Rafael Caro Quintero enfrenta una nueva orden de aprehensión con fines de extradición
Cinco días después de que Rafael Caro Quintero fuera liberado de una
cárcel de mediana seguridad, en Jalisco, el gobierno de Estados Unidos
solicitó México su detención para luego extraditarlo y llevarlo ante una
corte federal del Distrito Central de California, donde enfrentaría
cargos por tráfico de drogas, homicidio y secuestro.
La orden puso en movimiento a la defensa del capo y de inmediato
presentó una orden de amparo ante el Juzgado Segundo de Distrito, en
Jalisco, con lo cual congelarían cualquier detención que tenga como fin
extraditarlo.
No obstante, para que ese trámite sea válido, Caro Quintero debe
presentarse en el juzgado y firmar el documento, de lo contrario no
tendría vigor, señaló Yolanda Chávez Montelongo, titular de ese órgano
jurisdiccional.
Hasta el cierre de esta edición, el fundador del desaparecido Cártel
de Guadalajara no se habría presentado en el juzgado para firmar el
amparo, y se desconoce su paradero. Según cita un comunicado de la
Procuraduría General de la República su búsqueda ya se encuentra en
movimiento.
“Se le está buscando en varios estados de la república, sobretodo en
Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Durango y Chihuahua”, señaló a Ríodoce un
vocero de la PGR.
La leve libertad
Rafael Caro Quintero, de 60 años, fue puesto en libertad el pasado 9
de agosto en la madrugada. Su liberación causó descontento en la DEA y
el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que tras enterarse de la
liberación emitieron un comunicado condenando su liberación y
enfatizando su decepción de la justicia mexicana.
“Estamos profundamente decepcionados por la liberación del autor
intelectual del secuestro, tortura y asesinato del agente Enrique Kiki
Camarena, y vamos a luchar para que sea recapturado y enfrente la
justicia en nuestro territorio por sus crímenes”, dijo la DEA, minutos
después de enterarse de la liberación de Caro.
Sin embargo, y aún cuando la DEA y el Departamento de Justicia buscan
reaprehender a Caro Quintero para juzgarlo en su territorio, éste no
podrá ser procesado por el asesinato de Camarena, luego que el juez
Edward Rafeedle cerró el caso el 30 de Julio del 2003, durante una
audiencia realizada en una corte federal, en Los Ángeles, según informó
el sitio de noticias 24 Horas.
Tanto la DEA como el DOJ dijeron que no comentarían sobre esa
información, destacando que por el momento estaban enfocados en la
reaprehensión del capo.
Procuración de justicia a la mexicana
De acuerdo al Tribunal Unitario, el motivo por el cual Caro Quintero
fue liberado es que tanto él como Ernesto Fonseca Carrillo Don Neto, se
encontraban purgando condenas a 40 años de cárcel por los homicidios del
agente de la DEA Enrique Camarena Salazar y del piloto Alfredo Zavala
Avelar, emitidas por una instancia federal cuando ambos delitos eran
competencia del fuero común.
Ello obligó al Tribunal Unitario a ordenar su liberación inmediata ya
que con el tiempo que ya tenían en prisión, poco más de 28 años, Caro
Quintero ya habría librado las otras cinco penas pendientes, entre ellas
15 años por delitos contra la salud, también porque previamente fue
absuelto de la muerte de los estadounidenses G. Radelat y John Clay
Walter.
También habría sido absuelto de retener contra su voluntad a 4 mil
campesinos en el Rancho El Bufalo, en Chihuahua, además de también ser
absuelto porque los delitos de los que se le acusó no formaban parte del
auto de formal prisión, y otro más porque el Ministerio Público que lo
acusó no acreditó el delito de asociación delictuosa.
Pero con la orden de extradición todo cambia. De ser un ciudadano
libre, Caro Quintero pasó a ser uno de los personajes más buscados por
Estados Unidos, según la DEA, y de resultar reaprehendido tendría que
enfrentar a la justicia estadounidense que ha amenazado con caerle con
todo el peso de la Ley, aún cuando algunos expertos opinan que un
acusado no puede ser juzgado dos veces por el mismo delito.
Sin embargo, en opinión de Miguel Méndez, profesor de la escuela de
leyes UC Davis, en California, un acusado sí puede ser juzgado por el
mismo delito debido a la soberanía de ambos países.
“Se trata de soberanías independientes, la de México y la de Estados
Unidos, en este caso el acusado ya fue juzgado en un tribunal federal
mexicano por violar la ley federal, y aún cuando la condena ya fue
anulada por la legislación mexicana, ello no impide el enjuiciamiento
por los mismos delitos en territorio estadounidense”, comentó Méndez.
Los cargos
De acuerdo al expediente CR 87-422, (archivo reemplazante al cual
Ríodoce tuvo acceso), Rafael Caro Quintero junto con Ernesto Fonseca
Carrillo, Miguel Félix Gallardo, Inés Calderón Quintero, Javier Barba
Hernández, Rubén Zuno Arce, Miguel Aldana Ibarra, Manuel Ibarra Herrera,
Humberto Álvarez Machain, Jesús Félix Gutiérrez, entre otros, enfrentan
diez cargos que van desde homicidio calificado contra John Walker y
Alberto Radelat, hasta tortura, secuestro y tráfico de droga.
El documento, fechado en Julio de 1987 en el Distrito Central de
California, mismo que en algún momento se consideró clasificado, incluye
acusaciones por balacear autos que pertenecieron a la DEA e informantes
de esa agencia, pero destaca de manera contundente el secuestro,
tortura y muerte del agente encubierto Enrique Camarena Salazar, y su
piloto Alberto Zavala, desde el lugar y hora en que fue levantado, hasta
la dirección a dónde fue llevado, interrogado y torturado, incluyendo
una reunión posterior que habrían tenido Caro Quintero con Don Neto
Fonseca para determinar que habrían de hacer con el agente encubierto.
El expediente señala a Inés Calderón Quintero como el narcotraficante
que recibió, asistió, escondió y brindó protección a Rafael Caro
Quintero en diferentes partes de Sinaloa y Jalisco cuando escapaba de la
justicia, motivo por el cual la DEA inició una cacería en su contra,
misma que habría determinar con su asesinato en la colonia Las Quintas,
en Culiacán, en marzo de 1988.
No existen pruebas de que agentes estadounidenses hayan participado
en la muerte de Calderón Quintero, como tampoco las hay en el caso del
doctor Humberto Álvarez Machain, quien presuntamente habría sido
levantado en abril de 1990 por ciudadanos estadounidenses que se
identificaron como agente de la DEA, y que lo llevaron ante las
autoridades en Estados Unidos donde fue presentado ante una corte
federal en California, y encontrado culpable.
El médico, quien presuntamente habría mantenido con vida a Enrique
Camarena para que este siguiera siendo interrogado y torturado, apeló su
sentencia ante un corte de apelaciones del Noveno Distrito de Circuito,
según el expediente 99-56762, en donde afirma que fue levantado por
agentes de la DEA, violando la soberanía del país, generando ello una
serie de protestas por parte del gobierno mexicano.
El encierro de Don Neto
Prisionero desde abril de 1985, sus abogados comentaron que tras la
libertad de Caro Quintero, Don Neto también saldría libre, pero las
autoridades mexicanas afirman que el ex capo aún se encuentra tras las
rejas, desmintiendo todo señalamiento por parte de su abogado que afirmó
que éste también habría salido libre.
De acuerdo a información proporcionada por el DOJ, Don Neto enfrenta
cargos en cortes distritales de San Diego y Los Ángeles, y el gobierno
de Estados Unidos enfatizó que no espera que sea dejado en libertad.
Cuestionado el Departamento de Estado de Estados Unidos sobre si
existían cartas de extradición contra Caro Quintero u otros capos que se
encontraban en prisión, portavoces de diversas dependencias declinaron
comentar al respecto.
“No vamos a comentar sobre las peticiones de extradición que hay, y
sólo podemos decir que las relaciones con México se mantienen intactas
en cuanto a materia de colaboración se refiere”, dijo Justin Thomas,
vocero del Departamento, al cuestionársele si la liberación de Caro
Quintero afectaba de alguna manera la relación con México.
La PGR indicó, por su parte que, de lograrse la detención de Caro
Quintero, sería recluido en un penal federal en México y no precisamente
en Puente Grande, esto mientras se resuelve el proceso formal de
extradición.
Los cargos contra Caro y Cía
Según el expediente CR 87-422, existen cargos que podrían poner de
por vida tras las rejas a Rafael Caro Quintero, si éste alguna vez es
arrestado, extraditado y procesado en Estados Unidos.
Estos cargos, en resumen, son:
*Rafael Caro Quintero, junto con el resto de los acusados, incluyendo
Ernesto Fonseca Carrillo, Javier Barba, Juan Gilberto Hernández,
Antonio Vásquez, Antonio Vásquez Ochoa, Ezequiel Godínez, ayudaron,
aconsejaron, indujeron, procuraron, causaron y de alguna manera
participaron en el asesinato de John Walker, un ciudadano
estadounidense, y el motivo radicó en mantener y fortalecer sus
actividades dentro del crimen organizado, que incluía distribuir
toneladas de mariguana que eran cultivadas en Zacatecas.
*Rafael Caro Quintero junto con Ernesto Fonseca Carrillo, Javier
Barba Hernández, Juan Gilberto Hernández Parra, Antonio Vásquez Velasco y
Ezequiel Godínez ayudaron, aconsejaron, indujeron, procuraron, causaron
y de alguna manera participaron en el asesinato de Alberto Radelat, y
el motivo radicó en fortalecer el tráfico de mariguana y cocaína a
Estados Unidos, que incluía distribuir toneladas de mariguana que
estaban a punto de ser cosechadas en Zacatecas, en enero 30 de 1985.
*El 7 de febrero de 1985, Rafael Caro Quintero junto con Ernesto
Fonseca Carrillo, Miguel Félix Gallardo, Javier Barba Hernández, Rubén
Zuno Arce, Miguel Aldana Ibarra, Manuel Ibarra Herrera, Armando Pavón
Reyes, Juan Gilberto Hernández Parra y Sergio Espino Verdín,, ayudaron,
aconsejaron, indujeron, procuraron y conspiraron para secuestrar,
interrogar, torturar y asesinar al agente especial de la DEA, Enrique
Camarena.
Todos ellos se habrían reunido desde octubre de 1984 en la casa de
Javier Barba, en Guadalajara para discutir el secuestro de Camarena.
En diciembre de 1984, los acusados se habrían de reunir de nuevo, esta vez en la casa de Ernesto Fonseca Carrillo, de Guadalajara, para detallar de nuevo cómo se realizaría el secuestro.
La primer semana de 1985, los acusados se reunieron nuevamente, ahora
en la casa de Javier Barba, para discutir el secuestro e interrogatorio
de Camarena.
El 7 de febrero de ese mismo año, Camarena fue secuestrado.
Entre el 7 y 9 de febrero, Camarena fue interrogado, torturado y
muerto, dentro de la casa 881 Lope de Vega, en Guadalajara Jalisco,
propiedad de Caro Quintero. En ese sitio estuvo presente Humberto
Álvarez Machain.
El 10 de febrero de 1985, se encontró una foto de Camarena en la
residencia de Miguel Ángel Félix Gallardo, de Guadalajara Jalisco.
*Rafael Caro Quintero junto con Ernesto Fonseca Carrillo, Sergio
Espino Verdín, ayudaron, aconsejaron, indujeron, procuraron, causaron y
de alguna manera participaron en el asesinato de Alfredo Zavala Avelar,
piloto aviador, y el motivo radicó en fortalecer el tráfico de
mariguana y cocaína a Estados Unidos, que incluía distribuir toneladas
de mariguana a Estados Unidos.
*Manuel Ibarra Herrera y Armando Pavón Reyes, asistieron a Rafael
Caro Quintero, aún cuando sabían que era responsable de la muerte de un
agente estadounidense.
*Inés Calderón Quintero junto con Albino Bazán Padilla, asistieron a
Rafael Caro Quintero, aún cuando sabían que era responsable de la muerte
de un agente estadounidense.
CARO SE ESFUMÓ
Ismael Bojórquez
“Por aquí no ha venido”, dice la gente cuando se le pregunta si
Rafael Caro Quintero ha ido a La Noria después de haber obtenido la
libertad.
—¿No han habido fiestas en el pueblo en estos días?— se le pregunta a
Casiano, un hombre que espera un aventón porque va con un costal de
provisiones al hombro, más allá de Babunica.
—No, hace mucho que no hay fiestas por allá, el que las hacía ya se murió hace muchos años.
Son 40 minutos desde que uno se despega del asfalto, que lleva hasta
Bacacoragua. El camino baja, culebreando, hasta llegar al cauce de un
arroyo poblado de álamos que despiden su perfume inconfundible.
Casi todo el camino es una brecha que al principio debió haber sido
para mulas, pues apenas cabe un vehículo. Y si alguien dijo alguna vez
que el llamado “narco de narcos” había pavimentado el acceso a su
pueblo, lo inventó o estaba confundido.
A 28 años de que Caro Quintero fue detenido en Costa Rica, La Noria,
el caserío donde nació el 3 de octubre de 1952, es un pueblo sin vida.
Aquí no hay escuela y si alguna vez existió una, no queda rastro de ella. Un maestro del Conafe (Consejo Nacional de Fomento Educativo) irá a partir del próximo ciclo escolar a atender a cinco niños, o por lo menos eso prometió.
La vida de esta comunidad que hace décadas vivió días de esplendor la
hacen cinco o seis familias que viven en las casas de los Caro Quintero
y pagan la estadía dando mantenimiento a las fincas.
“Todas las casas son de los Caro”, dijo Casiano antes de echarse de nuevo el costalito al hombro y seguir su camino a pie.
La casa principal, donde vivió doña Hermenegilda Quintero todavía
después de que detuvieron a Rafael, tiene una capilla de dos torrecillas
que alberga decenas de bóvedas donde se supone quedarían los restos de
la familia Caro Quintero.
La mandó construir el capo pero su detención cambió los planes de la
estirpe, pues la mayoría de sus familiares y descendientes ya estaban
haciendo vida en Jalisco, donde se quedaron y echaron raíces.
Familiares que han muerto después de esto han sido enterrados en un
pequeño cementerio que está empezando el camino a La Noria, más cerca de
la civilización.
El amor por la tierra no siempre es destino. Ernesto Fonseca Carrillo
pensó lo mismo que Rafael Caro y en su natal Santiago de los
Caballeros, por donde hay que pasar para llegar a La Noria, mandó
construir una flaca réplica del Partenón, donde pensó alguna vez que
debían quedar sus huesos.
Hay en la cripta, sobre la que se levanta un
techo que quiere parecer arquitectura griega, doce bóvedas destinadas a
la familia pero que a la vuelta de los años terminaron por no esperar a
nadie, porque ahora esto es un abandono total, entre la destrucción y el
olvido.
Doña Cuquita Carrillo, que murió de 93 años en 2010, y a la que Don
Neto iba a ver de vez en vez a Tierra Blanca, estando “preso” en
Almoloya, fue enterrada en Culiacán.
Eso sí, la casa de los Fonseca, donde nació Don Neto, toda de adobe y
de dos aguas, tejas y rosales, luce impecable. Hay por ahí algunas
sobrinas que todos los días pasan a regar las plantas y a limpiarla.
De este mismo pueblo fue don Eduardo, Lalo Fernández, uno de los
pocos padrinos que ha tenido la mafia en Sinaloa. De impecable trato, no
tenía las pretensiones con su tierra que han cultivado otros. Fue
enterrado en Culiacán cuando murió de viejo. Su casa de Santiago,
abandonada, fue un día ocupada por los militares, que hicieron de ella
un cuartel de paso.
Uno de sus sobrinos vive al pie de la loma donde se afincó el
cementerio, poblado de caros, elenes, fernández, fonsecas, carrillos y
laijas.
—Para ser un panteón con esos apellidos luce muy abandonado— se le comenta.
—Pues ahí la gente que puede arregla lo suyo… cada quien.
—Don Lalo no fue enterrado aquí…
—¿Mi tío?, no, hay otros familiares, hermanos, parientes, pero él no.
—¿Don Rafa no se ha echado la vuelta por acá ahora que salió de prisión?
—No que yo sepa, dicen que salió pero quién sabe, por acá no ha recalado.
—Dicen que Don Neto va a salir también…
—Pues ya está mayor el señor, quien sabe…
El silencio parece una cultura en estos pueblos, reacios a
desconocidos que llegan haciendo preguntas. La gente mejor se encierra
en sus casas y ve de lejos. No parece que les agraden mucho los
forasteros, menos si traen una cámara en ristre.
Por eso las tres mujeres que estaban en la entrada de La Noria ese
jueves sofocado no dijeron más de lo que debían. Que el pueblo tenía 16
años solo, sin ninguna alma que llevara el apellido Caro.
Que nadie de
la familia recalaba por ahí, que la madre de Rafita alguna vez vino a
ver la casa… Que no sabían dónde encontrarla para que nos hablara de su
hijo. Que los soldados pasaban de vez en vez por el camino que parte el
caserío y que son muy respetuosos. Que no conocen a Rafael Caro
Quintero.
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