FOTOS: Alejandro Acuña/ESPECIAL PARA
ZETA.-El teniente piloto de la armada Holdair M. Quien en su reencuentro con la
aeronata luego de dos días Sostiene a quien ahora le llaman “ahijada”.
El 30 de mayo se registró el primer
aeronato de la SEMAR después de atender el llamado de ayuda de una mujer de 32
años en labor de parto en Puerto Alcatraz, una comunidad pesquera habitada por
52 familias
Alejandro Acuña / ESPECIAL
PARA ZETA.- En un helicóptero de la armada de México, justo cuando se mantenía
medio kilómetro en lo alto, entre la Isla Margarita y Ciudad Constitución,
llegó al mundo Marina de los Cielos, el primer ser humano nacido en una
aeronave en pleno vuelo perteneciente a la Secretaría de Marina Armada de
México.
Éste es Puerto Alcatraz, una
comunidad pesquera conformada por 52 familias, unas 180 personas, se ubica en
Isla Margarita dentro de bahía Magdalena.
Durante la madrugada del
domingo 30 de mayo, la señora Siria De Jesús Camacho de 32 años, empezó a
sentirse mal, con 8 meses una semana de embarazo, no resistió y pidió ayuda a
la subdelegada de Alcatraz, quien se dirigió hasta Puerto Cortés a pedir ayuda.
“No tenía control prenatal y
le pedí ayuda a los vecinos porque mi esposo no estaba, le madrugó a la pesca,
llegaron la Marina, me agarró desprevenida, sentí mucho dolor y de ahí salió la
niña… / ¿En pleno vuelo? / “Sí.”
Comentó la madre. Ante la
emergencia y la falta de servicios médicos y previo a una revisión en la base
naval establecida en puerto Cortés, un escuadrón de 4 elementos de la Marina
partieron desde su base para conocer la situación. Karen V., teniente de navío
y médico cirujano, los tenientes Salvador E. y Holdair M., pilotos de la Armada
y el copiloto en coordenadas Esteban G. se encontraban listos y preparados para
una misión la cual nunca se había presentado.
“Fue valorada médicamente,
por la situación de no llevar un control no sabíamos el tiempo exacto de
gestación, ni las condiciones en que venía la bebé, y por eso se decidió el
traslado, fue complicado por la circunstancias fuera de lo común por la zona
aislada en que estábamos, pero afortunadamente contamos con el equipo y el
helicóptero en un momento oportuno”.
En la base, el helicóptero MD
Explorer tuvo que ser adaptado como ambulancia aérea, ya que desde el principio
y previa revisión, la mujer se encontraba ya en trabajo de parto, por lo que se
despegó rumbó al hospital general en Ciudad Constitución, trayecto que les
llevaría una media hora, suficiente para llegar a tiempo ya que se pronosticó
que solo tenían menos de 1 hora.
Sin embargo y confirmando las
palabras de la teniente y médico naval adscrita Karen V., “la evolución del
embrazo es algo incierto”, esas 2 horas pronosticadas para el alumbramiento se
convirtieron en los primeros 10 minutos de vuelo.
Con dificultad por el
movimiento de la aeronave y las condiciones climáticas adversas, el reloj
satelital hora del Pacífico marcaba las 12:09 horas del mediodía cuando se escuchó un fuerte
grito de llanto que se pudo claramente diferenciar del sonido de las hélices de
la aeronave; en ese momento había nacido una niña de 3 kilos 300 gramos.
No solo se daba por hecho el éxito del parto
natural en el aire, sino también se daba un hecho sin precedente para la
historia de las fuerzas navales de México; el primer aeronato en vuelo activo
de aeronave tipo H.
El piloto teniente Holdair M.
declaró técnicamente las coordenadas donde se suscitó el alumbramiento.
“Marina de los cielos nació
en la latitud 24 grados 44 minutos norte y en longitud 11 grados 41 minutos
whisky, en ese momento la nave mantenía una altitud de mil 500 pies es decir
unos 450 metros aproximadamente“ Erguido y con la seriedad y respeto que los
caracteriza, el capitán piloto aviador de la fuerza aérea Salvador no puede
contener la emoción, a fin de cuentas no dejamos de ser humanos, estos pilotos
apasionados por el servicio naval, consideran como un obsequio la llegada de
Marina de los Cielos, nombre que llevará la niña que nació en las alturas y ha
dejado marcados a los que participaron en esta misión.
“Para mí la niña representa
una parte de mi historia, una experiencia nueva, las emociones que sentimos
durante la acción, la incertidumbre de que la nena estuviera en buen estado de
salud. Fue algo diferente a las misiones que la Armada de México representa,
estoy muy orgulloso de haber participado en esta misión, nunca me imaginé que
un bebé fuera a nacer en una de las aeronaves de la Armada y yo estar a bordo”,
dijo el Capitán Salvador.
Han pasado apenas unos días
del nacimiento, el escuadrón en activo decide dar una vista de cortesía a la
familia, es el Día de la Marina y luego del protocolo, se dirigen a la casa
donde reposa la madre con su bebé en Puerto San Carlos, uno de los puertos
pesqueros más importantes en la península del lado del Pacífico.
Por tierra, el escuadrón
busca y pregunta la ubicación de la familia Gonzales Camacho. Cerca de la Costa
en una modesta casa, sale Mauricio Gonzales, pescador ribereño y padre de la
bebé, sorprendido con la visita comenta que durante la labor de parto él se
encontraba pescando de manera rústica la
comida del día, ya que están soportando una veda en la zona y no pueden pescar
para vender, y fue ahí cuando le avisaron que se habían llevado a su mujer al
hospital a Cd. Constitución por una complicación, por lo que de inmediato fue a
buscarlas a la cabecera municipal de Comondú.
La noticia se había esparcido
rápidamente, todos querían saber las condiciones de madre e hija, conocerla,
tocarla, de alguna forma era algo especial.
Y no se podía pasar por alto
el simple hecho de no acercarse. Para sorpresa de los pilotos, la madre les
pide amablemente si es posible llevarlos a la isla, donde tienen su hogar y
están los demás hijos, tomando en cuenta que en
Alcatraz nadie sabía lo que ocurría.
Los pilotos analizan la
situación que consideran viable, ya que de lo contrario sería sumamente difícil
la transportación por otra vía tomado en cuenta la convalecencia de la madre.
“…esto marca y deja huella, como miembros de la fuerzas armadas estamos para
eso, esta institución que dignamente represento, se le brinda apoyo a la
población en general en cualquier momento y en cualquier circunstancia”, anotó
la médico naval.
Al llegar a Puerto Alcatraz,
familia, conocidos y autoridades recibirán con júbilo a la nueva habitante que
no nació en Alcatraz ni en Constitución, ni en ningún lugar en tierra, sino en
las coordenadas aéreas sobrevolando bahía Magdalena, ahí donde nace y se
reproduce la ballena gris.
(SEMANARIO ZETA/ Ramón Blanco
Villalón/ Martes, 7 junio, 2016 12:00
PM)
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