En
las últimas semanas, los encuentros entre las bandas que buscan el
control del corredor Acapulco-Cuernavaca se intensificaron. Pero fue “la
privación ilegal” de la libertad del diputado priista Olaguer Hernández
Flores lo que revivió las acusaciones sobre los presuntos nexos de la
clase política con los grupos que se disputan la hegemonía en Guerrero,
Morelos y Michoacán. El salpicadero implica al propio Hernández y al
perredista Bernardo Ortega Jiménez, presidente del Congreso guerrerense.
Fuentes oficiales señalan que la agresión al legislador puede ser
consecuencia del reacomodo de la estructura delincuencial en
Chilpancingo y la Sierra.
CHILPANCINGO, GRO. (Proceso).– La
brutal confrontación entre las organizaciones criminales que se disputan
los principales corredores de drogas del Pacífico y el centro del país
–los remanentes del Cártel de los Beltrán Leyva, La Familia Michoacana,
el Cártel de Sinaloa y Los Caballeros Templarios– potencia la
inseguridad en esta entidad, así como en Morelos y Michoacán.
Los
secuestros del sacerdote ugandés John Ssenyondo en Chilapa de Álvarez a
finales de abril y del diputado local del PRI Olaguer Hernández Flores
el martes 6, exhiben de nueva cuenta los presuntos nexos de políticos
con la delincuencia organizada.
Entre los señalados destaca el
diputado perredista Bernardo Ortega Jiménez, presidente del Congreso
local. Es hijo del extinto narcotraficante Celso Ortega Rosas, La
Ardilla, fundador del grupo delictivo denominado Los Ardillos, quienes
operan en la parte baja de la Montaña y la región Centro.
Según
las autoridades federales, ese grupo controla el trasiego de droga y
procesamiento de heroína en narcolaboratorios que el Ejército ha
desmantelado en Tlanicuilulco, municipio de Quechultenango.
También
está su correligionario Roger Arellano Sotelo, quien tiene vínculos con
el empresario melonero Santana Ríos Bahena, presunto narcotraficante
que es mentor de Eleuterio Aranda Salgado, El Solitario del Sur, alcalde
de General Canuto A. Neri (Acapetlahuaya). Aranda es cantante de
narcocorridos, en los que con frecuencia exalta al grupo delictivo de La
Familia Michoacana en la zona norte de la entidad.
Otro
legislador perredista señalado es Elí Camacho Huicochea. Él mismo
admitió que durante su gestión en el ayuntamiento de Coyuca de Catalán
tuvo que pactar con los grupos delincuenciales de Tierra Caliente para
poder trabajar…
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1959 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
/20 de mayo de 2014)
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