Casi la mitad de accidentes
automovilísticos son provocados por jóvenes entre los 20 y 29 años
En México, las lesiones
generadas por accidentes viales son consideradas un problema de salud pública;
para 2013, la carga de la enfermedad a causa de las lesiones por accidentes de
tránsito se ubicó como la sexta causa de muerte, y en 2015, en Culiacán los
accidentes viales tuvieron un incremento de 18.1 por ciento.
El fenómeno continúa la
tendencia al alta y durante los primeros tres meses de 2017, Cruz Roja ha
atendido en Culiacán 385 accidentes viales, los cuales han provocado la muerte
de 10 personas, tres de ellas en choque y siete en volcaduras.
Según la Secretaría de
Seguridad Pública Municipal, en 2016 en Culiacán se tuvieron poco más de mil 500 accidentes
viales y ningún deceso, aunque cifras de Cruz Roja de esta ciudad capital
indican que hubo 4 mil 060 incidentes, y 22 muertos por atropellamiento, 24 por
choque y 9 por volcadura.
Y de acuerdo a cifras de la
Secretaría de Salud, en Sinaloa de 2014 a la fecha suman alrededor de 5 mil
accidentes viales al año, lo que ha ocasionado un promedio de 600 defunciones.
Apenas el pasado fin de
semana, dos mujeres fallecieron a causa de un accidente de tránsito provocado
sobre la carretera México 15, cuando viajaban de Mazatlán a Culiacán con un
grupo de niños, luego de asistir a un selectivo de boxeo.
UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
Ante esta situación, desde
2007, en todo el país se estableció un plan de acción sobre seguridad vial que
incluye actividades intersectoriales y acciones de seguimiento, sin embargo,
los accidentes automovilísticos son la primera causa de muerte en niños de 5 a
14 años de edad en Sinaloa y la segunda causa de fallecimiento entre personas
de 15 a 35 años.
Y el 26 de mayo de ese mismo
2007, la vida de Miguel Ángel Brown Salazar cambió para siempre. Un accidente
de tránsito hizo que perdiera una de sus piernas y a sus 25 años. Ahí, uno de
sus amigos no contó con la misma suerte y terminó perdiendo la vida.
“Fue en la Isla Musala, en
ese entonces yo tenía 15 años de edad. En el accidente los pronósticos no eran
alentadores, toda la parte derecha del cuerpo me la lastimé, la tuve hecha
pedazos; tuve tres infartos cerebrales y por el golpe en la cabeza que tuve no
se pudo atender los golpes y las fracturas que había en mi lado derecho porque
los medicamentos resultaban contraproducentes al cerebro”, explica Miguel.
La historia la ha contado un
sinnúmero de ocasiones y ha sido publicada por diversos medios de comunicación;
el suceso que le cambió la vida a Miguel Ángel lo sigue contando para llevar un
mensaje.
Hoy día, con una carrera
universitaria y una labor como voluntario al interior de Cruz Roja Culiacán,
Miguel Brown ha obtenido logros, entre los que destaca el ser seleccionado
nacional en el equipo de futbol de amputados y también de baloncesto en silla
de ruedas, y el más importante, una enseñanza de vida.
“Valorar más los detalles,
valorar más cada situación; nada está escrito, la verdad que a mí a partir del
accidente me ha ayudado muchísima gente, gente que ni conozco, familiares,
amigos y de hecho me inscribí a Cruz Roja porque tengo la necesidad de devolver
un poco de la ayuda que he recibido”.
DE RECUERDOS AMARGOS
Juan Carlos maneja con
precaución su automóvil. Es un Chevrolet 2016, recién lo compró en noviembre
del año pasado y para ayudarse en sus gastos, invierte tiempo como socio
conductor de Uber.
Cuenta que regularmente
labora por las noches, ya que según dice, es donde hay más trabajo y que además,
ayuda a crear conciencia; a cada pasajero le cuenta la misma anécdota, un
recuerdo amargo de su pasado.
“En septiembre de 2010, en
pleno festejo de la Independencia, mi hermano, yo y otros amigos nos fuimos a
un antro a pegar el grito, uno estaba ‘chavalo’ todavía y pues salimos como
toda la plebada a festejar, yo no sabía que mi hermano se iba a matar”.
El festejo fue el del
Bicentenario de la Independencia de México, su hermano menor perdió la vida en
un accidente vial en donde dos personas más resultaron heridas. El accidente
fue en Mazatlán y a casi siete años del suceso revive el momento.
El evento, explica, lo dejó
sin su hermano mayor quien iba al volante cuando un automóvil embistió el
vehículo que tripulaba, ocasionando que éste se volcara. Los tripulantes del
otro coche huyeron del lugar, dejando sobre la escena latas de cerveza y una
botella de whisky.
“Andaban pedos, pues, todos
andaban pedos: mi “carnal” y los que le chocaron andaban pedos pero pues el
único que no la contó fue él. Los plebes dijeron que los vieron y que se
acercaron, les dijeron que iban a pedir ayuda, pero pues se pelaron”.
En Sinaloa, en el 40 por
ciento de los accidentes viales está involucrado el alcohol y la edad promedio
en las defunciones por este incidente oscila entre los 20 y los 29 años, según
datos de la Secretaría de Salud.
Juan Carlos se lamenta. Dice
que los operativos del conductor designado y de los alcoholímetros no son
suficientes, porque “uno agarra la onda hasta que le pasa, hasta que pierdes a
alguien”.
(RIODOCE/ AARÓN IBARRA/ 17 ABRIL, 2017)
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