San Buenaventura, Coah.- Hoy, Día del Niño, el hogar de la
familia Inés Echeverría debió haberse llenado con la alegría, risas y
juegos del pequeño Brayan Gael, de un año de edad, pero un
trágico
accidente enlutó antes el esperado festejo, y a partir de ayer este
risueño bebé reposa con la tranquilidad propia de un ángel en una tumba
del panteón.
LOS HECHOS
En el patio de la casa marcada con el número 417 de la calle Lucio Blanco, en el Fraccionamiento Los Nogales, atraviesa una acequia con abundante agua que pasa por los patios de varios domicilios.
Aproximadamente a las 18:00 horas del lunes, el pequeño Brayan Gael Inés Echeverría, de un año y siete meses de edad, jugaba en el patio de su casa sin la supervisión de sus padres. El descuido cobró una fatal factura.
Movido por la curiosidad propia de su edad, el bebito se aproximó al canal de agua y al caer al cauce fue arrastrado por más de 300 metros.
Su cuerpecito, que luchaba inútilmente contra la corriente, cruzó por los patios de varios domicilios y finalmente se quedó varado en una compuerta, ya sin signos vitales.
En el patio de la casa marcada con el número 417 de la calle Lucio Blanco, en el Fraccionamiento Los Nogales, atraviesa una acequia con abundante agua que pasa por los patios de varios domicilios.
Aproximadamente a las 18:00 horas del lunes, el pequeño Brayan Gael Inés Echeverría, de un año y siete meses de edad, jugaba en el patio de su casa sin la supervisión de sus padres. El descuido cobró una fatal factura.
Movido por la curiosidad propia de su edad, el bebito se aproximó al canal de agua y al caer al cauce fue arrastrado por más de 300 metros.
Su cuerpecito, que luchaba inútilmente contra la corriente, cruzó por los patios de varios domicilios y finalmente se quedó varado en una compuerta, ya sin signos vitales.
(ZOCALO/ Redacción /30/04/2014 - 04:05 AM)
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