Los colonos
del fraccionamiento Chula Vista de Cabo San Lucas creyeron comprar una vivienda
de ensueño, pero se encontraron con una cruda y aterradora realidad, cuando
entraron a vivir a su casa y se “agundizó” con el paso del huracán “Odile”.
Cabo San Lucas, Baja
California Sur.- Desde agosto del 2012, los habitantes del fraccionamiento
Chula Vista en este polo turístico presentaron formalmente una queja en contra
del Homex por una serie de vicios ocultos que comenzaron a brotar después de
habitar sus viviendas multifamiliares en un terreno localizado dentro del sub
centro urbano al norte de la ciudad.
Los colonos
protestaron porque desde un principio el magno proyecto de vivienda había
resultado –según el presidente de la mesa directiva de los colonos, Sergio
Lozoya Cuenca— “un verdadero fiasco”, desde el acabado interior y exterior,
hasta los servicios de luz, agua y drenaje, así como banquetas, guarniciones,
vialidades y sobre todo la obra hidráulica, la cual era clave en virtud de que
el conjunto habitacional está ubicado justo a un costado de un arroyo de agua
bronca, y la principal causa de que su patrimonio, pudiera venirse abajo en
cualquier momento.
Los inquilinos
habían conocido el proyecto de vivienda en septiembre de 2007, cuando la
compañía también llamada “Proyectos Inmobiliarios de Culiacán, S.A. de C.V.”
hizo la presentación oficial del desarrollo y exhibió en bocetos, trípticos,
mapas e incluso una maqueta lo que describió y presumió como el plan más
ambicioso en la construcción de viviendas de interés medio y de interés social
que podrían ser adquiridas a través del financiamiento de Infonavit, Fovissste,
Invi, Fovi y Fonhapo, derivado del rezago en la construcción de casas y de la
falta de oferta de “precios accesibles” a las familias de escasos recursos.
Según el resumen
ejecutivo del desarrollo elaborado por “Grupo Homex”, el proyecto consta
básicamente de la lotificación y construcción de un fraccionamiento de interés
medio e interés social de una superficie total de 891 mil 432 metros con 79
centímetros cuadrados, durante un periodo de 10 años, con suministro de
servicios básicos y que estaba integrado de la siguiente manera:
1.- Zona
habitacional con una superficie total de 656 mil 428 metros con 84 centímetros
cuadrados, correspondientes al 73.64 por ciento de todo el desarrollo que
pretendía ser dividido en tres sub zonas.
La primera es un
conjunto multifamiliar de 446 mil 324 metros con 46 centímetros cuadrados, lo
que equivale al 50.06 por ciento del proyecto.
La segunda, un
conjunto denominado clúster compacto de 160 mil 6 metros con 18 centímetros
cuadrados; equivalente a un 17.95 por ciento.
La tercera, un
conjunto residencial de 50 mil 98 metros con 20 centímetros cuadrados,
correspondiente a un 5.62 por ciento.
2.- Área comercial,
con una superficie de 48 mil 246 metros con 78 centímetros cuadrados, lo que
equivale a un 5.41 por ciento.
3.- Área verde,
parque vecinal y lineal de 92 mil 150 metros con 24 centímetros cuadrados,
correspondiente a un 10.34 por ciento.
4.- Vialidades de 62
mil 738 metros con 63 centímetros cuadrados, equivalente a un 7.04 por ciento.
5.- Área de donación
o equipamiento urbano de 21 mil 093 metros con 93 centímetros cuadrados, lo que
corresponde a un 2.36 por ciento.
6.- Afectaciones de
10 mil 774 metros con 37 centímetros, equivalente al 1.21 por ciento de lo
proyectado.
De acuerdo a
documentos en poder de ZETA la construcción del proyecto se pretendía dividir
en tres etapas con un periodo de dos años por cada una de ellas y donde se
proyectaba una población de 16 mil 104 habitantes, tomando como referencia 4
inquilinos viviendo en 4 mil 026 casas.
El conjunto
habitacional –conforme al Plan de Desarrollo Urbano de Los Cabos— se encuentra
dentro de una zona determinada como de uso de suelo de media intensidad (H2), y
la cual es de conservación y sujeta a riesgo por arroyos. Así que para que el
proyecto fuera debidamente seguro, debía contemplarse la realización de una
obra hidráulica o bien de canalización de agua bronca, y también la
construcción de parques lineales y vecinales que permitieran aprovechar los
escurrimientos de agua en virtud de que el desarrollo es adyacente a un
escurrimiento de la unión de los arroyos Santo Seco y La Boruca, así como una
fracción del de Cabo San Lucas.
El proyecto
contemplaba una inversión total de 870 millones 772 mil 800 pesos, distribuido
de la siguiente manera:
1.- 102 mil 772 mil 800 pesos en la compra del
terreno.
2.- 648 millones de pesos en la preparación del sitio
y construcción de las 3 etapas de construcción de vivienda tipo Santa Lucía,
Margarita y Margarita Plus.
3.- 120 millones de pesos en la urbanización del
proyecto y obras hidráulicas o canalización del arroyo con una superficie de
alrededor de 10 mil metros cuadrados, el cual se mantendría abierto para
incorporarlo al paisaje del fraccionamiento.
LA PESADILLA
Después de la
presentación del proyecto inmobiliario, los clientes potenciales de inmediato
contactaron a los agentes de venta de Grupo Homex y solicitaron tramitar su
crédito, y posteriormente, firmaron el contrato de compraventa de su vivienda,
cuyo valor en aquel entonces fue de 350 a 600 mil pesos, según la vivienda.
Las casas
contemplaban a groso modo dos recámaras, sala, cocina y baño en un espacio de
entre 50 y 70 metros cuadrados, incluso un cajón de estacionamiento.
La mayoría de los
compradores son empleados que con el paso del tiempo, con el esfuerzo de su
trabajo, lograron reunir la puntuación y hacerse de un patrimonio familiar,
algunos de los cuales en un principio pensaron era de ensueño.
Sin embargo, y tras
recibir las llaves de su vivienda, se encontraron con una cruda y aterradora
realidad, quienes semanas después de formar la mesa directiva de los vecinos
del desarrollo de Chula Vista, presentaron en una queja formal al representante
legal de la constructora, Orlando Valdez López.
La queja –según el
documento entregado y firmado por los colonos—contemplaba 21 puntos entre los
que destacaban la solicitud de abastecimiento de agua potable, colocación de
medidores, reparación de cuarteaduras, colocación de tapas de concreto en la
red del colector municipal, pavimentación de vialidades, colocación de
guarniciones y banquetas, operación del alumbrado público, incorporación a la
red del drenaje municipal y recolección de basura y, sobre todo, la
canalización del arroyo.
Durante una
entrevista con ZETA, el presidente de la mesa directiva de los colonos de Chula
Vista, Sergio Lozoya Cuen, dijo que la solicitud nunca fue escuchada por la
empresa, por lo que tuvieron que presionar y recurrir al Ayuntamiento de Los
Cabos, y donde el 23 de agosto del 2012, lograron tener la primera de tres
reuniones formales, en las que estuvieron las siguientes personas:
1.- Jesús Druck González, entonces director general de
Ecología y Medio Ambiente.
2.- Amado Júnior Espinoza, representante del Organismo
Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento.
3.- Jesús Salvador Beltrán Cota, director de
Planeación Urbana.
4.- Luis Julián Rodríguez Guajardo, director de
Licencias de Construcción.
5.- Marcelino Sotelo Galeana, director de Imagen
Urbana.
6.- Wenceslao Pettit Jacinto, entonces director de
Protección Civil.
7.- Luis Fernando Quintero Rocha, presidente del
Colegio de Ingenieros.
8.- Orlando Valdez López, representante de Grupo
Homex.
9.- Arquitecto Antonio Cervantes, director responsable
de obra del desarrollo Chula Vista.
10.- José Luis Cortés González, subdirector del
Instituto Municipal de Planeación.
En la polémica
reunión, los vecinos se enteraron de que Grupo Homex no había entregado de
manera oficial la red de drenaje y de agua potable y el sistema de alumbrado
público, por lo que de entrada era imposible otorgar los servicios a los
colonos hasta en tanto el desarrollo no cumpliera con la entrega, incluida la
recolección de basura.
A pesar de la
presencia de todo el aparato municipal del gobierno del alcalde de Los Cabos,
José Antonio Agúndez Montaño, durante dos años de lucha, lo máximo que han
logrado los vecinos es que esporádicamente el ayuntamiento recolecte la basura
y abastezca de agua.
Sin embargo, lo que
vino a complicar las cosas fue el paso del huracán “Odile” en septiembre cuando
la fuerte lluvia prácticamente se llevó la obra iniciada de la canalización del
arroyo, y de paso se llevó la principal vialidad de acceso a la colonia y quedó
a escasos 4 metros de derrumbar también el devaluado patrimonio de muchos de
sus habitantes.
La omisión y la
negligencia de la constructora y de las autoridades municipales, casi terminan
en tragedia, porque hoy por hoy, según los vecinos de Chula Vista, la corrida
del arroyo abrió un sinnúmero de boquetes por debajo de los edificios
construidos en una zona meramente arenosa, los cuales constantemente registran
filtraciones de agua, lo que ha permitido que la arena se vaya desgajando y los
edificios resquebrajándose al punto de que algunos colonos prácticamente se
salieron de sus viviendas, porque la construcción se está inclinando y
hundiendo.
LA EXPLICACIÓN
Como suele suceder
en estos casos, unos a otros se echan la bolita, pero ninguna autoridad
resuelve el problema de fondo. Durante un recorrido por la zona, ZETA detectó
que la colonia es prácticamente un muladar, porque hay basura por todos lados,
parece boca de lobo, ya que no tiene funcionando el alumbrado público y las
pipas hacen negocio redondo con los vecinos por la falta de agua potable.
Las reuniones –según
los afectados— solamente han servido para discutir el tema, ver y analizar
propuestas, pero no pasa “de las buenas intenciones” y de “las promesas de los
gobernantes”.
“Todo sigue como al
principio”, dijo el presidente de la mesa directiva, Sergio Lozoya Cuen, y
expuso que “ya no queremos promesas y buenas intenciones, sino soluciones de
inmediato porque el patrimonio de todos los que vivimos ahí está en riesgo y
cada minuto que pasa se agrava el problema”.
El propio delegado
municipal de Cabo San Lucas, Martín Lagarda Ruiz, reconoció como “grave” y “muy
serio” el caso del fraccionamiento Chula Vista, que data de hace más de dos
años, pero se justificó de que el asunto fue heredado por la anterior
administración.
Durante una
entrevista con ZETA, admitió que desde entonces los vecinos se quejaban de la
obra de encauzamiento del arroyo y de los vicios ocultos de las viviendas, pero
a pesar de que tuvimos algunas reuniones y la constructora de “Grupos Homex”,
prometió resolver el problema, finalmente no respondió y se levantó de la mesa
de trabajo.
“Las consecuencias
están a la vista, porque el canal de agua empezó a socavar, y hoy el huracán
Odile, se lo llevó junto con una calle lateral, la red de agua potable y alcantarillado
y por poco hasta las viviendas”, dijo.
El delegado expuso
que el reclamo de los vecinos es justo, porque “no era lo que les habían
prometido y mucho menos vendido”, ya que compraron de buena fe una casa en un
desarrollo que tendría todos los servicios y no tienen absolutamente nada.
— ¿Y ustedes porque
no dan esos servicios? Se supone que es obligación de los gobierno municipales.
“Porque oficialmente
no nos han entregado las obras de conexión de la red de agua potable, drenaje y
alumbrado y ni de manera parcial y mucho menos completamente, entonces estamos
tratando de buscar solución a los problemas. Por citarte un ejemplo, ya fuimos
y checamos el alumbrado público con plantas de luz y vimos que sí está
funcionando y ahora estamos hablamos con Comisión Federal de Electricidad y
viendo de qué manera pueden integrar esa red de alumbrado a la que pasa por esa
zona. Es parte de lo que hemos venido haciendo”.
El delegado Martín
Lagarda Ruiz, dijo que “nosotros no somos la constructora”, sino solo un intermediario
como autoridad que somos y si alguien no cumplió pues intervenimos para tratar
de obligar a la parte incumplida a cumplir inclusive, y por la experiencia que
tiene como ingeniero civil de carrera, admitió que si no se hace la obra de
canalización y algo para eliminar los escurrimientos, tarde que temprano, la
estructura de los viviendas va a sucumbir.
Finalmente, expuso
que desde hace tres años el ayuntamiento no ha expedido una sola licencia de
construcción a favor del Grupo Homex o “Proyectos Inmobiliarios de Culiacán,
S.A de C.V”, y los cuales tan solo en Cabo San Lucas, construyeron Infonavit
Las Palmas y Paraíso del Sol, cuyas viviendas presentan casualmente el mismo
problema que el fraccionamiento Chula Vista.
ZETA estuvo en la
oficina de Grupo Homex, y trató de solicitar una entrevista, pero el
establecimiento estaba vacío y abandonado.
En un segundo
intento, estuvo en la oficina de ventas y donde solo había un vendedor de
“encargado”, y quien dijo que no podía dar ninguna explicación sobre el caso
porque ese era un problema de los directivos y los cuales no aparecían después
de declarar en quiebra a la empresa y desaparecer la oficina del corporativo de
Culiacán, Sinaloa después de que en junio pasado un juez federal declaró a
Homex y sus filiales en concurso mercantil tras acreditarse que la empresa es
insolvente económicamente.
Cabe destacar que el
presidente de Grupo Homex, Eustaquio Tomás de Nicolás Gutiérrez, es un
empresario muy cercano a Enrique Peña Nieto.
(SEMANARIO
ZETA/ Gerardo Zúñiga Pacheco/ 25 de
Noviembre del 2014 a las 12:00:00)
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