El
2 de julio, Melba Olvera Aguilar cumplió un mes al frente de la Comisión
Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) de Baja California. Elegida por 22 de 24
diputados del Congreso para ocupar durante cuatro años la presidencia del
organismo de vigilancia de Derechos Humanos, la joven comunicóloga reconoce la
necesidad de reivindicar a una institución tan dañada.
Alrededor
de su escritorio, la esperan expedientes y documentos cuidadosamente ordenados.
En una de las repisas de su oficina, aún lucen 15 marcos de madera para
fotografías vacíos, dejados ahí por su antecesor.
El
paso de Arnulfo de León Lavenant por la anterior Procuraduría de los Derechos
Humanos -reformada a Comisión por el Congreso local- fue desastroso. En tres
años, transfirió miles de pesos del erario público a sus cuentas personales,
desvió millones de pesos, aceptó contratar a familiares de legisladores a
cambio de ampliaciones presupuestales, e integró a su equipo a ex funcionarios
públicos señalados de tortura y abuso de poder.
Su
designación, en 2012, pactada en la anterior Legislatura como una cuota más
para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en un año previo a
elecciones municipales y estatales, no solo convirtió al organismo en una caja
chica para gastos millonarios pendientes de solventar, sino que abandonó la
defensa de los Derechos Humanos.
Precisamente
en una entidad con severos abusos policiales documentados, donde llegan más de
60 mil migrantes repatriados al año, con 80 mil investigaciones por violencia
contra la mujer en cinco años y en donde estalló el movimiento de jornaleros de
San Quintín.
Ante
esta situación, la CEDH recibió 720 quejas durante los primeros cinco meses de
2015. En un mes, el equipo de la nueva titular duplicó el número de solicitudes
de información a las instituciones de seguridad pública por denuncias en su
contra, como una primera etapa para abatir el rezago de integración de
expedientes.
Pero,
detalla la comisionada, no se trata solo de la carga de trabajo, sino de la
capacitación del personal, por lo que implementará la creación del Servicio
Civil de carrera para así cumplir con requisitos y avanzar en la
profesionalización de la institución.
Sin
embargo, la operatividad de la Comisión depende en gran medida de su capacidad
para sortear los malos manejos financieros que mantienen sumida a la
institución. “Si a ti te dan una Comisión, pero te la dan con millones de pesos
menos, entonces cómo le haces para mover tus piezas, ¿haces lo mismo que hizo
el anterior?”, se cuestiona mientras mueve la cabeza de derecha a izquierda.
A
continuación, la entrevista que Melba Olvera, presidenta de la CEDH, concedió a
ZETA.
—
Entra a una Comisión que en los últimos tres años no figuró por velar por los
derechos humanos de los bajacalifornianos, sino por la opacidad,
irregularidades administrativas y malversaciones millonarias. ¿En qué estado
encuentra el organismo?
“La
encuentro con un gran reto no solo en términos financieros, sino en cuanto a la
estructura. Tiene retos, grandes áreas de oportunidad en lo estratégico y en
proyecto encaminado a la protección, promoción y supervisión de los derechos
humanos en Baja California. No es el cambio de una institución a otra por el
nombre solamente, es la creación de la CEDH con todo lo que implica, crear una
institución nueva, autónoma de Derechos Humanos, fuerte y digna. Para lograrlo,
se requiere de un presupuesto”.
—
¿Cuál es la situación financiera de la CEDH? ¿Cuál es el monto requerido para
el pago de liquidaciones e indemnizaciones por despidos injustificados?
“La
última vez que revisamos esta deuda es de poco más de 11 millones de pesos por
20 demandas laborales. Cuando se hizo el acuerdo de creación de la CEDH, se
estableció que se le heredan a la Comisión, los inmuebles y las obligaciones
legales. Nos están heredando problemas. Cuando recibimos la institución, no fue
partiendo de cero, no con un recurso para la transición, sino con una serie de
deudas que se fueron adquiriendo desde hace tres años”.
—
¿Van a solicitar un préstamo al Congreso o una ampliación?
“Hicimos
una solicitud al Congreso para ampliación de presupuestos para cumplir con las
obligaciones que nos fueron heredadas. Además del cambio de estructura de un
organigrama bastante vertical, se está migrando a uno horizontal, pero con la
creación de nuevos espacios como la Secretaría Ejecutiva y la Quinta
Visitaduría General”.
—
¿Qué hace falta para terminar con los procesos legales correspondientes a las
denuncias de despido?
“Contar
con el recurso”.
—
¿Qué otros tipos de adeudos tiene la CEDH?
“Con
los servicios en materia de energía eléctrica, agua potable, arrendamiento,
teléfono, paquetería, medio millón de pesos en cuotas de ISSSTECALI. En total,
son varios millones”.
—
¿Desde hace cuánto no se pagaban estos servicios?
“Por
lo menos hace poco más de un año que se empezaron a sumar las deudas,
incluyendo temas del arrendamiento de inmuebles. Esta situación es tan crítica
que nos vimos forzados a cerrar la oficina de la Zona Este y solo instalar un
módulo para hacer maniobras con el dinero de la renta. Se estaban pagando
alrededor de 10 mil pesos de renta y, cuando hicimos un análisis de
operatividad de la oficina, el número de asuntos atendidos y de recepción de
quejas, estaba muy por debajo de las metas. También se hicieron convenios de
carácter laboral, tener que hacer pagos que fueron convenidos con empleados una
o dos semanas antes de que entrara en funciones”.
—
¿Qué tipo de convenios?
“Vamos
a decir que se negoció con algunos para que no hubiera una demanda de carácter
laboral, se negociaron los finiquitos en plazos y quedó la obligación de
pagarles”.
—
¿Qué temas va a atender la Quinta Visitaduría?
“La
Quinta Visitaduría es para población migrante en Tijuana, entre otros asuntos”.
—
¿Qué seguimiento dará la CEDH a las irregularidades cometidas por el anterior
titular en cuanto al manejo de las finanzas?
“En
ese sentido ya no sería yo la persona que podría dar una opinión al respecto,
la diputada Rosalba López Regalado hizo la solicitud al ORFIS para que iniciara
una auditoría, mínima que se está llevando a cabo. Será el Congreso a quien le
toque dar una opinión al respecto. A mí sí me toca hacer las observaciones
pertinentes a esta recepción de la institución, porque es insumo para el
siguiente punto o etapa que decidan las diputadas y diputados”.
—
Estos asuntos, aunque sean financieros, ¿tampoco permiten la transición
completa o trabajar de lleno en los asuntos relacionados con Derechos Humanos?
“Dificultan
mucho la transición. Independientemente de esas situaciones financieras, hemos
trabajado intensamente. Notamos que en el último mes, se duplicaron las
solicitudes de información a las autoridades con expedientes de quejas. Si
había 40 solicitudes de información a Seguridad Pública, normalmente en un mes,
en este mes que llevamos aquí son 80”.
—
En el equipo del ex titular, se encontraban familiares de diputados locales,
también familiares del propio ex procurador. ¿Ya revisó su plantilla de
personal para saber si algunos continúan cobrando dentro de la CEDH?
“Estamos
en diagnóstico de las funciones de quienes laboran. El anterior titular de la
que era PDH incluyó en la nómina a personas relacionadas con él, como su hijo
(Israel Lozoya Medina), quien ya no labora con nosotros. Estaba en la oficina
de Tecate”.
—
¿Qué resultados ha arrojado este diagnóstico de personal?
“He
encontrado gente muy comprometida con su trabajo, pero también la falta de
profesionalización en algunas áreas. Son pocas las personas en capacitación de
Derechos Humanos. El área de Transparencia, requiere una mayor profesionalización.
Quienes están trabajando de manera cotidiana en quejas, necesitan más apoyo.
Esto no tiene que ver solamente con abatir un rezago, sino con poder estar al
día en la actualización en los marcos jurídicos internacionales de Derechos
Humanos, México ha firmado más de 150 tratados en materia de Derechos Humanos,
se prevé que tres o cuatro más que entren en vigor el siguiente año. Es
necesaria una actualización continua”.
—
¿Cuántas personas integran su personal?
“En
el Estado, son alrededor de 100 empleados, pero el 31 de mayo se vencieron 27
contratos por asimilables, terminaron de laborar en la institución, al 1 de
junio que llegamos, encontramos la institución con 27 personas menos”.
—
Entre el poco personal, ¿se encuentran las oficinas de San Quintín?
“El
día 3 de junio, estuve visitando las oficinas de Vicente Guerrero y San
Quintín, empleadas hay una persona en San Quintín y dos en Vicente Guerrero. En
2014, el 15 por ciento de las quejas, recayeron sobre estas tres personas.
Cuando inició el movimiento de jornaleros, en marzo, se han presentado 20
quejas por violación a derechos relacionados con la seguridad y libertad”.
—
¿Cómo percibe la Comisión al movimiento jornalero en San Quintín?
“San
Quintín no es un tema exclusivo de derechos laborales, la problemática tiene
que ver también con el derecho a la protección a la salud, a la educación,
derecho de los niños y de las niñas, de las mujeres, trato digno, a la no
discriminación, protección social”.
—
¿Sabe de las averiguaciones previas contra Francisco Castro Trenti, las
denuncias penales que enfrenta por tortura y la queja levantada en su contra
aquí dentro de la PDH? ¿Por qué continúa trabajando para la CEDH?
“No
tenía conocimiento de eso. He escuchado ese tema. De hecho desde el momento en
que estaba involucrada la periodista Carmen Olsen. Entonces tuve conocimiento,
pero el actual director de Quejas ya estaba aquí cuando llegamos”.
—
¿Cuántas quejas ha recibido la Comisión en lo que va del año?
“Tenemos
720 quejas recibidas del 1 de enero al 31 de mayo de 2015. El 40 por ciento lo
concentran las secretarías de Seguridad Pública municipales. Tijuana, Ensenada
y Mexicali, en ese orden. Después la Policía Estatal Preventiva y en tercer
lugar, el CERESO La Mesa”.
—
Por último, comisionada, ¿recibió ofrecimientos de diputados antes o después de
su nombramiento?
“No
recibí, ni he recibido ni presiones ni solicitudes, ni me han pedido que
incluya a alguien en la plantilla (de personal). Entiendo que sean las
prácticas, pero me sorprende la desconfianza a un proceso que se hizo con toda
la intención de reivindicar una institución. Supongo que después de una
situación tan complicada en la relación del Congreso con la institución,
pues optaron por una propuesta en la que
pudieran converger puntos de coincidencia, fue coyuntural. Muchas de las
personas, diputadas o diputados, conocen mi trabajo desde hace mucho tiempo”.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/ INÉS GARCÍA
RAMOS / 09 DE JULIO DEL 2015 A LAS
07:58:07)
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