Integrantes de las autodefensas del municipio de Los Reyes.
Tierra Caliente (LA JORNADA).- La reunión fue en Las Calabazas, a la
orilla del mar. Cientos de ganaderos de la región se reunieron con los
jefes de Los caballeros templarios. Era junio de 2013 y los productores
de ganado traían ya una determinación. Durante mucho tiempo habían
estado exentos de cuotas, pero se las habían comenzado a imponer unos
seis meses atrás.
Para acelerar los pagos, los templarios robaron algunas jaulas de las
usadas para el transporte de los becerros, y quemaron otras.
La zona es bronca. En los años 80 padeció una racha de secuestros y
robos de ganado. La senadora Luisa María Calderón afirma que ella supo
de ‘‘al menos diez personas, entre conocidos y allegados’’, que
sufrieron secuestros en aquellos años.
Lo que ya no cuenta es que los productores de la zona armaron un
grupo de autodefensa, padre de los actuales, y atacaron a los
secuestradores. ‘‘Comenzaron a aparecer colgados en los árboles, y los
secuestros se acabaron”, dice un comerciante del rumbo.
A Las Calabazas llegaron esos mismos productores o sus descendientes.
Los jefes templarios esperaban un acuerdo. Pero los productores traían
otra idea: ‘‘No vamos a pagar nada y háganle como quieran’’.
La señora aguerrida
Una persona que asistió a la reunión cuenta que una señora estuvo
entre las más aguerridas: ‘‘Nosotros también andamos en los cerros y
allá nos los vamos a topar. Nomás les digo que por cada uno que nos
maten, nosotros les vamos a matar cinco’’. Los templarios, para sorpresa
de algunos, bajaron el volumen.
No sólo porque unos meses antes habían nacido las primeras
autodefensas en la Tierra Caliente. También, explica el comerciante
costero, porque chocar con los productores de la costa podía
‘‘entorpecer la operación verdaderamente importante para ellos: el
traslado de mineral al puerto de Lázaro Cárdenas’’.
Los caballeros templarios habían comenzado, en 2012, por informar a
los criadores de ganado los nombres del puñado de personas
‘‘autorizadas’’ para el acopio de animales. A raíz de ese anuncio, la
principal poseedora de centros de acopio de ganado de la región, la
multinacional SuKarne –propiedad de Jesús Vizcarra, ex candidato del PRI
al gobierno de Sinaloa– ‘‘dejó todos los centros de acopio; simplemente
los abandonaron’’, afirma un ganadero.
En esa región costera, según testimonio de otro lugareño, las
extorsiones y el cobro de cuotas se ha reducido significativamente
debido ‘‘a lo que está ocurriendo en Tierra Caliente y a la presencia de
los militares aquí’’.
Los templarios, añade, ‘‘no están cobrando ahora a los acopiadores de
ganado; pero aunque están replegados, el temor hacia ellos se
mantiene’’.
Al principio, los aguacateros se mostraban ‘‘felices’’
Los productores aguacateros estaban de plácemes con La familia
michoacana. Cuenta la historia un productor de Uruapan: ‘‘Cuando La
familia llegó, los robos se acabaron. Se echaron al plato a los
delincuentes comunes que se metían a las huertas o robaban los camiones,
y los que se salvaron se fueron’’.
La raíz del problema era la incapacidad del gobierno para brindar
seguridad a los productores. La solución fue pagar cuota. Pero ahora el
aumento de la cuota se acompañó de extorsiones y secuestros.
Por cada hectárea de aguacate, 10 mil pesos mensuales; de 150 mil a
200 mil semanales por cada empacadora. ‘‘Todo el ciclo controlado por
ellos. Si el costo de producción es de 3.50 a 4 pesos por kilo, compre
aguacate en el supermercado y saque usted las cuentas’’.
No es casualidad que los primeros en alzarse hayan sido los
agricultores que cultivan limones. ‘‘Claro, porque querían la misma
comisión por productos como el limón o la papa’’, dice el aguacatero.
(RIODOCE/ Redacción/ febrero 7, 2014)
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