A un año seis meses desde que los 11 pescadores de
Choix partieron a trabajar al corte de uva a Hermosillo, Sonora, los familiares
temen que quede impune. Ya no les han dado avances de la investigación.
Choix.- Son las 09:00 horas
del viernes 28 de octubre. Los 286 habitantes de la comunidad de El Mezquite
Caído, Choix, empiezan sus rutinas diarias, pero estas son escasas porque no
hay fuentes de empleo en la zona serrana.
Lo que más les afecta es la
desaparición de 11 personas que el 3 de mayo del 2015 salieron en busca de
mejores oportunidades laborales y ya no regresaron.
La desaparición de los 11
pescadores de Choix ocurrió el 3 de mayo del 2015, pero sus familiares la
reportaron días después al Ayuntamiento de Choix, directamente con el
presidente municipal Juan Acosta Salas. A consecuencia del lamentable suceso,
la cabecera municipal se convirtió en el centro de reuniones de los altos
mandos de la Procuraduría. Sin embargo, estas fueron disminuyendo, aunque se
aportaron datos en donde les informaron que los jóvenes sí ingresaron a Sonora.
Incluso, el exprocurador de ese estado Carlos Navarro Sugich asistió a una de
las últimas reuniones en el alteño municipio.
Hasta el momento nadie sabe
el paradero de los hombres que solo fueron a buscar trabajo, pero no llegaron.
Ellos eran el sustento de
once familias y hoy estas crecieron porque hay niños que jamás conocieron a sus
padres.
LOS NOMBRES
Los pescadores de Choix
desaparecidos en Guaymas, Sonora, son Jesús Hernán Antelo Rivas, de 36 años;
Gabriel Alonso Berrelleza Rábago, de 38 años; Jesús Gastélum Contreras, de 35
años; Arturo Medina Berrelleza, de 21; Jesús Izaguirre Valenzuela, de 26;
Miguel Omar Berrelleza Izaguirre, de 25; Santiago Berrelleza Izaguirre, de 25;
los hermanos Luis Enrique Rosas Berrelleza, de 22, y Édgar Adrián Rosas
Berrelleza, de 20; todos con domicilio en la comunidad de El Mezquite Caído,
Choix.
Además de Abel Antonio Lastra
Berrelleza, de 19, y José Lastras, de 15; ambos tienen su casa en el ejido Las
Colmenas, Choix.
"Necesitamos que nos
ayuden con las investigaciones; al principio sí lo hacían, pero ya no"
Felipe Berrelleza Acosta,
comisario de El Mezquite Caído y familiar de los pescadores, recuerda que el
día que se fueron a trabajar al corte de uva en Estación Pesqueira en
Hermosillo, Sonora, le dijeron que volverían en unos meses para seguir
laborando en el campo y estar al pendiente de las familias.
“Nos tenemos que ir, tío,
porque aquí no hay trabajo, y las necesidades son muchas. Le encargamos a
nuestra familia”.
Fueron las palabras que se le
quedaron grabadas a Berrelleza Acosta. Sentado en una silla y bajo el techo de
una humilde vivienda, el comisario señala que sienten que prácticamente el
gobierno de Sonora le dio carpetazo al expediente.
Con el sombrero en sus manos
y observando hacia la improvisada cocina de su domicilio, comenta que fue el
presidente municipal de Choix, Juan Acosta, quien al enterarse de la situación
les mandó hablar para estar al tanto y comunicarlo al Gobierno del Estado.
A partir de ahí sostuvieron
reuniones con el subprocurador de Justicia de Sinaloa, Martín Robles.
Posteriormente fueron con Marco Antonio Higuera Gómez, procurador de Justicia
de Sinaloa.
Ahí les confirmaron que la
camioneta en la que viajaban los pescadores sí entró al estado de Sonora y esto
fue grabado por una cámara de seguridad como evidencia. Las familias de los
jóvenes rindieron sus declaraciones en la cabecera municipal de Choix y el caso
fue atraído por la Procuraduría de Sonora debido a que la última comunicación
que tuvieron los trabajadores supuestamente fue en Guaymas, donde hicieron una
escala para comer.
Margarita Rábago Espinoza,
madre de Gabriel Alonso Berrelleza Rábago, se muestra inquieta y accede hablar
con los reporteros. Por unos instantes deja de hacer sus actividades.
Ella recuerda cuando su hijo
le dijo ‘mamá, ya me voy a trabajar al corte de uva’. “Él se subió a un
ve-hículo y se fue. Después me enteré que estaban desaparecidos”. Luego, la
madre de familia se queda seria y señala que ya no desea seguir hablando. Sus
palabras parecen quebrarse al recordar esa fecha.
Desde ese día la vida no es
igual para ella y sus familias. La incertidumbre de saber cómo está su hijo la
invade día y noche.
NO QUIEREN CARPETAZO
Rosamelia Núñez Portillo es
esposa de Jesús Hernández Antelo. Ella comenta que se sienten olvidadas por el
gobierno. “Tengo tres hijos, y mi esposo era el pilar de la casa, y véanos cómo
estamos. Sí tenemos ayuda, nos dan una despensa mensual, pero nadie nos informa
sobre el paradero de mi esposo. Dos de sus tres hijos se muestran inquietos
mientras su mamá accede hablar con reporteros.
Un niño de 5 años juega en
sus brazos y le tienta su cara. No comprende la preocupación de su familia: la
ausencia de su padre, quien solo se fue a buscar el sustento en los campos de
uva.
En Estación Pesqueira,
Sonora, porque en la pesca ya no había empleo. Mireya Berrelleza Rábago, pareja
de Jesús Izaguirre Valenzuela, yace sentada en el patio de una vivienda al pie
de un arroyo y observa a su hija y comenta:
“Esto es muy duro, demasiado
y nosotras tenemos que sacar a nuestros hijos adelante; no podemos estar
esperando así”.
Reconoce que la última vez
que recibieron noticias fue en octubre del 2015 cuando se trasladaron en un
camión a Hermosillo, Sonora, donde ya tenían una cita previa con el recién
nombrado procurador de Justicia de Sonora, Rodolfo Montes de Oca. Pero hubo un
cambio de planes y los recibió otro funcionario. Los avances del caso fueron
pocos, hojas y más hojas les enseñaron, pero nada en concreto que indicara la
ubicación de los jóvenes. Menos les comentaron si ubicaron la camioneta en la
que viajaban. Las esperanzas de que las autoridades los hallen son pocas, pero
tampoco quieren que los dejen en pleno olvido. Ese es el sentir de 9 familias
que diariamente luchan para conseguir los recursos económicos con que ayudar a
sus hijos, al menos con los gastos de la escuela, vestir y alimentación.
"SÍ, HAY ESPERANZA"
El reloj marca las 16:40
horas. Cinco niños andan jugando en el patio principal de una casa en Las
Colmenas, Choix, de donde el 3 de mayo se despidieron de su mamá los hermanos
Abel Antonio Lastras Berrelleza, de 21 años, y Josué Everardo Lastras
Berrelleza, de 15 años. No hay un solo día en que la madre de los jóvenes mire
hacia la puerta y los vea llegar.
“Solamente Dios sabe que
volverán por esa puerta. Uno de mis hijos ya había ido a trabajar en el corte
de la uva y regresó”.
De pronto se queda seria y
sus ojos se inundan de lágrimas y todo queda en silencio. Ya nadie más habló
sobre los dos hermanos que no han regresado a Las Colmenas, en la zona serrana
de Choix.
Hasta el momento nadie sabe el paradero de los
hombres que solo fueron a buscar trabajo, pero no llegaron.
(DOSSIER
POLÍTICO/ TOMADO DE: EL DEBATE / 2016-12-02)
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