La cuenta regresiva para el
2018 inició este fin de semana en el PRI, PAN, PRD y Morena. Como pasó en el
2006 y 2012, Andrés Manuel López Obrador provoca a sus adversarios y consigue
que lo ataquen. El aspirante presidencial no necesita realizar campaña. Sus
competidores la hacen por él
"Sí, México tiene enormes
problemas, pero a nosotros, los panistas, no nos van a encontrar del lado de
los que quieren hacer más grandes esos problemas (…) Por el bien de México, ni
más priísmo de los viejos vicios, ni el estatismo depredador de López Obrador”
Ricardo Anaya
Líder nacional del PAN
Para el PRI, López Obrador representa lo
más rancio del populismo, al ofrecer una alternativa falsa para solucionar los
problemas del país
"Los candidatos independientes
llegaron para quedarse. Es una propuesta mía desde el 2010 y la voté en el
2014, y la hago mía para siempre"
Manlio Fabio Beltrones
Líder nacional del PRI
Ahora, ante la cercanía del proceso
electoral federal, los panistas han entendido que debían terminar sus
rencillas; pero no todo ha sido terso
La toma de hasta las decisiones más
básicas en el partido depende no solo de su dirigente, sino de las distintas
corrientes representadas que solo buscan el beneficio de sus grupos
El 2018 ya está cerca y todos
los partidos políticos han comenzado acomodos para enfrentar la siguiente
elección federal.
Modificación de las reglas
internas, reestructura de sus mandos o apertura a la sociedad civil, cada uno
de los movimientos que realizan los principales institutos políticos tienen
como fin fortalecerse para la elección presidencial.
En este proceso previo al
2018 hay un personaje que concentra las críticas de los actores políticos:
Andrés Manuel López Obrador.
El aspirante presidencial
provoca con su discurso y ha logrado –como pasó en el 2006 y 2012– convertirse
en el centro de los ataques de los dirigentes del PRI, PAN y PRD.
López Obrador prepara su
candidatura en las mejores condiciones para él.
Nuevamente, la del 2018 se
prevé sea una contienda reñida; sin embargo, ningún partido –salvo uno- tiene
figuras visibles que puedan convertirse en candidatos presidenciales.
Por ello, a los institutos
políticos les urge comenzar desde ahora con una estrategia que les garantice
tener reglas más fuertes y buenos candidatos para suceder al presidente Enrique
Peña Nieto en el cargo.
En Morena, el partido de
Andrés Manuel López Obrador, este fin de semana fue de definiciones.
El tabasqueño fue nombrado
presidente nacional de su partido y, con ello, tendrá pretexto (ahora sí,
legal) para aparecer en spots de televisión y en anuncios para promover a
Morena y, con él, a sí mismo.
Su aparición en miles de
spots de ese partido ha sido motivo para que los otros partidos intenten poner
un freno a un López Obrador en permanente campaña por la Presidencia de la
República.
Sobre todo, después de que el
propio tabasqueño ha aceptado abiertamente que será candidato presidencial de
Morena en el 2018.
Para el PRI, López Obrador
representa lo más rancio del populismo, al ofrecer una alternativa falsa para
solucionar los problemas del país.
“Aprovechan las dificultades
que vive el mundo y afectan a México para presentarse como los poseedores de la
alternativa, de las soluciones fáciles, inviables y demagógicas; vamos, sin una
idea clara de qué hacer y con ocurrencias envueltas como soluciones”, dijo
Manlio Fabio Beltrones este fin de semana, ante priistas de todo el país.
Beltrones impulsa una reforma
a la Ley electoral para evitar la promoción personal rumbo al 2018, utilizando
tiempos oficiales que los partidos deberían usar para dar a conocer su
plataforma política.
El mismo López Obrador, en
uno de sus spots, pide que si sus acciones son consideradas populistas, lo
apunten “en la lista”.
Desde el PAN, los tambores de
guerra ya comenzaron a sonar contra López Obrador.
Este fin de semana, Ricardo
Anaya, líder nacional del blanquiazul, llamó a los panistas a construir la
unidad de su partido para evitar ser vencidos por el PRI o por Morena.
“Sí, México tiene enormes
problemas, pero a nosotros, los panistas, no nos van a encontrar del lado de
los que quieren hacer más grandes esos problemas. A nosotros no nos van a
encontrar en las filas de los que quieren ver a México ahogado en sus
tragedias, no nos van a encontrar en el mar del pesimismo.
“Por el bien de México, ni
más priísmo de los viejos vicios, ni el estatismo depredador de López Obrador”,
arengó Anaya.
En el PRD, López Obrador es
motivo de división; mientras algunos creen que tendría más peso una alianza
entre fuerzas de izquierda, donde se unan a Morena, otros piensan que el
tabasqueño haría más profunda la crisis en el partido del sol azteca.
Mientras que su dirigente
nacional, Agustín Basave, se ha pronunciado por seguir los estatutos del
partido y privilegiar un acercamiento con otros partidos de izquierda, corrientes
como Nueva Izquierda –mejor conocida como “Los Chuchos”- han dicho que una
alianza con López Obrador sería peligrosa.
Por su parte, el propio López
Obrador ha dicho que con el PRD no quiere ir “ni a la esquina”.
Como ha ocurrido en las dos
contiendas presidenciales anteriores, tal parece que el tabasqueño será el
enemigo público número uno de sus opositores.
PRI ABRE LAS PUERTAS
Luego de haber perdido el
estado de Nuevo León a manos de Jaime Rodríguez, “El Bronco”, y de estar en
boga el tema de los candidatos independientes, Manlio Fabio Beltrones,
presidente nacional del PRI, decidió abrir las puertas del tricolor.
Sabedor del potencial éxito
que tendría un ciudadano independiente bien posicionado en la futura elección
rumbo a la Presidencia de la República y a otros cargos, a Beltrones y su
partido les pareció buena idea permitir que el PRI cobije a quienes les
gustaría participar.
El apoyo, eso sí, no sería
gratuito. Los ciudadanos interesados en competir bajo las siglas del PRI
deberán abrazar sus principios y declarar, por escrito, ser simpatizante del
tricolor.
Además de ello, los
interesados deberán demostrar que tienen prestigio, fama pública, y que pasarán
una serie de estudios demoscópicos en los que se señale que están mejor
posicionados que cualquier otro priista que pretenda competir por el mismo
cargo.
La idea de esto es evitar
fracturas internas por haber preferido postular a un independiente que a
alguien del propio partido.
Aunque el inicio de esta
medida se dio en el PRI cuando todavía César Camacho era su presidente
nacional, fue el propio Beltrones quien la impulsó al interior del tricolor.
“Los candidatos independientes
llegaron para quedarse. Es una propuesta mía desde el 2010 y la voté en el
2014, y la hago mía para siempre. Los candidatos independientes, las
candidaturas independientes, son y deberán ser un acicate para que los partidos
políticos mejoren su presencia y, sobre todo, su identificación con las fuerzas
ciudadanas”, ha dicho Beltrones.
De hecho, el líder nacional
priista presentó una acción de inconstitucionalidad contra la Ley electoral del
estado de Puebla, que ponía múltiples candados a los candidatos independientes.
De tal manera que la apertura
del tricolor tiene el sello beltronista, aunque fue aprobado por mayoría de
votos en el seno del Conejo Nacional del tricolor, que se reunió este fin de
semana.
Esta medida aplicará no
solamente a los candidatos del 2018. Para el 2016 ya se plantea la posibilidad
de que alguno o algunos de los aspirantes a una de las 12 gubernaturas en
juego, pudiera ser ciudadano.
Además de la apertura a los
candidatos ciudadanos, el PRI también aprobó cambios en relación a la igualdad
de género, a partir de los cuales deberá otorgar el mismo número de
candidaturas a hombres y mujeres.
Para el 2016, el tricolor
estará postulando, por ejemplo, seis candidatas a las gubernaturas.
“Nos proponemos ganar el voto
mayoritario de los ciudadanos, conscientes de la fortaleza que nos da ser el
partido que cuenta con la mayor identidad partidista en todo el territorio
nacional.
“No podemos confiarnos,
tenemos que ampliar esa aceptación y transformarla en votos, con base en los
mejores programas y en la mejor oferta de gobierno, y con los candidatos
idóneos para aplicarlos. Todo en ese orden”, expuso Beltrones ante el Consejo
Nacional priista.
El primer reto de los
tricolores es ganar en Colima, luego de la anulación que hiciera el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
LA RECONCILIACIÓN DEL PAN
En una reunión de la Asamblea
Nacional panista, el presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya, y el
expresidente de la República, Felipe Calderón, se dejaron ver juntos y
estrecharon sus manos.
Los grupos de ambos panistas
entraron en franca confrontación en los tiempos en que Gustavo Madero era
presidente nacional del partido; durante años, los simpatizantes de ambos
bandos se mantuvieron en una distancia que a veces daba muestras de agresión.
Ahora, ante la cercanía del
proceso electoral federal, los panistas han entendido que debían terminar sus
rencillas; pero no todo ha sido terso.
Fuentes internas del PAN
revelaron que existió una negociación entre Anaya y Calderón para garantizar
que el ex mandatario federal tendrá participación, con su grupo, en las futuras
elecciones.
Y aunque apoyó públicamente a
su esposa, Margarita Zavala, en su aspiración presidencial, quizá al inicio de
ese proceso en el 2018, el propio Calderón podría desvincularse de ella y su
candidatura.
Además de darse la mano
públicamente con Calderón, Anaya promovió un cambio estatutario que le
permitirá quedarse más tiempo en la dirigencia nacional del albiazul antes de
buscar un cargo público en las elecciones del 2018.
Con esta modificación
estatutaria, los dirigentes del blanquiazul –sea a nivel nacional, estatal o
municipal- no tendrán que pedir licencia para competir por una candidatura.
Esto, permitirá a los
dirigentes panistas tener más exposición mediática antes de convertirse en
abanderados del partido.
En los pasillos del panismo
se dice que esta medida tiene dedicatoria especial para apoyar a Ricardo Anaya
como aspirante a la candidatura presidencial.
PRD AMARRA LAS MANOS A BASAVE
Junto con el presidente
nacional del PRD, Agustín Basave, llega como secretaria general Beatriz Mojica,
una perredista identificada con el grupo de Ángel Guerrero, exgobernador de
Guerrero.
A pesar de que en múltiples
ocasiones se habló de la necesidad de que alguien ajeno al sistema de tribus
del perredismo entrara a meter orden, hoy Basave está atado de manos.
La toma de hasta las
decisiones más básicas en el partido depende no solo de su dirigente, sino de
las distintas corrientes representadas que solo buscan el beneficio de sus
grupos.
Una de esas situaciones se
vivió el fin de semana, cuando la dirección de las diferentes secretarías del
partido le fue impuesta a Basave.
No se trató de un capricho.
Los estatutos del PRD establecen que las carteras deben repartirse de acuerdo a
la representatividad de las corrientes.
Por eso, Basave planteó la
necesidad de que este modelo cambie; si no, estará amarrado de manos en su
gestión.
Aun así, el PRD aprobó este
fin de semana la nueva conformación de sus órganos directivos en una sesión de
10 minutos.
El principal reto de Basave
rumbo al 2018 será reconstruir su imagen frente a la sociedad, después de un
desgastante proceso que se gestó luego de la desaparición de los 43 estudiantes
normalistas de Ayotzinapa y de la salida de algunos liderazgos históricos del
partido.
(REPORTE ÍNDIGO/ IMELDA GARCÍA/ Lunes 23
de noviembre de 2015)
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