La esposa de Dámaso López Núñez preguntó
que quién era. Ellos se identificaron, dijeron que traían la orden.
Las autoridades habían tocado
a la puerta. ¿Para qué tirarla, si no tenía escapatoria, ni modo que se
aventara desde 30 metros de altura? La esposa de Dámaso López Núñez preguntó
que quién era. Ellos se identificaron, dijeron que traían la orden. Ella abrió
y entonces sí ingresaron con todo.
El día que llegaron a
capturarlo al lujoso departamento de la zona de Polanco en la Ciudad de México
donde estaba con su mujer, “El Licenciado” se metió al baño y tiró sus dos
celulares al escusado.
Los elementos de élite del
Ejército y de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR le pidieron los
teléfonos y las contraseñas para acceder a la información contenida en ellos.
“El Licenciado”, compadre de “El Chapo” y desde la captura de éste uno de los
hombres que peleaba por quedarse con el control del cártel de Sinaloa, se negó,
pidió unos minutos para despedirse de su esposa y lloró.
Según testigos de estos
hechos, no fue la última vez que vieron a “El Licenciado” entre lágrimas. Del
departamento de Polanco fue trasladado a las instalaciones de la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(Seido), y ahí lloró de nuevo.
El lujoso edificio donde vivía Dámaso
López en la Ciudad de México. Foto: AP
Estaba abatido
emocionalmente, pero también muy claro de qué estrategia seguir. Parecía —me
dicen algunos de quienes estuvieron ahí— que sabía que algún día iba a caer y
había pensado cuidadosamente qué hacer, qué decir.
Contó del “Chapo”, su
compadre, con cuyos hijos sostenía una sangrienta disputa por el dominio del
cártel. Estaba seguro que Joaquín Guzmán Loera no había hablado mal de él. “La
bronca es con sus hijos”, les dijo, según me narran. En efecto, “El Chapo”
nunca habló mal de Dámaso López Núñez.
Dámaso en la prisión. Foto: Noticieros
Televisa
“El Licenciado” se quejó de
que Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar querían sacar de la organización a
él y a su hijo, Dámaso López Serrano “El Mini Lic”. Incluso les dibujó el
tamaño del negocio: aseguró que los hijos del “Chapo” obtienen siete millones
de pesos a la semana sólo por el control del narcomenudeo, en Culiacán y otros
cuatro por Mazatlán.
Los hijos de El Chapo. Foto: Twitter
Y entonces, vino la parte
clave de su conversación. Dámaso López Núñez ofreció a las autoridades
“ponerles” a los hijos del “Chapo” a cambio de que no tocaran a su propio hijo,
“El Mini Lic”.
Las autoridades, me aseguran,
no aceptaron. Le contestaron que a él le convenía decirles dónde estaba su
hijo, porque si no, los hijos del “Chapo” lo iban a encontrar y a matar.
No hubo trato. “El
Licenciado” les advirtió que se iba a guardar la información para llegar a un
acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, seguro de que sería extraditado.
El "Mini lic" se entregó en
Estados Unidos. Foto: Facebook
Hace unas horas, el hijo,
Dámaso López Serrano, “El Mini Lic”, se entregó a autoridades estadounidenses.
Se puede deducir fácilmente
qué sigue. La estrategia había sido delineada por el padre.
(EL DEBATE/ CARLOS LORET DE MOLA/ 28/07/2017 - 06:40
HS)
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