Como parte del Proyecto Centauro se reciclará una propuesta de semaforización inteligente impulsada por Marcelo Ebrard cuando se desempeñaba como jefe de la policía capitalina
Durante la administración de AMLO, el director de Control de Tránsito de la
ciudad, Alfredo Hernández, propuso instalar los semáforos inteligentes
En el año 2019 circularán 5 millones más de vehículos, lo que podría
llevar al colapso a las intersecciones viales de la ciudad
3
empresas tienen actualmente el control de los semáforos en el DF
3,000
intersecciones viales estrenarían software para enviar datos sobre flujo vehicular
7,300
millones de pesos sería el costo del Proyecto Centauro para mejorar la vialidad
Hace
once años, el hoy secretario de Obras del Distrito Federal, Alfredo
Hernández García, operó para su entonces jefe Marcelo Ebrard Casaubón un
ambicioso proyecto para dotar a la capital de semáforos inteligentes
que permitieran reducir el tráfico.
Aquel millonario proyecto se concretó cuando Marcelo Ebrard Casaubón
era el jefe de la policía, y Andrés Manuel López Obrador el jefe de
Gobierno del DF.
Desde aquel año, Alfredo Hernández, entonces director de Control de
Tránsito de la ciudad, prometía que los semáforos inteligentes contarían
con sensores que enviarían información a los controladores, que a su
vez, la llevarían a un control central que cambiaría en tiempo real las
luces de los semáforos para agilizar el tránsito.
Once años después, el proyecto de Marcelo Ebrard se reciclará como
parte de los alcances del Proyecto Centauro, en el que se invertirán 7
mil 300 millones de pesos para frenar el colapso por congestionamiento
de la metrópoli.
Y es que, a decir de las autoridades capitalinas, la infraestructura
de la red semafórica de la Ciudad de México se compone por más de 3 mil
intersecciones agrupadas en los siguientes tres subsistemas, que no han
sufrido modificaciones ni actualizaciones significativas en los últimos
años.
Las empresas de señales
El control de los semáforos en la capital está en manos de tres
empresas: Semex, que controla mil 344 intersecciones, Inmer, que
controla mil 373 intersecciones, y Eyssa, que controla 407
intersecciones.
Estos subsistemas están mezclados en el territorio de la Ciudad de
México y carecen de un sistema de comunicación entre ellos;
adicionalmente, los subsistemas Semex y Eyssa no tienen un control
adaptativo.
“Los Sistemas de Control Adaptativo del Tránsito difieren de los
sistemas de control de planes fijos en que los tiempos para las señales
se adaptan en un corto periodo de tiempo (en tiempo real), con el fin de
ajustarse a las necesidades de los volúmenes y patrones del flujo de
tráfico actual”, se detalla en el documento.
De acuerdo con dicha información, el subsistema INMER cuenta con mil
227 controladores Tyco, centralizados mediante un sistema SCATS obsoleto
(ya que es una versión no actualizada que no cuenta con las facilidades
de comunicación con otros sistemas inteligentes de transporte) y 40 por
ciento de los detectores de tráfico no funcionan.
Además, el Sistema de Control del Tránsito del subsistema INMER, no
funciona como un Sistema de Control Adaptativo en tiempo real de manera
automática (la información de los sensores no es utilizada en tiempo
real para el ajuste semafórico automático).
A partir de un diagnóstico realizado en 25 intersecciones,
proporcionados por la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del
Distrito Federal, cuyos elementos de tránsito conocen el pulso real del
tráfico en la capital, se concluyó que el deterioro es total y el
colapso inminente.
Nivel del colapso
Según ese ejercicio, que sirvió como muestra para conocer la
situación general del tráfico en la capital, se tiene que en 3
intersecciones (12 por ciento) se presenta un nivel de servicio (NS)
mínimo aceptable de “C”; en 5 (20 por ciento) un NS “D” próximo a la
saturación; en 10 (40 por ciento) un colapso inminente, y en las 7
restantes (28 por ciento) un colapso reflejado en NS “F” (relación
volumen/capacidad de 1 ó más).
Si esta muestra de intersecciones es extrapolada a todas las demás
intersecciones del Distrito Federal, se puede concluir que cerca del 70
por ciento de las intersecciones semaforizadas presenta un colapso
inminente o ya declarado.
Estas 25 intersecciones se ubican en corredores representativos de la
Ciudad de México, tales como ejes viales, arterias principales y vías
de acceso controlado: al sur, sobre Eje 8 Sur, al norte sobre los Ejes 1
y 2 Norte, al oriente sobre el Eje 3 Oriente, y en el centro sobre el
Eje Central.
Y es que de acuerdo con los argumentos que se ostentan en el Proyecto
Centauro, dentro de cinco años, en el 2019, con 5 millones adicionales
de vehículos en circulación, la congestión en las intersecciones de los
subsistemas Eyssa y Semex, que representan el 60 por ciento de las
intersecciones, estaría mucho peor debido a que no hubo ninguna
intervención.
“Dado que los subsistemas están mezclados en el territorio, el
tráfico vehicular se propagaría también en las intersecciones de INMER,
en las cuales se irían reduciendo gradualmente los beneficios debido
también a que el sistema de control tiene una versión vieja que no
permite comunicación con otros sistemas inteligentes de transporte”.
Ese deterioro de la infraestructura ya se advertía desde el 2003,
cuando Marcelo Ebrard era el jefe de la policía capitalina y traía, de
la mano con Alfredo Hernández, el proyecto para instalar los llamados
semáforos inteligentes.
Sin embargo, el congestionamiento, el agobio y sufrimiento por el tráfico en la ciudad siguió avanzando.
Hoy, una de las promesas del llamado Proyecto Centauro es que los
capitalinos dejen de padecer el congestionamiento en la Zona
Metropolitana del Valla de México… ¿será que los 7 mil 300 millones del
proyecto servirán para resolver de una vez por todas el problema?
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