Denuncian intermediarios cómo funcionarios cobran por trámites
gratuitos
Un verdadero y jugoso mercado se ha propiciado en torno a la inmigración de
ciudadanos chinos en Mexicali, donde cada trámite puede costarles hasta 7 mil
dólares -aunque oficialmente sea gratuito-, auspiciado por las autoridades
migratorias. Incluso señalaron extorsión de funcionarios para la internación de
los orientales.
Sergio Haro Cordero
Chop suey, chun cuns, carnitas coloradas, arroz frito y pato asado, son
algunos de los principales platillos de la comida china, gastronomía que se ha
convertido en la tradicional de Mexicali; lo mismo se sirve en grandes
restaurantes orientales, que en pequeños bufets de colonias populares.
En estas condiciones, se entiende que la china es una comunidad importante en
Mexicali, trabajadora y emprendedora, pero su misma condición de extranjeros
-muchos no hablan el idioma español, no conocen las leyes-, los hace víctimas de
extorsiones y atracos, sobre todo en términos migratorios, donde el apoyo en un
trámite les puede costar entre 5 mil y 7 mil dólares, cuando se trata de un
procedimiento virtualmente gratuito.
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Migración (INM), en 2009 había
en Baja California 13 mil 948 extranjeros con residencia legal, de los cuales 2
mil 758 eran chinos, la mayoría habitantes de Mexicali y Tijuana.
A nivel nacional se contabilizaban cerca de 11 mil, pero son las cifras oficiales.
A nivel nacional se contabilizaban cerca de 11 mil, pero son las cifras oficiales.
Basta recordar que en julio de 1993, fueron descubiertos en aguas
internacionales tres barcos con 659 chinos indocumentados frente a las costas de
California, y enviados a Ensenada.
Antes, en abril de ese año, en el puerto se localizó un grupo de 306 indocumentados, también chinos.
Un mes después, en el área de San Francisco, un barco fue detenido mientras trasladaba a 250 asiáticos; mientras en junio del mismo año, autoridades ubicaron dos buques en la Bahía de Half Moon con más de 200 personas. Más adelante se reportó la captura de 527 orientales en dos buques en las costas de Hawai, y 300 en Nueva York.
Antes, en abril de ese año, en el puerto se localizó un grupo de 306 indocumentados, también chinos.
Un mes después, en el área de San Francisco, un barco fue detenido mientras trasladaba a 250 asiáticos; mientras en junio del mismo año, autoridades ubicaron dos buques en la Bahía de Half Moon con más de 200 personas. Más adelante se reportó la captura de 527 orientales en dos buques en las costas de Hawai, y 300 en Nueva York.
Comida china
Héctor Gastélum es uno entre la docena de gestores que apoyan en los trámites
a la comunidad china. Refiere lo sucedido en mayo de 2010, cuando un
restaurantero asiático solicitó apoyo para gestionar la llegada de tres de sus
cuñados a México.
Gastélum recurrió a una mujer de nombre Gilda Aguiar, quien se ostentó como representante de la empresa Laser Internacional -con oficinas al Poniente de Mexicali-, quien fijó una cuota de 4 mil dólares por cada oriental que buscara ingresar al país.
Gastélum recurrió a una mujer de nombre Gilda Aguiar, quien se ostentó como representante de la empresa Laser Internacional -con oficinas al Poniente de Mexicali-, quien fijó una cuota de 4 mil dólares por cada oriental que buscara ingresar al país.
Al plantearle la situación al “paisano”, éste dio el visto bueno. Gastélum
asegura que desconocía el cobro por trámite, y en esas condiciones realizaron el
primer pago de 3 mil dólares.
Ante la insistencia de la mujer para recibir más dinero, Gastélum la enfrentó con el argumento de que el procedimiento era gratuito.
“Sabes qué, todo el trámite de migración sale solamente conmigo”, fue la respuesta que recibió el hombre.
De paso, Aguiar aprovechó para pedirle otros 3 mil dólares, de los cuales
sólo le entregó 2 mil 500, pero no había llene.
La mujer solicitó otros 3 mil dólares para darle las notificaciones oficiales -la forma que permite a los orientales iniciar el procedimiento en el Consulado Mexicano en Cantón-, pero resultó que Gastélum ya había conseguido directamente los documentos.
Entraron en conflicto por el dinero ya pagado y la negativa a regresarlo, dado que, finalmente, Gastélum fue quien realizó el trámite. “(Gilda Aguiar) Me dijo que me atuviera a las consecuencias, que iba a hacer que se deportara a los paisanos, que con ella no se jugaba porque ella tenía el control de migración”, explicó.
La mujer solicitó otros 3 mil dólares para darle las notificaciones oficiales -la forma que permite a los orientales iniciar el procedimiento en el Consulado Mexicano en Cantón-, pero resultó que Gastélum ya había conseguido directamente los documentos.
Entraron en conflicto por el dinero ya pagado y la negativa a regresarlo, dado que, finalmente, Gastélum fue quien realizó el trámite. “(Gilda Aguiar) Me dijo que me atuviera a las consecuencias, que iba a hacer que se deportara a los paisanos, que con ella no se jugaba porque ella tenía el control de migración”, explicó.
A los dos días, Héctor Gastélum recibió una llamada del dueño del
restaurante, ya que ahí se encontraban los verificadores de migración y se
querían llevar a los paisanos, quienes se salvaron por no encontrarse en el
sitio, sino paseando en Plaza Cachanilla.
Los verificadores los buscaron en dos restaurantes tipo exprés, Happy
House y China Tan. La presunción es que les pedían dinero, pero
ante el desconocimiento del idioma, no llegaron a algún acuerdo.
Gastélum asegura que habló con José Ramón Rodríguez, quien fungía como jefe del Departamento de Control Migratorio y Asuntos Jurídicos de la oficina del Instituto Nacional de Migración en Mexicali, quien le prometió arreglar el asunto.
Gastélum asegura que habló con José Ramón Rodríguez, quien fungía como jefe del Departamento de Control Migratorio y Asuntos Jurídicos de la oficina del Instituto Nacional de Migración en Mexicali, quien le prometió arreglar el asunto.
Después otro empleado del Instituto, de nombre Iván también se involucró,
pero les requería mil 500 dólares por cada trámite, por cada forma FM3. A la
negativa a pagar el soborno, siguió la localización de la documentación de
manera gratuita.
“Me da coraje cómo les cobran 5 mil, 7 mil dólares por trámites que son
gratuitos”, lamenta Gastélum, quien posteriormente fue buscado por otros
restauranteros para que les ayudase.
De acuerdo al procedimiento, los orientales que solicitan su internación
deben contar con el aval de dueños de empresas o comercios que los “soliciten”
para su negocio en Mexicali, y para esto deben presentar documentación fiscal
que se suma a la serie de formatos.
Pero ya entrado con la tramitología, Gastélum se dio cuenta que había otros solicitantes que habían ingresado con los datos de sus clientes para solicitar otros internamientos, con el completo desconocimiento de los restauranteros.
Pone ejemplos y muestra copias de las solicitudes, como la de Dong Fehiu, con el Número Único de Trámite 502900 y que puso a un oriental, He Liping, como aval. Además se dieron cuenta que otro asiático, de nombre Tan Zhixian, al que apodaban “Mario”, hizo el trámite, presentando un documento falso de Planeación y Finanzas del Estado -a nombre de Liping He- acreditando el pago de impuestos. También falsificaron las firmas.
Pero ya entrado con la tramitología, Gastélum se dio cuenta que había otros solicitantes que habían ingresado con los datos de sus clientes para solicitar otros internamientos, con el completo desconocimiento de los restauranteros.
Pone ejemplos y muestra copias de las solicitudes, como la de Dong Fehiu, con el Número Único de Trámite 502900 y que puso a un oriental, He Liping, como aval. Además se dieron cuenta que otro asiático, de nombre Tan Zhixian, al que apodaban “Mario”, hizo el trámite, presentando un documento falso de Planeación y Finanzas del Estado -a nombre de Liping He- acreditando el pago de impuestos. También falsificaron las firmas.
Eso implicó que el restaurantero tuviera que iniciar un trámite para
desistirse del procedimiento migratorio, dado que él no lo había autorizado.
Ante ello, Héctor Gastélum fue a hablar con el actual subdelegado -Joaquín
Nieves Hernández-, quien le recomendó “no se metiera en ese tema”, ya que “el
perjudicado vas a ser tú”, le dijo un funcionario federal.
“Ahí están coludidos los inspectores”, asegura Gastélum, quien como la mayoría, ahora reclama que sus trámites se encuentran atorados; algunos iniciados desde el mes de enero de este año.
También, aparte de la demanda en la PGR, ha tramitado varios amparos ante las negativas de Migración que aún están en proceso.
“Ahí están coludidos los inspectores”, asegura Gastélum, quien como la mayoría, ahora reclama que sus trámites se encuentran atorados; algunos iniciados desde el mes de enero de este año.
También, aparte de la demanda en la PGR, ha tramitado varios amparos ante las negativas de Migración que aún están en proceso.
Arroz frito
“El interesado en sí, como el despacho o el gestor que lo represente, tiene y
en ocasiones se han dado, muy mínimamente casos, de gente que tiene alguna
inquietud en ese sentido y que externa una queja, lo que podemos decir es que lo
que son los órganos de fiscalización-el órgano interno de control-, son bien
escrupulosos”, sostiene por su parte Joaquín Nieves Hernández, subdelegado del
Instituto Nacional de Migración en Mexicali, quien además, sostiene no tener
información previa sobre quejas sobre las irregularidades mencionadas.
“Te puedo hablar de uno o dos casos que nos han hablado, pero de gestores que
están identificados como, no quisiese utilizar la palabra problemáticos, pero
quisquillosos, pero a todos se les atiende por igual. Todos conocen el
procedimiento para escribir una queja, sienten que sus derechos como usuarios
están siendo vilipendiados”, dijo el funcionario, a la par de aceptar que
algunos gestores cobran altas cifras por los trámites, pero considera que “esos
acuerdos entre particulares no son materia de trato por parte del
Instituto”.
Niega que haya hostigamientos por parte de los verificadores. ”No hay tal”,
asume Nieves, quien fue parte del equipo de la Secretaría Particular del
Ejecutivo, en la gestión como gobernador del estado del extinto Héctor
Terán.
“Lo que podemos decir es que si alguien siente un hostigamiento en ese
sentido, está el órgano interno de control para que haga sus quejas”.
De acuerdo al funcionario federal, todos los trámites hechos por Héctor
Gastélum o por cualquier otro gestor, son auditables y apegados a la
normatividad del Instituto: “También los tiempos, el hecho de que no se resuelva
un trámite en el tiempo que se debe de resolver, no quiere decir que no se
atienda”.
Dice, pues, que todo es transparente, y de paso, niega conocer que en algunos
trámites se hayan usado documentos apócrifos. En cuanto a las demandas de amparo
ante la negativa de extender los permisos migratorios, expone: “En cualquier
trámite que tenga que ver con la administración pública, el amparo es un recurso
a disposición de cualquiera de los usuarios”.
Chun kuns
La investigadora universitaria -adscrita al Instituto de Investigaciones
Culturales de la UABC, antes CIC Museo- explica que cuando inicio su
investigación, en 1990, había pocos trabajos sobre historia y origen de la
comunidad china en Mexicali.
El antecedente de la comunidad china tiene que ver con su presencia en California, documentada desde 1820 por el Servicio de Inmigración y Naturalización estadunidense.
Luego se vino un proceso veloz de crecimiento por la expansión del Oeste norteamericano, atractivo no sólo por las grandes extensiones de terrenos, sino además por los salarios.
“El circuito comercial de la migración era sumamente barato, todo eso hizo atractiva la inmigración china”, expone Marisela, además de referir cómo fue utilizada mano de obra china, muy productiva y barata, en la construcción de los ramales del ferrocarril intercontinental.
El antecedente de la comunidad china tiene que ver con su presencia en California, documentada desde 1820 por el Servicio de Inmigración y Naturalización estadunidense.
Luego se vino un proceso veloz de crecimiento por la expansión del Oeste norteamericano, atractivo no sólo por las grandes extensiones de terrenos, sino además por los salarios.
“El circuito comercial de la migración era sumamente barato, todo eso hizo atractiva la inmigración china”, expone Marisela, además de referir cómo fue utilizada mano de obra china, muy productiva y barata, en la construcción de los ramales del ferrocarril intercontinental.
“Estaba probadísimo que tenían una larga resistencia a jornadas de trabajo
intensas y con salarios bajos”, indica la especialista. Tal condición creó
problemas a los orientales, sobre todo con los sindicatos blancos. Fue además el
contexto del surgimiento de un fuerte movimiento anti-chino en Estados Unidos,
el que en 1882 provocó la primera legislación anti-china en el vecino país. Así
llegaron hasta Mexicali a principios del siglo pasado para asentarse en el
Valle, traídos desde China por empresarios norteamericanos para trabajar en “El
Pequeño Rancho”, en referencia a las 309 hectáreas propiedad de la Colorado
River Land Company.
“El único requisito legal es que fueran fumigados antes de entrar a Baja California”, comenta la investigadora.
“El único requisito legal es que fueran fumigados antes de entrar a Baja California”, comenta la investigadora.
Fue el antecedente de un boom migratorio apoyado por el gobierno de
Esteban Cantú, que vio en la legalización de orientales (240 dólares por
inmigrante) un excelente ingreso a las deterioradas cajas del entonces Distrito
Norte de la Baja California.
Luego se vino la Segunda Guerra Mundial y eran necesarios muchos brazos para
levantar la cosecha del algodón, pero la comunidad china no se quedó en los
campos.
Tras la expropiación ejidal del ex Presidente de México, Lázaro Cárdenas, ya había también empresarios chinos ligados al comercio de alimentos; después vendría la incursión en restaurantes en la zona urbana y la mezcla con mujeres locales, ya que la gran mayoría de los inmigrantes orientales eran varones.
Tras la expropiación ejidal del ex Presidente de México, Lázaro Cárdenas, ya había también empresarios chinos ligados al comercio de alimentos; después vendría la incursión en restaurantes en la zona urbana y la mezcla con mujeres locales, ya que la gran mayoría de los inmigrantes orientales eran varones.
“La inmigración a lo largo del tiempo se mantiene, y están las cuotas de
internación legal y están las situaciones donde hay inmigración indocumentada”,
sostiene González Félix, quien acepta que ha resultado difícil calcular el
número de inmigrantes chinos que se han ubicado en la zona de manera ilegal.
“Ni siquiera a nivel censal hay reportes que puedan resultar confiables, precisamente por su condición de indocumentados”, resume.
“Ni siquiera a nivel censal hay reportes que puedan resultar confiables, precisamente por su condición de indocumentados”, resume.
Por su parte, el vicepresidente de la Asociación China en Mexicali, Esteban
León, explica que es difícil saber con exactitud el número de ciudadanos de
origen chino en Mexicali -por las mezclas y generaciones-, pero que según
números de migración, podrían sumar entre tres y cinco mil personas.
“Es poca”, dice León en relación a la posible población no legalizada, aunque insiste en que es difícil obtener esos datos. Considera que más del 95 por ciento de la comunidad china está ligada al trabajo en los cerca de 200 restaurantes de comida oriental, ahora instalados hasta en zonas populares.
“Es poca”, dice León en relación a la posible población no legalizada, aunque insiste en que es difícil obtener esos datos. Considera que más del 95 por ciento de la comunidad china está ligada al trabajo en los cerca de 200 restaurantes de comida oriental, ahora instalados hasta en zonas populares.
Sobre las presiones y extorsiones de los inspectores del Instituto Nacional
de Migración, León se muestra cauto, y, para finalizar, de las gestiones
migratorias sintetiza: “Es como en todos los productos: lo más caro son los
intermediarios”.
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