Interesante a más
no poder avanza la tragicómica política sonorense ahora que 71 Alcaldes
presionan a los Diputados para que aprueben un Presupuesto que ni siquiera
conocen.
Los munícipes,
varios de ellos ex diputados del PRI que desaprobaron el Presupuesto sonorense
del 2012, hoy negocian tras bambalinas para obtener pedazos del pastel.
Entre otras cosas,
los firmantes arguyen la dramática situación financiera de sus Municipios
aunque de entrada “gastaron” cientos de miles de pesos en desplegados
periodísticos.
Ya se sabrá si los
Alcaldes "des-plegados" pagaron o no tales inserciones pues sobrarán ciudadanos que a través de
los mecanismos de transparencia exijan la respectiva información.
Igual habrá qué ver
si el responsable de la publicación, Rogelio
Preciado, es el mismo titular de
Comunicación de Huatabampo, de triste fama mundial por plagiar el olímpico logo
de Río 2016.
Para efectos
políticos son de llamar la atención una presencia y una ausencia en el escrito
de marras, los priístas Rogelio Díaz
Brown y Otto Claussen Iberri, de
Cajeme y Guaymas.
Obsérvese que “El
Roger”, como llaman sus amigos al cajemense, haya dado su brazo a torcer con el
Gobierno del Estado para poner contra la esquina a los diputados, incluidos los
del PRI.
Es como si de
antemano calificase las “discordancias” entre las bancadas tricolores y azules
como asuntos pueriles, entre ellos los casos del Diputado Ausente y lo de Sebastián
Sotomayor por citar algunos.
¿Qué decir de aquel
acuerdo de priístas en Cajeme cuando exigieron a los entonces diputados electos
del tricolor revisar la liberación de 400 millones para el Acueducto
Independencia?
Se entiende, bien
pudiera sentirse Díaz Brown abrumado por el tremendo golpe de triunfo
político-mediático de Guillermo Padrés ahora que el Acueducto es un hecho.
Y falta esperar que
el agua llegue a raudales a la capital, con lo que el Gobernador emanado del
PAN se echará a la bolsa la simpatía de cientos de miles de sonorenses por la
magna obra.
A como van las
cosas, imagine usted otro desplegado del Alcalde de Cajeme con dedicatoria para
la capital: “Agua para Hermosillo, del
Yaqui con amor”. Sería un gesto de ternura.
Respecto a Otto
Claussen, el alcalde de Guaymas, tanto como congruencia política, con su
negativa a firmar demostró el debido respeto institucional al Poder Legislativo
de Sonora.
Entiéndase como
negativa, a partir de la reciente reunión del secretario de Gobierno, Roberto Romero López, con el Presidente
Municipal del Puerto.
Quizá ningún
Alcalde de Sonora esté más atribulado por la crisis financiera de su Municipio
que el mismo Claussen, lo que seguramente hizo saber al Secretario de Gobierno.
Pero Claussen no
mostró el hambre ni se arredró, en una postura de verticalidad como cuando fue
políticamente perseguido por el contralor estatal Carlos Tapia Astiazarán.
Como sea, sin
considerar al puerto, a Romero hay que abonarle que sacó la chamba. Lograr la
firma –y la voluntad -- de 71 de 72 Municipios es una exitosa encomienda.
Si la política de
altura es asunto de respeto, diálogo y coordinación es de valorar el compromiso
de Romero y del propio Gobernador hacia Guaymas. Dicen que apoyarán al
Municipio, pues.
Lo que otros
Alcaldes entiendan por esos conceptos, derivado del desplegado que firmaron,
deja mucho que desear en lo respecta al Congreso del Estado de Sonora.
Supóngase que los
Diputados del PRI, PAN, PRD, Verde y PANAL respondan con otro escrito a los
Presidentes Municipales de todos los Municipios lanzándoles un exhorto:
Exigir
a los Ayuntamientos que cumplan, por lo menos, con los mandatos
constitucionales: el honrado manejo del presupuesto público, el total
cumplimiento de la
ley y la prestación eficiente de servicios al ciudadano.
Por otra parte,
legalmente ¿Quiénes diablos son los Alcaldes para hacerse corresponsables de la
carga impositiva? Esa y otras cuestiones, en el ámbito estatal, sólo a los
diputados compete.
Respecto a estos
últimos, difícil será esperar una respuesta política a la altura de las
circunstancias de tan chistoso desplegado, pues en su mayoría son medrosos o portan cencerro al cuello.
De los pocos
priístas que podrían ponerle el cascabel al gato destaca Abel Murrieta Gutiérrez, pero al igual que “El Roger”, el ex
procurador pertenece al corral de Ricardo
Bours Castelo.
Así que nadie
fantasee con una postura digna del Congreso de Sonora, a sabiendas de que la
republicana división de poderes es una quimera sometida a los verdaderos grupos
de poder.
Por lo pronto y con
este desplegado, se advierte que el gobernador Padrés sigue en avance, en
recuperación lenta pero sostenida del poder azul que para el 2015 quiere
repetir en Sonora.
El de Magdalena
debe estar contento, tranquilo. Tiene motivos: desplegar a tantos, sea por
coerción o por consenso, es manifestación de poder, ejercicio de gobierno.
Salud, pues. A
todos.
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