La
tragedia griega tiene héroes, villanos, mentiras, traiciones y además amenaza
con incluir en su drama a países emergentes como México. En medio de un tenso
tercer acto, el desenlace no parece nada alentador
El
partido español Podemos apoya a Grecia en su lucha contra la austeridad, pero
favorece la integración de Europa
“Algunos
creen que si Grecia abandonara la unión monetaria, en lo que se conoce como
‘Grexit’, no sería una catástrofe”
The
New York Times
Como en toda historia, la novela que vive Grecia tiene héroes, villanos, mentiras y traiciones. El pueblo griego se enfrenta de manera inevitable contra el destino, los dioses o -en este caso- la Unión Europea. México, contrario a lo que parezca, no es un espectador lejano. El nerviosismo por el desenlace de esta obra, le afecta directamente. Igual que en las antiguas tragedias, el final de esta obra se conoce desde el principio y sus protagonistas no podrán escapar de la desgracia
HÉROES Y VILLANOS
ALEXIS TSIPRAS
Para
algunos -los griegos en su mayoría- el actual primer ministro de su país,
Alexis Tsipras, es el héroe de esta historia.
El
hombre sin corbata -se negó a usarla bajo el argumento de que se pondrá el
accesorio burgués por excelencia cuando su país salga de la crisis- llegó al
poder el pasado 25 de enero con la promesa de acabar con la austeridad impuesta
por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde
entonces, ha sido el protagonista de una épica batalla contra los líderes
europeos para renegociar la deuda externa del país.
Luego
de su encarnizada guerra en contra de la última propuesta de renegociación de
deuda que propuso la UE, en la cual salió victorioso apoyado por el ejército de
griegos que votaron NO el referendo del pasado domingo, Tsipras aseguró que su
intención es que Atenas permanezca en la Eurozona, pero con un mejor trato.
“El
pueblo hoy respondió a la pregunta correcta. No respondieron la cuestión de
estar o no en el euro. Esta pregunta debe salir de la discusión de una vez por
todas”, expresó Tsipras luego de la votación.
“Estoy
consciente de que el mandato que me han dado no es un mandato contra Europa,
sino un mandato para encontrar una solución sostenible con Europa que nos saque
del círculo vicioso de la austeridad”.
Aunque
lo han tachado de radical, Tsipras ganó capital político con el resultado del
referendo, el que 61 por ciento de sus hombres votaron “no” a la oferta de la
Troika.
Todos
los partidos de oposición, con excepción de los neonazis y comunistas,
manifestaron ayer que se unirán al primer ministro en las nuevas negociaciones.
ANGELA MERKEL
Si
no la villana del cuento, al menos sí la encargada de cargar sobre sus hombros
la lápida del fracaso. Angela Merker, la lideresa moral de Europa afronta un
dilema legendario: aceptar el abandono de Grecia y arriesgar la integración de
Europa, o ceder a los términos de Atenas y permitir que otros países en una
situación similar, como España e Irlanda, sigan el ejemplo helénico.
Analistas
coinciden en que una posible salida de Grecia de la Eurozona o de la UE sería
un fracaso para la canciller alemana.
A
pesar de que 51 por ciento de los alemanes quieren que los griegos abandonen el
euro, Merkel insistió ayer en que preferiría que Grecia permaneciera en la
Eurozona. Su batalla es para preservar la unión de su feudo.
“Europa
sólo puede permanecer unida y ponerse de pie unida, lo que es muy importante en
estos tiempos de retos de migración y desafíos de terrorismo, si cada país toma
su propia responsabilidad”, indicó la alemana en una conferencia de prensa en
París.
La
situación se complica para la canciller porque una filtración de Wikileaks
reveló que en el 2011 ella admitió que la deuda de Grecia era insostenible, lo
que refuerza las críticas sobre la presunta irresponsabilidad de prestar tanto
dinero.
PRIMER EPISODIO:
MENTIRAS SOBRE MENTIRAS
Como
en toda tragedia griega, el origen de los actuales problemas en Grecia se
remonta más allá del día que todo se derrumbó. No se encuentra en la crisis de
deuda desatada en 2009, sino en su entrada al euro en 2001.
Aunque
Grecia es un miembro fundador de la UE, el país mediterráneo no se unió
inmediatamente a la eurozona cuando la divisa común europea fue lanzada en
1999.
Esto
debido a que en ese momento Grecia no cumplía con los requisitos fiscales
necesarios para pertenecer al euro, establecidos en 1992 mediante el Tratado de
Maastricht: una tasa de inflación por debajo del 1.5 por ciento, un déficit
presupuestario por debajo del 3 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB),
y una relación deuda-PIB menor al 60 por ciento.
Grecia
entró al euro dos años más tarde, y gracias a una mentira.
Las
cifras presupuestarias que reveló en 2004 fueron falsas - su déficit fiscal fue
bastante superior al 3 por ciento, aún desde 1999- además, armó una compleja
estrategia con su esquema crediticio que, con la ayuda del banco estadounidense
Goldman Sachs, le permitió ocultar parte de su deuda, que ya era superior al
100 por ciento de su PIB.
Sin
embargo, el gasto de más de 9 mil millones de euros (mmde) que representaron
los Juegos Olímpicos celebrados en Atenas en 2004, elevó la presión fiscal y
esto la obligó a admitir que le mintió a la UE.
Años
después, al desatarse la crisis del 2008, el incremento en los costos del
financiamiento volvieron insostenible la enorme deuda griega y sobrevino en un
caos en la eurozona y en dos fallidos paquetes de rescate económico para los
griegos.
SEGUNDO EPISODIO:
LOS RESCATES FALLIDOS
Las
repercusiones de la crisis hipotecaria que inició en Estados Unidos elevaron
los costos de los préstamos y Grecia no pudo seguir financiando sus deudas. La
tragedia apenas comenzaba.
Para
evitar que el país cayera en un incumplimiento de pagos, el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y la UE acordaron otorgar 110 mmde en préstamos a los
griegos. El país que más dinero aportó al rescate fue Alemania, con 22 mmde de
la porción de 80 mmde otorgados por los europeos.
A
cambio de la ayuda financiera, Grecia se comprometió a implementar varias
medidas de austeridad, entre las que destaca la reducción en 30 mmde en su
gasto público y el aumento de varios impuestos.
Para
mediados del 2011, las medidas de austeridad agravaron aún más la crisis
económica y los griegos comenzaron a reclamar a su gobierno por un cambio de
política que terminó por ocasionar la renuncia del primer ministro.
En
febrero de 2012, los ministros de finanzas de la UE otorgaron un segundo plan
de rescate para Grecia de 130 mmde y una quita de deuda de 53.5 por ciento. A
cambio de esto, los griegos se comprometieron a reducir su relación de deuda a
PIB de 160 a 120.5 por ciento para el 2020.
A
medida que el parlamento griego comienza a aprobar las medidas de austeridad,
crece más el descontento social y las protestas se intensifican. En diciembre
del año pasado llega al poder el partido de extrema izquierda Syriza liderado
por Alexis Tsipras, quien en los últimos seis meses ha realizado una campaña
constante en contra de los acreedores del país que culminó esta semana con el
referéndum que rechazó de manera definitiva las propuestas europeas.
EL ELENCO
EL CORO: TODOS A LA EXPECTATIVA
Ala
expectativa del futuro de Grecia están países cansados de las políticas
impositivas de la UE, como Reino Unido, y aquellos que también quieren terminar
con la austeridad, como España e Irlanda.
El
primer ministro de Reino Unido, David Cameron, planea un referendo en el 2017
para que el pueblo decida si permanece o abandona la UE.
Con
el resultado de Grecia y ante una posible salida de Atenas, Cameron espera
negociar mejores condiciones con la canciller alemana Angela Merkel para
obtener mayor autonomía a cambio de quedarse en el organismo europeo.
En
Francia, el partido de ultraderecha Frente Nacional (FN) espera motivar a sus
votantes a seguir el ejemplo de los griegos, pues hay un sector del electorado
francés cansado de las políticas migratorias y económicas de la UE.
El
partido español Podemos apoya a Grecia en su lucha contra la austeridad, pero
favorece la integración de Europa.
Los
gobiernos oficiales de Italia, España y Francia se han alineado con la postura de
Alemania de pedir negociaciones serias y manifestarse a favor de la permanencia
de Grecia en la Eurozona.
Las
naciones escandinavas Finlandia y Dinamarca han exigido al gobierno griego
realizar reformas serias si desean quedarse con el euro.
¿Y AHORA QUÉ?
La
obra griega tiene tres posibles escenarios para el final, pero cualquiera de
estos no salvará a Grecia de la desdicha y tendrá que volver a reconstruir su
economía de una u otra manera y eso es algo que se sabía desde el principio de
su crisis.
El
primer posible desenlace es que el país permanezca en la Eurozona con un
acuerdo más ventajoso que el que antes tenía. El segundo, que la Troika y
Atenas pacten un trato a corto plazo en lo que negocian una solución más
duradera.
Y
el tercero, que los acreedores se cansen del gobierno de Alexis Tsipras y
saquen a Grecia de la eurozona en las próximas semanas, lo que después podría
terminar en un abandono de la UE.
Bloomberg
reporta que análisis de los bancos JPMorgan y Barclays incluyen una salida griega
de la eurozona como el escenario más probable.
Los
analistas prevén que si Grecia sale de la eurozona, su antigua moneda nacional,
el dracma, volvería a salir al mercado y sufriría una depreciación del 50 por
ciento frente al euro.
Aun
así, hay expertos que perciben que la salida de Grecia de la eurozona sería
benéfico para los griegos, que recuperarían su autonomía financiera, y para sus
socios europeos, que se desharían una nación a la que consideran conflictiva.
Ganarían su batalla.
“Algunos
creen que si Grecia abandonara la unión monetaria, en lo que se conoce como
‘Grexit’, no sería una catástrofe”, publicó ayer The New York Times, “Europa
tiene salvaguardas para limitar el contagio financiero, en un esfuerzo para
evitar que los problemas se extiendan a otros países.
“Grecia,
apenas una pequeña parte de la economía de la eurozona, podría recuperar
autonomía financiera al salir”.
Pero
otros especialistas creen que líderes europeos, como la canciller alemana
Angela Merkel y el presidente francés François Hollande, tienen buenas razones
para aferrarse a que Atenas continúe con el euro.
Indican
que no hay precedente legal de un país que abandone la eurozona, lo que podría
convertirse en un lío.
Además,
Merkel teme que la salida de Grecia incentive a los ciudadanos de Reino Unido a
votar en contra de la permanencia de su país en la UE en el referendo del 2017.
A
la lideresa alemana también le preocupa el incremento de popularidad de
partidos euro-escépticos en Francia, España, Italia y Polonia que están en
contra del control financiero y político que ejerce la UE.
MÉXICO, EL ESPECTADOR NERVIOSO
México,
como otros países emergentes, no ha resultado inmune a los efectos de la crisis
en Grecia.
La
posibilidad de contagio financiero y de más problemas económicos en Europa ha
resultado en una mayor aversión al riesgo entre los inversionistas del mundo,
que han sacado su dinero de activos riesgosos como las acciones en favor de
otros percibidos como seguros, como los bonos estadounidenses y alemanes.
El
resultado de esto se ha visto en caídas en las bolsas de valores del mundo,
además de una depreciación de las monedas de los países emergentes frente al
dólar. Sin embargo, contrario a lo ocurrido durante las anteriores crisis
griegas en 2010 y 2012, en esta ocasión la reacción negativa de los mercados se
ha visto limitada.
En
México, la Bolsa Mexicana de Valores cerró ayer con una caída de 0.6 por
ciento. Al mismo tiempo, el valor del peso mexicano descendió sólo 0.16 por
ciento frente al dólar en el mercado de divisas. Al menudeo, el dólar
retrocedió de los 16.16 pesos que alcanzó como máximo durante la jornada,
cerrando en aproximadamente 16.04 pesos.
Este
desempeño extiende la tendencia defensiva de los mercados mexicanos, que en lo que
va del año registran una caída menor que la vista en lugares como Brasil o
China.
(REPORTE
INDIGO/ PEDRO PABLO CORTÉS, ROLANDO HINOJOSA /Martes 7 de julio de 2015)
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