Las
carencias del Seguro Social las padecen sus derechohabientes, a quienes se
priva de atención médica oportuna y el surtido completo de recetas. Son los
pacientes diabéticos e hipertensos, quienes en conjunto conforman alrededor del
60 por ciento del padrón de asegurados del Instituto en Baja California y
regularmente enfrentan el desabasto de medicamentos que las autoridades de la
delegación califican como "un pequeño problema”
Victoria
Alcántar Franco se fracturó hace cuatro años, afectación que los doctores que
la atendieron en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), diagnosticaron
como un simple esguince, sin mediar para ello estudios que lo corroboraran.
Fue
hasta hace seis meses, al no lograr sostenerse en pie, cuando la canalizaron
con especialistas de la Clínica Número 20 y le practicaron los estudios,
concluyendo que su padecimiento es osteomielitis en grado avanzado, el cual
derivó de la falta de cuidados y tratamiento oportuno.
Victoria
ya fue intervenida quirúrgicamente, le programan nuevas cirugías; aun así, no
le garantiza que pueda volver a caminar.

Y
aunque el servicio de especialidades que se ofrece en la Clínica 20 asentada en
Tijuana es calificado como bueno, las posibilidades que tienen los asegurados
de ser canalizados a éste son mínimos.
En
un recorrido efectuado por ZETA a las distintas clínicas y hospitales del IMSS,
los afiliados reprobaron particularmente el servicio médico y administrativo
que ofrece la Clínica 27; quejas que Yamil Valenzuela Velarde, jefe de
Servicios Administrativos de la delegación, dijo desconocer.
En
contraparte, ponderó el 98.76 por ciento de abasto en medicamentos que se tiene
en la región, y calificó el porcentaje de desabasto como “un pequeño problema”,
el cual atribuyó al incumplimiento de los laboratorios contratados como
proveedores desde las oficinas centrales del Instituto.
Reconoció
que ese desabasto afecta a los pacientes con hipertensión, padecimiento que
aqueja a cuando menos el 30% de los afiliados, mientras que en el caso de las
personas con diabetes, la insulina Glargina, que tradicionalmente se incluye en
los tratamientos médicos, no siempre está disponible en el stock de las
farmacias de las clínicas y hospitales del IMSS, entidad que no subroga
medicamentos, por lo que la medicina faltante, los enfermos deben adquirirla
por cuenta propia.
SIN ATENCIÓN, SIN MEDICAMENTO
De
acuerdo con las propias estadísticas del IMSS, la diabetes es la primera causa
de muerte que registra, padecimiento que, al igual que la hipertensión, genera
la principal demanda de consulta en medicina familiar y de especialidades.
Hipertensión
y diabetes generan los principales ingresos hospitalarios, de ahí que su
control y adecuado tratamiento sea de suma importancia para evitar futuras
complicaciones en la población que las padece.
Yamil
Valenzuela Velarde anotó que el desabasto de medicamentos que se enfrenta en la
región, solo afecta a los pacientes hipertensos, y que en el caso de los
diabéticos, si no se cuenta con la insulina tradicional, les es suministrada
otra de tipo terapéutica, de la cual no precisó nombre.
Pero
no en todos los nosocomios es así, tal es el caso de la Clínica 27, en la cual
el fármaco sustituto se almacena en el área administrativa, sin surtir de
ningún tipo de insulina a la farmacia, por lo que ésta no llega a manos de los
pacientes.
Así
lo enfrentó Raúl González, de 42 años, quien luego de cuatro meses de vueltas
infructuosas para que le surtieran la receta, logró que el médico familiar la
cambiara con medicina que sí se le pudiera surtir, pero en la farmacia le
negaron el medicamento “por no llevar un informe del doctor que justiciara el
cambio, pero finalmente me dijeron que ni de la nueva presentación de insulina
tenían”; acudió al área administrativa del hospital, la cual, tras recibir la
queja, le surtió directamente el medicamento.
Desde
hace un año Raúl porta un catéter, pues padece insuficiencia renal, por ello
sigue un tratamiento a base de Electroproyectina, un recuperador sanguíneo que
no siempre tienen en existencia en el Instituto y, al no serle subrogado, debe
comprarlo a un costo de mil 500 pesos por unidad.
MALA CALIDAD EN EL SERVICIO
Meses
atrás, la salud de David Rogelio Mata, de 21 años, comenzó a menguar. Acudió a
consulta familiar en la Clínica 27 del IMSS, donde le diagnosticaron infección
en la garganta; le suministraron antibióticos, pero no se recuperó.
Hace
un mes tuvo una crisis, por lo que su familia lo llevó a la sala de urgencias
de ese nosocomio, donde le continuaron dando el mismo tratamiento para
infección, negándose a internarlo, a pesar que el joven llevaba días sin probar
alimento y no podía sostenerse en pie.
Don
Tomás, un obrero jubilado y padre de Rogelio, optó por internarlo en una
clínica particular, donde lo estabilizaron a cambio de un pago de 10 mil pesos.
Los estudios que le realizaron en el hospital privado, Rogelio los llevó a su
médico familiar del IMSS, por lo que actualmente recibe tratamiento contra la
tuberculosis.
EL DESABASTO EN ENSENADA
A
la redacción de ZETA llegó la queja de un derechohabiente de la Clínica 8 del
IMSS, ubicada en Ensenada.
Se
trata de Guillermo Domingo Salazar, de casi 88 años de edad, él tiene un
padecimiento cardiaco y, desde el 4 de mayo, hasta la fecha, no le es
suministrada la Digoxina, medicamento base de su tratamiento.
Otro
caso. Un mes sí y al otro no, Servando Cárdenas enfrenta el desabasto de
medicamentos en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
La
presión alta, padecimiento que le fue diagnosticado desde hace siete años, el
IMSS se lo controla con tabletas de 5 miligramos de Amlodipino, que al
Instituto le es provisto por AMSA Laboratorios, una empresa de medicamentos
genéricos.
Pero
el remedio para sus males no le es proporcionado con regularidad a Don
Servando, quien debe esperar hasta un mes para que la receta le sea surtida,
demora que no le es compensada con mayor cantidad de tabletas.
Si
se es derechohabiente del IMSS, de una cosa puede estar seguro: o se adquiere
parte del tratamiento médico por cuenta propia, o se debe armar de paciencia y
esperar hasta que en la farmacia se cubra el déficit, aunque ello sea en
menoscabo de la salud. La fórmula no falla.
LOS NÚMEROS DEL IMSS
La
delegación del IMSS en Baja California, atiende a poco más de 2.5 millones de
derechohabientes, cifra que se ha mantenido en los últimos dos años.
Al
mes, el Instituto brinda un promedio de 500 mil consultas, “atendiéndose
principalmente enfermedades crónico degenerativas, como hipertensión y
diabetes”, anotó el jefe de Servicios Administrativos, Yamil Valenzuela
Velarde.
La
delegación regional cuenta en su nómina a 13 mil trabajadores, entre médicos,
enfermeras y personal administrativo.
Por
disposición del Gobierno Federal, este año el Instituto no incrementará su
presupuesto en la delegación Baja California, la cual tendrá que manejarse con
una cantidad similar a la proporcionada en 2014, la cual asciende a mil 113
millones, distribuidos de la siguiente manera:
Servicios
generales en clínicas y hospitales, 814 millones 790 mil pesos; subrogación de
servicios integrales, 289 millones 152 mil pesos; medicamentos y material de
curación, 9 millones 368 mil pesos.
CENTRALISMO Y DESABASTO EN MEDICAMENTOS
En
su presupuesto, el IMSS no prevé la subrogación de las medicinas, con todo y
que enfrenta “un porcentaje mínimo de desabasto”, el cual se sitúa oficialmente
por debajo del 2%.
Las
oficinas centrales del Instituto son las que manejan las adquisiciones de
medicamentos, material de curación, radiológicos y de laboratorios, mediante
licitaciones.
Pero
el IMSS no está cumpliendo con el importe de pago solicitado por los
proveedores, de ahí que sus requerimientos no le sean atendidos en tiempo y
forma, generando desabasto en material y medicamento de más de un 80%, en casos
como el de Servicios Empresariales de Distribución Médica o Kedan de México,
empresas que suministran equipos de curación.
En
fármacos, laboratorios como Gamma, Silanes, Maypo, Valdecasas, Ragar y
Compharma, entre otros, enfrentan porcentajes de incumplimiento de pago que
fluctúa entre un 20 y un 50%.
A
la delegación regional solo se le informa que “no hay proveedor nacional”, por
ello, sin recurso propio para adquirir medicina, el suministro es limitado a la
existencia disponible.
Lo
que sí subroga el Instituto son los servicios de alta especialidad, nueve en
total, todos relacionados con diálisis, hemodiálisis y cirugía cardiovascular,
precisó Valenzuela Velarde.
SIN PROYECTO DE CRECIMIENTO
Para
atender a los 2.5 millones de derechohabientes, en la delegación Baja
California el Instituto dispone de una infraestructura de 39 unidades médicas,
en las que se cuentan ocho hospitales.
Y,
al menos en 2015, no prevé crecer en cuanto a infraestructura. Aunque existe un
proyecto de edificar una clínica en Ensenada o Rosarito, actualmente no se
cuenta con un terreno propio para ello, por lo que ni en el corto o mediano
plazo se podrá concretar.
Sin
un predio, “no se puede solicitar a nivel central, el recurso para invertir en
el proyecto”, indicó Yamil Valenzuela.
Con
todo ello, el funcionario aseguró que, en el caso de la delegación Baja
California, el IMSS sí brinda la cobertura que demandan los derechohabientes.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ/ Isabel Mercado Juarez / 06 de Julio del 2015 a las 06:54:22)
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