Agentes
federales detuvieron en el estado occidental de Michoacán a Jesús Tapia, un
sicario cercano al líder del cártel de los Caballeros Templarios, Servando
Gómez, alías ‘La Tuta’, y acusado de participar en el asesinato de 12 policías
federales en 2009.
La
fiscalía del estado informó el sábado por la tarde de la detención en un
comunicado en el que explicó que Tapia estaba en la lista de los delincuentes
más buscados de la Procuraduría General de la República (PGR) y que ofrecía una
recompensa de tres millones de pesos (230.000 dólares) por datos que llevaran a
su captura.
Tapia
operaba en la zona conocida como Tierra Caliente, en la costa del Pacífico del
violento estado de Michoacán, y fue detenido por agentes de la Subprocuraduría
Especializada en Delincuencia Organizada cuando viajaba en una camioneta en
poder de un arma larga.
Al
ser requerido, indica la nota, dijo ser integrante del cártel y advirtió a los
agentes que de no ser liberado les pasaría lo mismo que a los policías
federales que fueron asesinados en Arteaga en julio de 2009 y cuyos cuerpos
fueron localizados en las inmediaciones de la autopista que lleva al puerto de
Lázaro Cárdenas.
Tapia
dijo haber participado en ese ataque, en el que murieron 12 policías federales,
entre ellos una mujer, por órdenes de ‘La Tuta’ cuando los Templarios supieron
que los agentes hacían labores de inteligencia.
Con
la detención de Tapia parece estrecharse el cerco a ‘La Tuta’, uno de los
narcotraficantes más buscados de México, por el que se ofrece una recompensa de
30 millones de pesos.
Servando
Gómez es el líder del cártel que aterrorizó durante años el estado de Michoacán
y que se hizo fuerte gracias al control del tráfico de metanfetaminas y del
puerto de Lázaro Cárdenas. Además, los Templarios lograron infiltrarse en todas
las esferas de poder de la región.
Debido
a la violencia que se vivía en la zona, hace año y medio Michoacán fue
escenario del levantamiento en armas de grupos de civiles dispuestos a luchar
ellos mismos contra los narcotraficantes y también fue allí donde el presidente
mexicano, Enrique Peña Nieto, inició un enorme despliegue de fuerzas federales
para controlar a las autodefensas y luchar contra el crimen organizado.
El
despliegue, que todavía continúa, conllevó la legalización de parte de los
civiles alzados en armas y de forma paralela se hicieron acciones judiciales
contra autoridades vinculadas a los Templarios. Sin embargo, a lo largo de
2014, el índice de homicidios, extorsiones y secuestros se ha elevado respecto
al año anterior, según cifras oficiales.
Tomado
de Eje Central.
(RIODOCE/REDACCION/
septiembre 13, 2014)
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