miércoles, 2 de abril de 2014

COMANDO TRAÍA ARMAS ROBADAS A LA MARINA EN GUAYMAS

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Las utilizaron en la ejecución de guaymense; expolicía dirigía a grupo criminal

Parte del arsenal que fue incautado al comando armado que la madrugada de este lunes perpetró una ejecución en esta ciudad, resultó ser armamento robado en junio del 2013 al Batallón de Infantería número 8 de la Secretaría de Marina (SEMAR), con sede en este puerto.

Al comando armado, que finalmente se estableció era liderado por el ex policía municipal Ernesto Sadoc González García, se le decomisaron un fusil R-15, un fusil M-1 y un lanzagranadas, a los cuales se les cotejó la serie y resultaron ser parte del armamento robado a la SEMAR.

Los elementos de la Marina que llevaron a cabo la captura del comando que iba a bordo de una camioneta Town Country, también les decomisaron tres fusiles, dos de ellos M-16 y otro tipo G-3, dos rifles AR-15, quince chalecos antibalas y cinco cargadores con capacidad de 200 tiros, además de dos pistolas Glock calibre .40, y una escuadra nueve milímetros.

El comando armado que también integraban los empalmenses Osvaldo Manuel Franco García, de 22 años de edad, Carlos David Belman Leyva, alias el Charly, de 32 años de edad, Francisco Javier Barceló Orozco, de 25 años de edad, así como el nativo de la Comisaría de Esperanza, Abraham Trinidad Munguía Villegas, alias el Chore, de 32 años de edad, fueron llevados a la Ciudad de México para ser investigados por los hechos de sangre y muerte que generaron al sur de este puerto.

Trascendió que los cargos que enfrentan los integrantes de este comando de muerte, son delincuencia organizada, asesinato y portación ilegal de armas exclusivas del Ejército Mexicano.

Por el robo del armamento en el Batallón de Infantería, hay varios elementos que están bajo investigación, principalmente los que estuvieron de guardia la noche del hurto.

GUARDIA DE GUAYMAS Y CUSTODIA 

Daniel Espinoza Álvarez, de 36 años, y quien fuera la persona ejecutada por este comando, era originario de Guaymas y no de Tijuana como habían informado las autoridades.

Todo indica que la confusión sobre su ciudad de origen, derivó de los documentos que Espinoza Álvarez portaba al momento de su muerte, los cuales especificaban que tenía su domicilio en la colonia Valle Verde de Tijuana, Baja California.

Familiares de Espinoza Álvarez, contactaron a este matutino e informaron que el hoy occiso trabajaba como guardia de seguridad en Tijuana y llegando a Guaymas para una firma de documentos y se regresaría el mismo lunes.

Por muchos años, Espinoza Álvarez vivió en el Fraccionamiento Las Playitas, muy cerca de donde fue masacrado recibiendo varios tiros en su cuerpo.

Tras su muerte, este guaymense deja en vida a esposa, dos hijos y cuatro hermanos, que ayer lo velaban en la Funeraria San Martín, la cual era custodiada por elementos de la Dirección de Seguridad Pública.

PERSECUCIÓN Y PARAFINA

Tal y como oportunamente se informó en este matutino, el comando armado inició la persecución de Espinoza Álvarez desde el bulevar Costa Azul, en la zona de Las Playitas, hasta que le dio alcance en la entrada de la colonia Centinela, muy cerca del Hospital Naval y del propio Batallón de Infantería de Marina.

El guardia guaymense iba a bordo de un Ford Escort Azul, el cual quedó enmontado en la entrada de la mencionada colonia, y al tratar de escapar corriendo, fue alcanzado por las mortíferas ráfagas del comando.

Durante la persecución que se prolongó por kilómetro y medio, hubo intercambio de disparos entre el Escort y la Town Country del comando, versión que confirma la Procuraduría General de Justicia del Estado a través de un comunicado.

De hecho, el hoy occiso dio positivo a la prueba de la parafina, lo cual establece que también realizó disparos, los cuales impactaron a la camioneta del comando, sin llegar a herir ni matar a ninguno de los sicarios que al final de cuentas le arrancaron la vida.

(DIARIO DEL YAQUI/ Miguel Leyva Guerrero /  Miércoles, 02 Abril 2014 01:08)


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