domingo, 31 de agosto de 2014

LA SANGRIENTA BATALLA POR FRESNILLO


Para el alcalde de Fresnillo, Benjamín Medrano Quezada, el municipio se convirtió desde hace años en una plaza que se disputan el Cártel del Golfo y Los Zetas, de ahí que la violencia no ceda. Medrano expone las cifras de la violencia –ejecuciones, levantones, extorsiones, balaceras– apoyado en un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional, y lanza el grito: “La Marina ha ayudado muchísimo, por eso desearíamos que tuviera una base permanente (en Fresnillo)… Sabemos que para eso se requieren como 100 millones de pesos, pero sí la necesitamos”.


ZACATECAS, ZAC. (Proceso).- “Las cosas no han cambiado mucho en Fresnillo. Los índices de violencia siguen siendo ámbar y a veces rojos”.

Benjamín Medrano Quezada, alcalde de ese municipio –puerta de entrada al norte del país y el más importante del estado por su economía–, comenta a la reportera que si fuera un político tradicional, diría que la localidad recuperó ya la tranquilidad y la paz.

“Pero sería mentir”, admite Medrano Quezada, un antiguo colaborador de Ricardo Monreal Ávila que en 2012 –cuando el Partido del Trabajo no apoyó su candidatura a la alcaldía– se fue al PRI y ganó los comicios.

Desde hace varios años Los Zetas desplazaron a sus rivales del Cártel del Golfo (CDG) e impusieron su dominio en la región (Proceso 1788), pese a las incursiones del Ejército. Desde entonces ha habido cientos de muertos, innumerables encontronazos, levantones, ejecuciones y secuestros, lo mismo en la capital de la entidad que en Guadalupe, Jerez, Pinos y Sombrerete.

Everardo Cabral Bañuelos, presidente de la Unión Ganadera Regional en Jerez, desapareció el 7 de junio último. Ese día, Cabral, de 53 años, salió de su domicilio en el centro de la ciudad. Desde entonces nadie lo ha visto. Uno de sus hijos dio parte a las autoridades ministeriales y comentó que iba en su camioneta, una Ford Escape.

El vehículo fue localizado al día siguiente en las inmediaciones del rancho El Sacrificio, entre las comunidades de Santa Rita y Ciénega de este mismo municipio. No tenía llantas y estaba completamente calcinado.

El sector ganadero se muestra consternado porque, dice, varios de sus miembros han sido extorsionados por los grupos del crimen organizado.

El 20 de junio hubo dos secuestros más en Valparaíso, mientras en Chalchihuites tres ingenieros de la empresa First Majestic en la mina El Toro fueron sacados violentamente de sus domicilios.

Según las autoridades estatales y municipales, la violencia en Zacatecas no desa­parece, sólo cambia de formas, según lo demuestran las desapariciones recientes.

A principios de este mes los ajustes de cuentas se exacerbaron. Comenzaron a aparecer bolsas con restos humanos con narcomensajes, una de ellas en un puente peatonal en la capital del estado.

En Fresnillo, Juan Ángel Hernández, El Chilango, un comerciante de artículos pirata, fue ejecutado en pleno centro de la ciudad un viernes a mediodía, frente a decenas de personas. Al día siguiente, por la noche, varios hombres llegaron al local del Chilango y, tras ordenar a la empleada que saliera, quemaron la mercancía.

En septiembre de 2013, durante su tercer informe, el gobernador Miguel Alonso Reyes presumió la inversión cercana a 3 mil millones de pesos en el rubro de seguridad pública durante su gestión; también mencionó la construcción de las bases militares en Fresnillo y Jalpa, así como la formación de cinco Unidades Regionales de Seguridad.

Pero la instalación del 97 Batallón de Infantería en la base de Fresnillo resultó insuficiente para apaciguar a los sicarios de Los Zetas y del CDG que se disputan la plaza. Ante esta situación, Medrano Quezada propuso al gobernador solicitar de manera abierta al gobierno federal que los marinos que realizan operaciones en esta zona desde mediados de 2011 –y que se retiraron el año pasado–, instalen una base de operaciones permanente.

Alonso Reyes se quejó y regresaron los marinos, quienes se alojan de manera provisional en el gimnasio municipal de Fresnillo.

Medrano Quezada comenta vía telefónica que, según las estadísticas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) –las cuales consultó Proceso–, Fresnillo sigue presentando la mayor incidencia en ejecuciones, secuestros y levantones:

“Tenemos la percepción de que las cosas han mejorado, pero sabemos que esta es una plaza en disputa desde hace tiempo. Tenemos en Fresnillo una mayor presencia del Cártel del Golfo que de Los Zetas. La Marina ha ayudado muchísimo, por eso desearíamos que tuviera una base permanente.”

Cuando los marinos se ausentaron, repuntaron los índices delictivos y reaparecieron las mantas con mensajes de los grupos criminales que se disputan la hegemonía en el estado.

Relata también que hace ocho meses, cuando asumió la presidencia municipal, encontró “una policía desarticulada y al servicio de un grupo delincuencial; reportes ciudadanos que servían para el halconeo en lugar de ser atendidos con presencia de la policía”.

Hoy, dice, tiene encima los plazos para la certificación de los uniformados, como sucede en todos los municipios, que vencen en octubre. El problema es crítico pues más de 50% de los policías de Fresnillo han reprobado los exámenes de control y confianza. “Estamos programando a grupos de 30 en 30. De los últimos, sólo tres los acreditaron”.

Otras formas de morir

A principios de año, el subprocurador de Justicia en Fresnillo, Juan Manuel Loera López, comentó que entre 2012 y 2013 las muertes violentas en los enfrentamientos de las bandas criminales disminuyeron de 80 a 60 (25%) debido a “la nueva modalidad en los combates”.

Según explicó a los medios, los grupos pasaron de las balaceras frontales a los levantones, por lo que las bajas comentaron a ser selectivas. Los cuerpos aparecían días después en sitios públicos.

Lo que sí aumentó fueron los desa­parecidos. En enero pasado Loera López habló de 90 personas, en su mayoría oriundos de Fresnillo y de Miguel Auza; muchos de ellos fueron ejecutados.

Según los reportes de la Sedena, entre enero y mayo de este 2014 disminuyeron los enfrentamientos en la entidad, así como el número de bajas, entre ellas las de 18 presuntos delincuentes y una autoridad civil, así como seis enfrentamientos entre grupos delincuenciales con militares y con policías ministeriales en Fresnillo, Jerez, Juan Aldama y Chalchihuites.

Sin embargo, de acuerdo con el documento de la Sedena consultado por Proceso, en ese periodo los homicidios del fuero común y los atribuidos a la delincuencia organizada sumaron 82: 26 en enero, 10 en febrero, 16 en marzo, 11 en abril y 22 en mayo.

En Fresnillo hubo 20; 10 en Guadalupe (municipio conurbado con la capital); seis en la ciudad de Zacatecas y otros tantos en Pinos y Nochistlán, más otros cinco en Valparaíso. La mayoría fueron atribuidos a la delincuencia organizada.

El Ejército registró también en los primeros cinco meses del año 23 secuestros, 51 levantones y dos desapariciones en 18 de los 58 municipios del estado. De éstos, 28 se registraron en Fresnillo, 17 en Guadalupe y 14 en la capital zacatecana.

Según estos datos, el número de levantones es más del doble de los secuestros: hombres armados sacan por la fuerza a las víctimas de sus domicilios, negocios o lugares de trabajo. La mayoría son ejecutados.

El 8 de enero último, por ejemplo, efectivos del 97 batallón de infantería se toparon en Fresnillo con hombres armados que iban en una camioneta Honda CRV. Se enteraron que en una vivienda de la calle Esperanza tenían cautivas a varias personas, y las liberaron, entre ellas a un hombre de 56 años y a un menor de 13, quien estuvo ahí tres meses. Además descubrieron los cadáveres de dos mujeres y cinco hombres.

A finales de ese mismo mes, las autoridades de Sombrerete localizaron el cuerpo de Joel García, de 49 años. Estaba dentro de su camioneta y tenía un disparo en la sien derecha. En el vehículo sus ejecutores rayaron la pintura con un clavo para escribir un mensaje:

“Yo no andaba con nadie. Me iba porque me decían a dónde tenía que ir; no contesten los números con el área 477, 458. Adiós, perdón. Yo sé que no me creen que me tenían amenazado y que tenía que dar una cuota cada mes, pero ya no les di, por eso tenía que hacer esto si no mataban a todos, un hombre de Charco Blanco.”

OPERATIVOS EXITOSOS

El 21 de enero la Policía Estatal Preventiva liberó a un menor de 15 años en una casa de la colonia La Marianita, en la capital del estado. Los uniformados detuvieron a seis personas, entre ellas dos mujeres que dijeron ser distribuidores de droga en la ciudad y trabajar para el CDG.

El 14 de febrero el cadáver calcinado de un hombre fue tirado en el camino a una comunidad del municipio de Jalpa. Al día siguiente, una mujer que se presentó al Servicio Médico Forense (Semefo) identificó el cuerpo: era de su esposo. “Vendía armas a los integrantes de la delincuencia organizada”, dijo.

A principios de marzo, un hombre fue asesinado a tiros por Álex y El Cocoliso en la discoteca Galáctica 2000 en Nochistlán tras una discusión. El cuerpo de la víctima –no identificada en el reporte de la Sedena– fue trasladado al hospital comunitario de Tlachichila.

Cuando los peritos de la Procuraduría de Justicia acudieron al nosocomio para llevarlo al Semefo, los empleados les dijeron que un grupo de encapuchados llegó en dos camionetas de doble cabina y se llevó el cuerpo.

El 23 de abril, un hombre pidió ayuda a la Policía Municipal de Pánfilo Natera porque tres presuntos delincuentes lo seguían en un Jetta gris y otra camioneta. Como pudo, siguió conduciendo hacia San Luis Potosí, pero fue alcanzado por sus perseguidores, quienes comenzaron a dispararle. En la refriega sus vehículos se volcaron, aunque los pistoleros lograron huir.

Cuando los preventivos llegaron al lugar encontraron en la cajuela del Jetta el cadáver de una mujer que había sido secuestrada horas antes a un costado de la carretera federal 49, en el tramo San Luis Potosí-Zacatecas.

La lista continúa: el martes 19 El Parchado, un presunto zeta, apareció asesinado en una comunidad de Teúl de González Ortega. Al lado del cadáver había un mensaje firmado por el CDG.

Para el alcalde Benjamín Medrano, los sicarios de Los Zetas y del CDG convirtieron a Fresnillo en “una plaza en disputa” por sus condiciones geográficas y económicas. E insiste en que los marinos se queden en la zona de manera permanente.

El jueves 21, el helicóptero del titular de la Marina, Vidal Francisco Soberón, aterrizó en los campos aledaños al gimnasio de Fresnillo, donde sus tropas se encuentran destacadas de manera temporal. De ahí se trasladó a la capital del estado para, junto con los titulares de Hacienda y de la Sedena, Luis Videgaray y Salvador Cienfuegos, respectivamente, inaugurar un astabandera monumental con motivo del centenario de la Toma de Zacatecas.

Y aunque Medrano no estuvo en ese acto, confía en que el gobernador Reyes le haya solicitado apoyo al almirante para que la base de marinos se quede definitivamente.

“Los comandantes que han estado al frente de la base nos han dicho que si les garantizamos instalaciones adecuadas, sería más fácil gestionar su permanencia. Sabemos que para eso se requieren como 100 millones de pesos. Pero sí la necesitamos”, remata Medrano.


(PROCESO / VERÓNICA ESPINOSA/ REPORTAJE ESPECIAL/ 29 DE AGOSTO DE 2014)

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