El pasado 8 de mayo, en su edición 2062,
la revista Proceso publicó en su portada un reportaje titulado Investigan las
cuentas oscuras de Televisa, que se difundió también en la página web de este
semanario y que provocó que la empresa que dirige Emilio Azcárraga Jean enviara
una carta a la redacción en la que fija su postura y a la que a su vez responde
el reportero Jenaro Villamil, autor del texto. A continuación se reproducen
ambas misivas.
Señor director:
La nota publicada en la
edición 2062 de la revista Proceso, que salió a la venta el domingo 8 de mayo
del año en curso, contiene varios errores, imprecisiones, inexactitudes pero
sobre todo basa su “reportaje” en información falsa, por lo siguiente:
TELEVISA DENUNCIA “CAMPAÑA DE DESPRESTIGIO” ANTE
INVESTIGACIÓN DE SUS CUENTAS OSCURAS
1.- Proceso y Jenaro Villamil
emiten información falsa al señalar en el título de la revista que está
“Televisa bajo la lupa de EU” y en el texto de su nota “EU: Investiga las
cuentas oscuras del consorcio”. No hay ninguna fuente oficial que haya señalado
una investigación en los Estados Unidos. Incluso, una nota del diario The Wall
Street Journal (WSJ) publicada en pasado 5 de mayo y que titula “Grupo Televisa
ordena una investigación derivada de dichos en carta anónima”, en ningún
momento señala que exista una investigación de autoridades norteamericanas
hacia la empresa. Por el contrario, el WSJ señala que fueron los abogados de
Televisa quienes buscaron al Departamento de Justicia de los Estados Unidos
para informarles que les había llegado una carta anónima con información falsa,
que aun y cuando carecía de elementos verídicos, se emprenderían investigaciones
por un despacho independiente con el fin de soportar que los hechos no tienen
sustento.
2.- La revista y el señor
Villamil erran al señalar que el WSJ soltó una “bomba informativa” sobre
Televisa. Fueron los directivos del Grupo quienes compartieron la carta anónima
con el WSJ. Este diario señala que la carta anónima tiene varios errores y que
el correo electrónico desde el cual se envió nunca respondió a las consultas de
sus periodistas. Pero la revista y el señor Villamil decidieron no consultar a
ninguna de las personas físicas y morales que aluden en su nota, centralmente
ni a Televisa ni al WSJ.
3.- El semanario Proceso
miente al señalar que Televisa ha hecho “escamoteos financieros”. Esto también
es falso y es una información sin sustento alguno. Todo lo contrario, Televisa
es una empresa pública que cotiza en los mercados de valores y cuyos estados
financieros e informes son publicados trimestralmente. En este sentido la nota
del WSJ señala, luego de consultar a los auditores independientes que están
revisando el contenido de la carta anónima –la prestigiada firma de abogados
norteamericana Wachtell, Lipton, Rosen & Katz–, que “hasta el momento las
acusaciones han resultado ficticias e infundadas”. Algo que Proceso omite en su
nota.
4.- Para echar mano de más
falsedades en el reportaje, Proceso y Jenaro Villamil retoman una vieja e
infundada historia respecto a la “venta y promoción de espacios informativos
(por Televisa) al entonces gobernador del Estado de México…” Dicen, este plan
“era para publicitar a Peña Nieto en las pantallas del consorcio (Televisa) y
convertirlo en el candidato priista a la Presidencia de la República”. Esta
información es sencillamente falsa y fue investigada por el Consejo General del
Instituto Federal Electoral, mediante el número de resolución CG573/2012, luego
de que el PRD presentara los argumentos de Jenaro Villamil del semanario
Proceso 1512 como parte de una queja en materia electoral. En este expediente
la autoridad electoral resolvió que: “Por lo que hace al Proceso Electoral
Federal en curso, queda acreditado que la cobertura otorgada por dichas
empresas al C. Enrique Peña Nieto atendió a fines periodísticos, además de que
fue equitativo y proporcional respecto a la cobertura que se dio a otros
actores políticos, lo cual se desprende fehacientemente del monitoreo ordenado
por esta autoridad, por lo cual, como ya se dijo, el presente procedimiento
sancionador deberá declararse infundado por lo que hace a dichas personas
jurídicas”.
5.- Por si lo anterior no fuese
suficiente, el mismo expediente causó estado ante el Poder Judicial Federal, en
donde por unanimidad el Pleno del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación, al emitir la sentencia SUP-RAP-427/2012, ratificó la decisión del
IFE de desechar la queja del PRD y, con ello desestimó los argumentos que dio
Villamil en 2005. Argumentos falaces que ahora vuelve a exponer en su artículo,
pero no señala que estos ya fueron analizados y desechados al no tener
fundamento alguno más que su imaginario.
6.- Ahora Proceso y Villamil,
además de retomar falacias del 2005, se aventuran a señalar, sin confirmación
alguna, que los montos de efectivo mencionados en la carta anónima –sin firmas
ni membretes– fueron entregados a Televisa. Esta información de pagos de
cientos de millones de pesos es absurda. No se nos consultó al respecto, pero
tampoco se hizo lo propio con las entidades o partidos señalados en la nota de
la revista. Televisa ya había señalado al WSJ que esta información era falsa y,
posteriormente, lo hicieron varios de los aludidos (gobiernos de Estado de
México, Puebla y el PAN).
7.- Pero Proceso y el señor
Villamil además de no consultar a los aludidos, no revisaron los registros
públicos respectivos. Tampoco corroboró que los monitoreos permanentes del INE,
en materia de radio y TV, arrogasen algún tipo de cobertura indebida.
Sencillamente no corroboraron información alguna y nos atacan con un libelo
anónimo que ellos pudieron haber escrito. Dieron por bueno un anónimo, lleno de
falsedades, pues decidieron dañar la imagen de Televisa, sus inversionistas,
directivos y empleados.
8.-Tambien, la revista y
Villamil narran con gran inexactitud lo acontecido entre Televisa y The
Guardian en el 2012. Hablan de “acciones legales”, pero no señalan que The
Guardian aceptó firmar un comunicado conjunto el que se aclara: i) que no hay
base para acusar a Televisa de haber realizado coberturas televisivas
irregulares en materia política-electoral, del 2005 al 2012; ii) que Televisa y
sus periodistas buscan mantener los más altos estándares editoriales ; y, iii)
que las autoridades electorales mexicanas resolvieron que la cobertura de
Televisa cumplió con las estrictas normas electorales mexicanas y de
neutralidad política.
9.- Pero las inexactitudes no
paran ahí, la revista erróneamente hace referencia a supuestas investigaciones
del “Departamento de Estado” lo cual no ha sido mencionado por nadie: ni por la
nota de WSJ y ni siquiera por el anónimo. Sencillamente esto es otro invento.
Por todo lo anterior resultan
en extremo gravosas las falsas e inexactas imputaciones que la revista hace
sobre Televisa. Todas ellas sin fundamento alguno. Además resulta delicado que
en ningún momento se consultó a Televisa a pesar de que escribió un reportaje
de cuatro cuartillas sobre ella y sus directivos. Sencillamente Proceso y el
señor Villamil inventaron una nota y lo que escribieron no tienen sustento
alguno.
Atentamente,
Jorge Rubén Vilchis Hernández,
representante legal de Televisa, y
Alejandro Olmos, director de Información
de Televisa
Respuesta de Jenaro Villamil
Señor director:
1.-Hay suficientes elementos
para sustentar que en Estados Unidos se está realizando una investigación sobre
las cuentas de Grupo Televisa.
Este reportero recibió el
miércoles 4 de mayo de 2016, vía correo electrónico, de una fuente
confidencial, una serie de archivos que contenían lo siguiente:
a) Tres documentos idénticos,
de 15 cuartillas, con fecha 20 de abril de 2016 dirigidos a las siguientes
oficinas: Daniel Kahn, Criminal Division Fraud Section/FCPA Coordinator; Andrew
Weissman, Fraud Section, Criminal Division U.S. Department of Justice; y Office
of the Whistleblower, US Securities and Exchange Commission.
b) Junto con estos tres
documentos, copia de la denuncia formal del autor del anónimo, ante las
autoridades de la SEC, con fecha el 24 de abril de 2016.
c) En otro correo
electrónico, 40 archivos relacionados con los elementos que se presentaban en
el escrito de 15 cuartillas.
2.- A raíz de la publicación
de la nota en The Wall Street Journal, este reportero corroboró el 6 de mayo el
hecho de que había en curso una investigación con una fuente confidencial cuya
identidad no será revelada, como parte del secreto profesional del periodista.
3.-Televisa alega que “fueron
los directivos del Grupo quienes compartieron la carta anónima con WSJ”. Esta
afirmación no se desprende de la nota del rotativo estadunidense, puesto que en
ningún momento se admite que el anónimo haya sido entregado por Grupo Televisa.
En el último párrafo de esa
nota señala que Televisa especula que el e-mail del anónimo también pudo haber
sido enviado al Departamento de Justicia. Los abogados de Televisa afirmaron
que ellos han contactado con el Departamento de Justicia. “El Departamento de
Justicia declinó hacer algún comentario”, remató la nota de WJS.
La frase es inequívoca. El
periódico no rechaza que se esté realizando una investigación. Simplemente
señala que el Departamento de Justicia guardó silencio.
4.-Efectivamente, WSJ soltó
una “bomba informativa” porque fue el periódico norteamericano el que se
adelantó a otros medios, incluyendo a Proceso, al informar la existencia del
anónimo, al acreditar que Grupo Televisa contrató a una compañía en Nueva York
para autoinvestigarse y revelar parte del contenido de este documento.
Todo esto configura lo que en
periodismo se llama exclusiva informativa. A partir de esta exclusiva, este
reportero propuso la oportunidad de abundar sobre el contenido del documento y
el contexto de las denuncias ahí expresadas, sin hacer valoración alguna de si
son “ficticias o infundadas”, ya que esa es la versión de Grupo Televisa.
5.-En el párrafo de
presentación del reportaje de Proceso se menciona lo siguiente: “Sin embargo,
los datos sobre los escamoteos financieros de Televisa están documentados”.
Esta frase se basa justamente
en la información derivada del documento anónimo, enviado a tres autoridades de
Estados Unidos, y que Televisa considera de suma importancia para su prestigio
ya que afirma que lo “compartió” con WJS y que ordenó una investigación a la
firma de abogados Watchell, Lipton, Rosen & Katz para desmentir esa
documentación.
Proceso y este reportero no
mienten porque simplemente se basan en el contenido del documento, haciendo
referencia a él y citándolo a lo largo de la nota publicada, al igual que la
versión de Televisa sobre el mismo. Al respecto, vale la pena enfatizar en que
quienes afirman que hasta el momento las acusaciones han resultado ficticias e
infundadas, son Televisa y la firma jurídica que contrató.
6.-Reprocha Televisa que no
se le hubiera consultado antes de publicar parte del contenido del documento
anónimo.
La reacción de Televisa ante
el documento está expresada en la propia información del WSJ y en una nota de
“evento relevante” ante la Bolsa Mexicana de Valores, enviada el mismo viernes
6 de mayo.
Miente Televisa cuando señala
que el reportaje no incluye su versión, porque sí está expresada en los cuatro
primeros y en los dos últimos párrafos del texto, donde se cita el comunicado
enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.
La versión de Televisa está
expresada en la nota que ellos mismos gestionaron con el WJS –tal como admiten
en su carta de derecho de réplica– y en el documento enviado a la Bolsa
Mexicana de Valores.
En reiteradas ocasiones, este
reportero ha buscado al vocero oficial de Grupo Televisa, Alejandro Olmos, a
través de comunicación por medios digitales y vía telefónica. Invariablemente,
ante Proceso y ante este reportero, Grupo Televisa no da una respuesta, tal
como ocurrió a principios de abril de este año cuando se le consultó sobre la
empresa offshore del señor Alfonso de Angoitia, revelada en los #PanamaPapers.
7.-Televisa confunde el
periodismo con el litigio en tribunales electorales o con las resoluciones de
las autoridades en la materia (IFE y ahora INE). Señala que como la información
sobre los convenios de Grupo Televisa con Enrique Peña Nieto “es sencillamente
falsa” no se debe volver a mencionar ni a publicar.
Esa es su versión. En efecto,
Proceso también le ha dado cobertura a las exoneraciones del IFE y del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Dice Televisa, que “para
echar mano de más falsedades en el reportaje”, Proceso y este reportero retoman
una “vieja e infundada historia” respecto a la promoción del entonces gobernador
del Estado de México.
Para ellos será “vieja e
infundada”, pero no ha dejado de tener interés público y de seguir ventilándose
en los medios internacionales.
Uno de los cables del
Departamento de Estado norteamericano, filtrado por WikiLeaks desde 2010 y
fechado el 24 de septiembre de 2009, escrito por funcionarios de la embajada de
Estados Unidos afirmó lo siguiente:
“Es un hecho ampliamente
aceptado, por ejemplo, que el monopolio de la televisión Televisa respalda al
gobernador (Peña Nieto) y le proporciona una extraordinaria cantidad de tiempo
aire en emisión y otros tipos de cobertura.”
Peña Nieto “ha puesto en marcha
un importante proyecto de obras públicas en las zonas seleccionadas por los
votos, y los analistas y dirigentes priistas por igual han expresado en
repetidas ocasiones a los funcionarios públicos de Estados Unidos su creencia
de que él está pagando a los medios de comunicación el segmento de noticias
favorables, así como potencialmente el financiamiento de los encuestadores para
influir en los resultados de las mismas”. (Cable 09MEXICO2778_a).
En 2009, año de elecciones
federales, un monitoreo de medios informativos difundido por el Senado, cuya
copia tiene este reportero, señaló que entre el 1 de septiembre y el 15 de
diciembre de 2007, Peña Nieto acaparó en Televisa y en TV Azteca hasta ochos
notas diarias y sumó 700. En segundo lugar, apareció el entonces jefe de
Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, con 449 notas en total, cinco al día.
El mismo monitoreo expuso que
entre agosto y diciembre de 2008, en el principal noticiario de Canal 2, a Peña
Nieto se le destinaron 23 horas y 21 segundos, de los cuales, 43% fueron
clasificados como “infomerciales” y 57% como “notas informativas” relacionadas
con el entonces gobernador mexiquense.
Estos monitoreos no
coinciden, por supuesto, con el presentado por Grupo Televisa ante el TEPJF y
elaborado por la empresa Medialog-Intélite, o el estudio realizado por el
IFE-IBOPE-UNAM para comparar las coberturas en las elecciones presidenciales
entre 2006 y 2012.
Estos monitoreos no incluyen
las notas en secciones de espectáculos sobre el romance de la actriz Angélica Rivera
y el entonces gobernador o el triunfo del equipo de futbol Toluca, en 2008, que
sirvió de pretexto para que Peña Nieto apareciera o fuera mencionado en los
programas deportivos de Televisa.
De eso se trata el secreto
entre Televisa y Peña Nieto que no se quiere documentar y que todos los
mexicanos vieron en la pantalla televisiva: realizar una intensa promoción que
no se circunscriba sólo al terreno de los programas informativos o de análisis,
sino que incorpore los ingredientes del advertainment (publicidad encubierta en
los programas de entretenimiento) o product placement, como describe el
documento de 15 cuartillas cuya copia tiene Proceso.
8.-La compra de “tiempo-aire”
para tener una cobertura informativa favorable a gobernadores o dirigentes políticos
está prohibida por la ley electoral mexicana y por la Constitución, pero no
incluye otro tipo de contenidos que no sean los noticieros.
El hecho de que esté
prohibida no significa que no se realice. Ahí radica el interés informativo del
documento del que trata la nota publicada: una vez más se expone un sistema
ilegal, de doble contabilidad, no reportado oficialmente ni tampoco ante las
autoridades bursátiles de Estados Unidos, para recibir dinero en efectivo de
los gobernadores. El “modelo Peña Nieto” se ha expandido a otros mandatarios
estatales.
Por supuesto, las cuentas
oficiales no coinciden con los montos expresados en el documento anónimo porque
se trata precisamente de eso: de dinero que llega de una forma directa, dándole
la vuelta a la ley.
Este debate sobre el monto
verdadero de lo que destinan los gobernadores y políticos a su promoción en
medios electrónicos, particularmente en Televisa, terminaría en el momento que
se den a conocer las pautas originales y los contratos completos y originales
entre los gobiernos estatales y la televisora.
Televisa ha argumentado que
este tipo de información es confidencial y podría beneficiar a sus
competidores. Los gobernadores se han atenido a esta regla, ignorando que se
trata de dinero público y, por tanto, sujeto a las reglas de la Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública.
En cualquier caso, el objeto
de la nota publicada es dar cuenta de las denuncias contenidas en la carta
anónima enviada a las autoridades de EU, incluyendo la versión de Televisa
sobre éste. El reportaje trata sobre la existencia de ese documento, que
Proceso no escribió, por cierto.
9.-A Televisa le molesta que
un reportaje tenga el contexto de los antecedentes de este debate; en
particular revivir las tres notas publicadas en junio de 2012 por el periódico
británico The Guardian. Televisa afirma en su réplica que es inexacto hablar de
“acciones legales” en contra del rotativo inglés.
En el comunicado conjunto,
del 5 de febrero de 2013, que ellos mismos citan, se afirmó en un párrafo lo
siguiente: “Bajo estas acusaciones, Televisa definió que no tenía más opción
que presentar formalmente una demanda legal contra The Guardian”.
The Guardian aceptó firmar
una carta conjunta con Grupo Televisa en donde reconoció que “la cobertura de
noticias” en el proceso electoral de 2012 “ha sido resuelta por el TEPJF” y que
“no fue posible confirmar la autenticidad de los documentos recibidos”.
En el mismo documento firmado
conjuntamente por Grupo Televisa y The Guardian, citan como parte del contexto,
lo publicado también por Proceso y este reportero:
“Uno de esos documentos ya
había sido publicado en 2005 por un periodista mexicano. La autenticidad de
dicho documento fue cuestionada por algunos sectores de la prensa mexicana y
desmentido por Televisa.
“No obstante, The Guardian
pensó que sus artículos planteaban una cuestión de interés periodístico sobre
la relación entre Televisa (como la principal empresa radiodifusora de México)
y algunos candidatos a puestos de elección. The Guardian publicó los artículos
de buena fe, en base al material proporcionado por su fuente confidencial.”
10.-Televisa señala que otra
inexactitud es referirse a “supuestas investigaciones del Departamento de
Estado, lo cual no ha sido mencionado por nadie: ni por la nota del WSJ y ni
siquiera por el anónimo. Sencillamente es otro invento”.
Aquí acepto que hay una
inexactitud, pero no referente a las investigaciones. Simplemente debió
señalarse Departamento de Justicia, tal como fue mencionado por la fuente
confidencial.
Atentamente,
Jenaro Villamil Rodríguez
(PROCESO/
LA REDACCIÓN / 28 MAYO, 2016)
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