Diversas poblaciones del estado harán caso omiso al Horario de Verano junto a
13 mil escuelas, ya que en estos municipios, regidos por usos y costumbres,
desde hace muchos años y por enseñanza de sus padres y abuelos, la gente se guía
por el Sol.
Autoridades de los municipios piden que se respeten las
costumbres heredadas por sus ancestros, ya que no es ninguna forma de retar al
gobierno.
Oaxaca • En el estado de Oaxaca habrá ayuntamientos, regidos bajo el sistema
de usos y costumbres que no acatarán el Horario de Verano; tampoco lo respetarán
un total de 13 mil escuelas donde acuden un millón 126 mil alumnos.
Es en San Juan Mixtepec, Juxtlahuaca, -poblado que se localizado a poco más
de 245 kilómetros de la capital oaxaqueña- , pese a que el reloj de la iglesia
define y marca las horas, los lugareños rigen su tiempo con la salida del
Sol.
“El astro rey salen por el oriente y se oculta por el poniente. Cuando apenas
se asoma se escucha el puntual cantar de los gallos, es la hora del
trabajo”.
Así lo sostiene Gregorio Santos, un campesino que prepara su arado y rige su
jornada laboral en la medida que empieza a hacer calor y se ilumina el día. “Yo
no tengo reloj, eso es solo para la gente pudiente”.
En ese sentido el profesor de la escuela primaria Ernesto Santos, expone que
en las zonas rurales “No podemos obligar a nadie adelantar sus tiempos, pues el
reloj que da el tiempo a los lugareños es el biológico”.
En el lugar, el presidente municipal, Leonel Martínez -quien tuvo que escalar
según la norma consuetudinaria, del puesto de Topil hasta llegar a mandar a su
pueblo- , defiende que “la postura de su gente no refleja una rebeldía, sino un
respeto a sus propios derechos, mismos que no tienen que ver con los que deciden
los de arriba, porque nuestra fuerza es la voluntad del pueblo”.
Sin embargo para el subsecretario de fortalecimiento municipal, Fausto Díaz
Montes, la decisión asumida por un importante número de municipios en contra del
Horario de Verano, refleja solo la plena la autonomía con que cuentan los
pueblos indígenas de Oaxaca, mismo que pueden decidir y resolver bajo sus
propios cánones, y que pueden desechar como ordenanza del llamado derecho
positivo.
“No creemos que Oaxaca asuma una posición de unilateralidad, sino solo hace
valer su complementariedad con base en su propia diversidad cultural”.
Sin embargo aseguró se está buscando un acoplamiento a sus resoluciones en la
medida de evitar trastornos que lastimen y afecten aún más la gobernabilidad y
paz social de la entidad.
En otro municipio donde el horario de verano no existe es en el San Bartolomé
Ayautla, un poblado enclavado en la Sierra Mazateca, donde el tiempo lo define
la naturaleza.
Muy temprano, antes de amanecer hay una densa niebla que cubre el poblado y
los caminos que se despeja cuando el Sol empieza a surgir del horizonte.
Quirino Bravo, un agricultor, admite que la gente sabe cuándo tiene que salir
a trabajar al campo, sin importarle tener un reloj en la muñeca, ya que conocen
su ambiente,“desde mi abuelo, hasta hoy yo entiendo el tiempo por instinto
más que manecilla y horarios. Eso del Horario de Verano que se ejerza en la
ciudad, aquí manda nuestro tata y nuestras normas”.
Para arribar a san Bartolomé Ayautla hay que avanzar por la intricada Sierra
Mazateca, donde se ven pequeñas rancherías, y los niños que van al escuela salen
cuando “el sol empieza a subir las veredas”.
Será el próximo 16 de abril cuando regresen a clases más de un millón 300 mil
estudiantes de nivel básico que no respetarán el horario de verano como parte de
los acuerdos realizados por el magisterio oaxaqueño.
Los 70 mil docentes no acatarán el horario de verano en las 13 mil
instituciones educativas de la entidad y también poblados que congregan a poco
más del 70 por ciento de la población indígena, admiten que solo harán respetar
el horario de Dios, y los alcaldes piden al gobierno respeto al tiempo que le
fue legado por sus ancestros.
De acuerdo al Presidente Estatal de la Asociación de Padres de Familia,
Efraín Morales Sánchez, la rebeldía por no acatar el Horario de Verano inició
con el propio magisterio, quien en diversas comunidades y municipios ha
manipulado las asambleas comunitarias para desechar la medida.
Dijo que las afectaciones son graves porque existe un desajuste, un
descontrol de la vida en las comunidades, porque se atrasa desde los servicios
públicos, hasta las actividades comerciales.
Reconoció que el abuso en medida se ha generalizado alcanzando algunos
municipios cercanos a la capital, donde hay inconformidad de los padres de
familia porque en las escuelas no se respetan los tiempos legales.
“No es posible que en un municipio conurbado a la ciudad, los maestros se
empecinen en trabajar con el horario de invierno” sentenció.
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