Daños
al erario por 23.6 millones de pesos, 233 millones de pesos no ejercidos, cinco
veces menos médicos de los recomendados por la OMS, millones gastados por
encima del precio real de medicamentos, remuneraciones injustificadas e
indebidas a personal. Así, el Seguro Popular, durante la dirección de la
panista Mirna Rincón, concentra las principales observaciones emitidas por la
Auditoría Superior de la Federación al gasto del gobierno de Baja California en
2013
Recibidos,
pero no ejercidos 233 millones de pesos, otros 13 millones de pesos en
remuneraciones a servidores públicos fuera de lo establecido, 2.6 millones de
pesos destinados a medicinas y servicios comprados un año antes, son parte de
las anomalías detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la
cuenta pública 2013 del Seguro Popular en Baja California.
El
resultado: diez observaciones, las cuales generaron cuatro recomendaciones, una
solicitud de aclaración, una promoción de responsabilidad administrativa
sancionatoria y cuatro pliegos de observaciones.
La
entonces directora del Seguro Popular, Mirna Rincón, hoy es suplente de la
candidata y boxeadora Jackie Nava a la diputación federal del Distrito 08.
LA REINCIDENCIA DE MIRNA RINCÓN
La
panista Mirna Rincón Vargas fue denunciada, junto a sus subordinados,
penalmente y ante Contraloría del Estado en 2012, por formar parte de una red
de corrupción y extorsión a los proveedores del Seguro Popular, a quienes se
les exigía entre el 20 y 40 por ciento del dinero generado por los contratos
que recibían.
La
queja vino de médicos proveedores de los servicios, entre ellos Hugo Mártir,
quienes documentaron nombres de los involucrados, fechas, cantidades,
testimonios y más.
Así
quedó registrado en la edición 2025 de ZETA (18 de enero de 2013), en el
reportaje “Corrupción en el Seguro Popular”. En este entonces, Rincón Vargas
aspiraba a la candidatura por la alcaldía de Rosarito.
Cuando
aún fungía como directora del Seguro Popular, a Mirna Rincón se le fincó
responsabilidad en otro proceso de Contraloría del Estado, por transferir 10
millones de pesos del Seguro Popular al Hospital de Salud Mental de Tijuana
-cuyo tesorero era su hermano Jesús Octavio Rincón Vargas- sin aprobación de la
Junta de Gobierno del Seguro Popular.
Es
el expediente administrativo 258/12/MXL, cuya resolución se emitió el 15 de
octubre de 2013, y de acuerdo a la cual, la directora del Régimen de Protección
Social en Salud de Baja California, es decir, el Seguro Popular, incurrió en
responsabilidad administrativa.
Se
trata de dos convenios, el primero de Apoyo Financiero y Transferencias de
Recursos, el segundo por Colaboración Interinstitucional; juntos suman 10
millones 600 mil pesos y fueron firmados en 2010.
Durante
ese periodo, Octavio Rincón Vargas, hermano de la entonces directora del Seguro
Popular, se desempeñaba como tesorero de la asociación civil que conforma al
Hospital de Salud Mental de Tijuana.
La
transferencia de recursos “resultó un beneficio para sociedades de las que
formó o hayan formado parte, parientes consanguíneos como lo es Jesús Octavio
Rincón Vargas… acción que realizó sin la autorización de la Dirección de
Control y Evaluación Gubernamental”, detalla el documento.
Mirna
Rincón fue encontrada “responsable de la irregularidad imputada”. En respuesta,
la hoy candidata a diputada federal -en calidad de suplente- argumentó no haber
violado la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, ya que “la Ley
no contempla la figura jurídica de asociación civil, por lo que no se infringió
la prohibición”.
Sin
embargo, la Controlaría precisó que “una
asociación civil está conformada por socios” y determinó que la entonces
funcionaria “intervino en la resolución de asuntos, como lo fue la celebración
de los convenios”.
Por
lo que dictaminó: “La infracción cometida fue de gravedad, y referente al grado
de culpabilidad, se estima que la servidora pública involucrada obró con mínimo
grado de culpabilidad, ya que dichos convenios fueron autorizados en fecha
posterior por la Junta Directiva”.
En
2013, Mirna Rincón llevaba 18 años en el servicio público. Solo fue acreedora a
una amonestación pública, una “advertencia hecha al servidor público
responsable” inscrita en su expediente.
MILLONES PERDIDOS Y DESPERDICIADOS
Para
el ejercicio 2013, Baja California recibió mil 12 millones 64 mil 100 pesos
para su aplicación en el Seguro Popular. Esto a través del concepto de la Cuota
Social y la Aportación Solidaria Federal.
Al
momento de realizar la auditoría, la ASF seleccionó una muestra de 848 mil 514
millones 600 mil pesos, lo cual representa el 83.8% de los fondos.
En
general, las anomalías cometidas por el Seguro Popular en la entidad, fueron en
materia de adquisiciones y servicios personales, las cuales generaron un
probable daño a la Hacienda pública federal por un importe de 23 millones 263
mil pesos.
Por
ejemplo, al 31 de diciembre de 2013, quedaban 272 millones 245 mil 242 pesos
sin ejercer, es decir, el 26.9% del presupuesto.
Seis
meses después, al 30 de junio de 2014, ya entrada la nueva administración
estatal y bajo la dirección de Carlos Torres, quedaban por aclarar 231 millones
226 mil pesos. Solo había sido explicado el gasto del 4.1% del monto señalado.
También
como fondo no transferido y por lo tanto, perdido, se detectó un monto de 59
mil 400 pesos, producto de los intereses generados en la cuenta bancaria del
programa.
Estas
dos prácticas fueron sistemáticas, puesto que en la cuenta pública 2012, la ASF
había realizado la misma observación y se advirtió su reincidencia.
DERROCHE EN PAGOS A EMPLEADOS
La
ASF detectó 15 millones 65 mil 200 pesos de daño a la Hacienda pública federal,
destinados al pago de Servicios Personales.
Por
ejemplo, se pagaron 8 millones 839 mil 600 pesos al personal eventual por
“medidas de fin de año”, sin que este concepto se encontrase establecido en sus
contratos.
También
fueron detectados excesos por 4 millones 401 mil 300 pesos en pagos de
remuneraciones al personal, respecto al porcentaje autorizado por la normativa.
Estos conceptos son los correspondientes a bonos, dietas y otros, donde se
concentran cantidades incluso superiores a los salarios tabulados.
Al
revisar 50 expedientes de personal, el Órgano de Fiscalización encontró un
monto de 2 millones 63 mil 400 pesos en “pagos improcedentes” a cuatro
servidores públicos carentes de la documentación que acredite la preparación
académica requerida para el puesto bajo el cual cobraron. La situación se había
repetido en 2012.
En
el momento, el Seguro Popular aclaró el pago de 523 mil 100 pesos,
correspondiente a un solo servidor público.
Además,
se les pagaron 75 mil 600 pesos en exceso a cinco prestadores de servicios.
Tampoco se pudieron comprobar pagos por 208 mil 300 pesos que fueron emitidos
en facturas, pero no comprobados en nóminas.
MENOS MEDICAMENTOS PARA PACIENTES, PERO
MÁS DINERO PARA SUS PROVEEDORES
De
los más de mil millones de pesos ejercidos por el Seguro Popular en 2013, se
destinaron apenas 56 pesos en medicamentos por afiliado, un 53.8% menos del
gasto destinado para este rubro en 2012.
En
cambio, se pagó un 8.8% más por estos medicamentos a sus proveedores, respecto
al precio definido en el Catálogo Universal de Servicios de Salud.
Al
fiscalizar el gasto en medicamentos, el primer hallazgo de la Auditoría arrojó
un probable daño a la Hacienda pública por 4 millones 185 mil 800 pesos.
Se
inició con una muestra de 19 millones 32 mil 600 pesos a través de expedientes
de adjudicación, contratos, pólizas de egresos y documentación comprobatoria.
Así
se detectó “que se adquirió medicamento a un precio superior al de referencia
por 1.7 millones de pesos y medicamento no contemplado en el Catálogo Universal
por un millón 488 mil 100 pesos”.
Como
ocurrió con las observaciones anteriores, ésta también había sido advertida
durante la revisión de la cuenta pública 2012.
El
Seguro Popular tampoco pudo justificar, comprobar, aclarar o reintegrar un
importe de 3 millones 420 mil 700 pesos, de los cuales 764 mil pesos
corresponden a medicamento a un precio superior al de referencia y 2 millones
656 mil 700 pesos por servicios y medicamentos del ejercicio 2012.
Un
segundo daño o perjuicio por estos conceptos, fue detectado por 3 millones 420
mil 720 pesos, por destinar recursos de la Cuota Social y la Aportación
Solidaria Federal a la adquisición de medicamento a un precio superior al de
referencia, así como al pago de medicamentos y servicios correspondientes al
ejercicio fiscal 2012.
Una
pequeña muestra de las recetas entregadas a beneficiarios durante 2013,
permitió constatar de que de 159 recetas médicas, 25 no cuentan con el sello de
surtido; 123 no tienen firma de recibido por parte del beneficiario; 70 no
cuentan con la clave del medicamento y 41 no tienen cantidad de medicamento
recetado. Tampoco existe evidencia de que los medicamentos no entregados, se
surtieron posteriormente.
“Del
resultado se advierte su reincidencia, fue observado por la Auditoría Superior
de la Federación en la revisión de la cuenta pública 2012”, se explica en el
documento.
FALTA DE MÉDICOS, DESABASTO DE
MEDICAMENTOS: PERSISTE EL MAL SERVICIO
Si
bien, el Seguro Popular en Baja California, recibió recursos federales
superiores a mil 12 millones de pesos, solo destinó el 5.6% para la adquisición
de medicamentos, material de curación y otros insumos.
La
cifra apenas llegó a los 57 millones de pesos. Fue insuficiente. La normativa
permite destinar hasta el 30% del presupuesto a estos rubros, puesto que son
una parte esencial de la atención a los pacientes, “lo cual repercutió en el
desabasto de medicamentos reflejado en el surtimiento incompleto de recetas
médicas y en el incumplimiento de los objetivos y metas del programa”,
determinó la ASF.
Y
es que cada médico en nómina del Seguro Popular atendió en promedio a mil 865
afiliados durante 2013. La cantidad supera cinco veces a las recomendaciones de
la Organización Mundial de Salud (OMS).
Si
los estándares internacionales indican que por cada mil pacientes, debe haber
2.5 médicos, en Baja California, por cada afiliado al Seguro Popular, se tenían
0.5 médicos frente a paciente.
Además,
la Auditoría hizo una revisión de las quejas más recurrentes ese año. El 40%
señaló atención médica insuficiente o deficiente; el 33% refirió los largos
tiempos de espera para recibir consulta; el 16.7% detalló que se les negó el
servicio y un 10% denunció el cobro de medicamentos y materiales.
Por
las anomalías arriba mencionadas y detalladas,
la ASF remitió una Promoción de Responsabilidad Administrativa
Sancionatoria ante la Contraloría General del Estado de Baja California.
El
órgano estatal es el encargado de realizar las investigaciones pertinentes y, en
su caso, iniciar el procedimiento administrativo correspondiente, por los actos
u omisiones de los servidores públicos implicados.
Tal
y como lo hizo en su momento por el actuar de Mirna Rincón, cuyo último año
como directora del Seguro Popular fue en 2013.
Frente
a los más de 200 millones de pesos sin aclarar ni comprobar, una cifra para el
Lector. En 2013, para la atención de cada uno de sus afiliados, el Seguro
Popular destinó un promedio de 869.80 pesos.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ/ Inés García Ramos / 21 de Mayo del 2015 a las 21:45:00)
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