foto Las mujeres rodeadas de mirones. Silvina Frydlewsky
Decenas de mujeres acudieron
a la cita para mostrar allí sus tetas y lanzar así el mensaje de que los pechos
de los hombres y de las mujeres son iguales y si unos tienen derecho a tomar el
sol con sus pezones al aire ellas también pueden hacerlo. Lo que sucede en
Europa con normalidad, en Argentina y buena parte de América es un tabú. La
televisión argentina exhibe cuerpos semidesnudos de mujeres que bailan casi
simulando sexo en prime time, pero el pezón está totalmente vedado, como en
EEUU. Y en las playas no hay pechos femeninos tomando el sol, solo masculinos.
"Reclamamos nuestro
derecho a decidir sobre nuestro cuerpo. El reclamo no es solo por el topless
sino que hay todo un trasfondo de desigualdad entre hombre y mujer", dice
Julieta, una universitaria que muestra sus senos pintados con la leyenda
"El placer de romper las ataduras machistas". "A la sociedad le
cuesta interiorizar que las tetas son algo natural. A estas alturas es
increíble que se escandalicen por ver a una mujer que amamanta en público o
hace topless en la playa", opina Carolina. "Era lógico que iban a
venir hombres, la mitad de los que están aquí están mirando y por eso muchas
menos se atreven a ponerse en tetas", agrega al inicio de la movilización,
cuando los mirones eran más que las manifestantes. Una hora después, la
proporción se invirtió, la protesta desbordó el Obelisco, se extendió por la
avenida 9 de julio y comenzaron los bailes y las sonrisas. Los únicos varones
que podían entrar eran los que convencían a alguna amiga para que les prestara
un sujetador y se sumaban a la fiesta cubriendo sus pezones.
Los comentarios en las redes
y en los medios de comunicación de los últimos días muestran que este debate,
superado al menos desde los 80 en Europa –con algunos coletazos recientes en
Italia, un país con una enorme influencia cultural en Argentina- está en
pañales en el país austral, donde varias mujeres muy conocidas han tenido que
salir a hacer pedagogía con cuestiones muy básicas, como el hecho de que las
tetas no son genitales –por tanto nada tiene que ver el topless con el
nudismo-.
Las participantes pintaron sus torsos y
escribieron consignas como Las participantes pintaron sus torsos y escribieron
consignas como "yo decido" y "tetas libres" sobre sus
senos. EFE
Un vídeo con esos puntos
básicos y ridiculizando los argumentos machistas de la youtuber Bárbara
Martínez, titulado “Cuando podés ir presa por hacer exactamente lo mismo que un
hombre, no hay igualdad #Tetazo”, ha logrado 21.000 retuits. La diputada de
izquierdas Victoria Donda, hija de desaparecidos, apoyó el tetazo y dijo que
iría. Y argumentó: “Si en algún momento sacan una reglamentación que priva que
las mujeres hagan topless en las playas, yo voy a sacar una reglamentación para
que los obliguen a los hombres a ir en corpiño (sujetador)". El machismo
es tan fuerte en Argentina que inmediatamente las redes giraron hacia el
entusiasmo de algunos hombres por la posibilidad de que Donda mostrara en
público sus pechos. Las participantes colgaron fotos de la movilización en las
redes sociales, pero muchas de ellas terminaron censuradas por mostrar senos
femeninos.
La ley de la provincia de
Buenos Aires, de 1973, aún prohíbe “actos contra la moral” y la policía
entiende que eso incluye el topless, aunque el juez que analizó el caso de
Necochea sentenció que las mujeres no habían cometido ninguna falta y la ley es
inconstitucional. Muchos están en contra de ese juez. Los comentarios en contra
del derecho al topless también se multiplicaron. El periodista Mariano Obarrio
sentenció, en una idea muy extendida y aplaudida en las redes: “Si invitas
gentilmente a una dama a que te muestre las tetas, te denuncia por acoso. Y si
le pedís que no las muestre en público, por retrógrado. Si quieren mostrar las
tetas, hagan playas nudistas. Pero en la vía pública no tienen derecho a
perturbar a niños y terceros con sus carnes”. El politólogo Agustín Laje fue al
choque directo: “Las feministas prohíben concursos de belleza de Reef [una
conocida competición de culos en una playa anulada este año] pero impulsan el
#tetazo. Pareciera que lo que de verdad les molesta son las minas [mujeres]
lindas”.
Otros personajes muy
conocidos, como el director de cine Juan José Campanella, optaron por la
ironía: “Por razones de pudor personal no concurriré al Tetazo, pero cuenten
conmigo si organizan un Pijete” (pija es pene en Argentina). Otros se
solidarizaban con las manifestantes, pero también las criticaban porque creen
que un momento como el actual en Argentina, con una fuerte crisis económica por
un lado y una enorme tasa de femicidios por otro –uno cada 30 horas, el último
acabó en masacre con seis muertos- no coloca el problema del topless como una
prioridad. Lo único seguro es que nadie queda indiferente ante un asunto en el
que todos tienen posiciones claras y muy radicalizadas.
(DOSSIER POLITICO/ Tomado de: Mar
Centenera / El País/ 2017-02-07)
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