En México si un ciudadano
común y corriente comete un delito, una infracción o lo que se asemeje, éste
enfrentará a las autoridades más rápido de lo que canta un gallo.
Claro está que el gallo
cantará más rápido o más lento dependiendo del infractor de la ley, de su
posición social, su capacidad económica, sus relaciones personales y políticas;
y otros factores que le darán ciertos beneficios para afrontar la justicia.
Obviamente el
"pelado", el ciudadano común, afrontará con más ferocidad a la
justicia, ya que no tienen ninguno de los factores antes citados a su favor.
En ese sentido, aunque todos
son delincuentes y algunos lleguen a salvarse, no deja de ser una maldita
injusticia.
El colectivo a esto le llama
"impunidad".
Así pues, la impunidad hace
que la gente ya esté muy enfadada y deje de creer en las autoridades; más
cuando el delincuente tiene una licencia para delinquir.
Si, así como lo lee, en
México, hay personas que tienen licencia para cometer delitos, y el documento
que les permite hacerlo se llama "fuero".
Tras ese permiso, los
"pillos" estos se burlan de la sociedad, se ríen de nosotros y nadie
los puede tocar. De verdad ya basta, para nadie es un secreto que el pueblo
mexicano está hasta la madre de esta secta de terroristas que tienen al pueblo
cansado.
Y para acabarla de amolar son
muchas las personas que tienen permiso para delinquir (500 diputados federales,
quién sabe cuándo locales y aparte los senadores) los que, como rémoras,
exprimen el presupuesto y abusan del poder de este "fuero
constitucional" mientras el resto de los mexicanos si afrontamos la
"justicia".
El fuero debe ser eliminado
ya, no es posible que estos sigan "mamando" y secando la ubre a
costillas de todos y como si fuese una vil franquicia tengan una licencia para
robarnos y cometer delito tras delito.
¡Ya es hora de que la
justicia sea pareja en México!
(DOSSIER POLITICO/ Juan Pérez/
2016-06-30)
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