Mejor conocido como "El H",
Héctor Beltrán continúa preso en el Altiplano
Héctor Beltrán Leyva. Foto: PGR
México.- Dicen que todos
tienen una debilidad. “El Chapo” y “La Tuta”, cayeron por sus esposas. “El
Chayo”, por su novia. Quienes forman los cuerpos de inteligencia del gobierno
que los han perseguido y detenido me cuentan que cuando detectan a su debilidad
—una esposa, una hija, un pasatiempo— es cosa de días para que sean
aprehendidos.
A uno de los capos más
poderosos del país, Héctor Beltrán Leyva alias “El H”, lo capturaron por
antojadizo. Dicen que no hay sinaloense que no añore unos buenos mariscos y una
cerveza para comer. Y así le pasó al de Badiraguato:
La ventaja que tuvieron los
oficiales de la Marina Armada de México es que “El H” vivía en San Miguel de
Allende y, a diferencia de Mazatlán o Culiacán, en ese municipio de Guanajuato
no hay muchas marisquerías. Así que cuando interceptaron los antojos del
“patrón”, vigilaron la más cara.
Héctor Beltrán Leyva. Foto: Twitter
Y hasta ahí llegó. Acompañado
de Germán Goyeneche, figura del Partido Verde Ecologista de México.
Según fuentes federales que
hablaron conmigo a condición de mantenerlos en el anonimato, el trabajo
coordinado entre la Marina y el Centro de Investigación en Seguridad Nacional
(Cisen) permitió primero ubicar a Héctor Beltrán Leyva en un lujoso
fraccionamiento de Juriquilla, Querétaro. Usando un nombre falso, se hacía
pasar como un cotizado vendedor de arte.
Las autoridades descubrieron
que ni siquiera sus empleados de servicio doméstico sabían en realidad de quién
se trataba…
Hasta que una noche todo se
salió de control: en una fiesta, según consta en el expediente que sigue la
PGR, mató a tiros al velador porque lo acusó de robar una preciada joya
familiar que solía estar en un altar dedicado a su hermano, Arturo Beltrán Leyva
alias “El Grande”, ultimado por la Marina en un operativo en Cuernavaca en
diciembre de 2009.
Así lo detectaron.
El operativo para capturarlo
estaba listo. Pero “El H” se salvó.
De última hora, las fuerzas
especiales de la Marina recibieron la orden de viajar a Cancún, Quintana Roo,
porque, de acuerdo con los análisis de información e intercepción de
comunicaciones que realizó el gobierno federal, Servando Gómez Martínez alias “La
Tuta”, estaría reuniéndose con su hermano en el centro comercial La Isla. Y en
ese momento político, “La Tuta” era por mucho el objetivo prioritario de la
administración Peña Nieto.
Resultó una pista falsa. “La
Tuta” no estuvo ahí y “El H” se escabulló de Juriquilla. Pero volvió a
aparecerles en el radar en San Miguel de Allende, y ahí le cayeron. En una
marisquería.
De mesa a mesa. Cuatro de la
Marina camuflados como comensales neutralizaron a Héctor Beltrán y Germán
Goyeneche, sin necesidad de disparar. Fue el 1 de octubre de 2014.
Cuentan que desde el momento
mismo en que se vio cercado y se rindió, “El H” dijo a sus captores que
Goyeneche no tenía nada que ver en la organización. Con información del Cisen y
testimonios de la Marina lo acusaron de ser el operador financiero del cártel,
pero los jueces lo exoneraron y liberaron. “El H” sigue en el penal del
Altiplano.
(EL DEBATE/ Carlos Loret de Mola/ 14 DE JULIO 2016)
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