En estos
momentos, Andrew Jennings es un periodista realizado: Después de 15 años, dos
libros publicados y varios reportajes televisivos sobre la corrupción en la
FIFA, logró que la justicia estadunidense actuara y ordenara la detención de
siete altos mandos de la organización futbolística. En entrevista realizada en
su casa de Gran Bretaña, el reportero declara fuerte y claro: Joseph Blatter es
un delincuente de guante blanco, la FIFA está corrompida hasta la médula y “la
Concacaf es lisa y llanamente una banda de mafiosos”.
LONDRES (Proceso).-
A las seis de la mañana del 27 de mayo pasado, el periodista británico Andrew
Jennings estaba durmiendo en su casa del norte de Inglaterra, cerca de la
frontera con Escocia, cuando sonó el teléfono. Un hombre con acento suizo le
informaba que la policía de ese país, en un operativo sin precedentes, acababa
de lanzar una redada en el hotel de lujo Baur au Lac en Zúrich y había arrestado
a siete altos funcionarios de la FIFA, acusándolos de haber participado en una
compleja red de sobornos por al menos 150 millones de dólares.
Jennings, de 71
años, no estaba sorprendido. Esperaba esa noticia tarde o temprano. Había sido
justamente él quien puso en marcha esa investigación del FBI estadunidense,
primero con su libro de 2006, FOUL! The Secret World of FIFA: Bribes,
Vote-Rigging and Ticket Scandals, en el que revelaba la trama de corrupción
dentro de la FIFA, y más tarde con un programa de investigación sobre el mismo
asunto para la serie de la BBC Panorama.
Seis años más tarde,
con la publicación de su libro Omertà: Sepp Blatter’s FIFA Organised Crime
Family, Jennings logró revelar el vínculo directo entre la red delictiva dentro
de la FIFA y su presidente, Joseph Sepp Blatter, y con el secretario general de
ese organismo, Jérôme Valcke.
En esa obra, el
británico descubrió que la FIFA opera exactamente como una familia mafiosa, con
lealtades hacia el “capo” Blatter, que eran pagadas con sumas secretas y todo
tipo de regalos, desde cenas de lujo hasta yates, fiestas en hoteles,
prostitutas, droga y lavado de dinero.
Por más de 50 años,
este periodista de investigación, con un gran sentido del humor y mucho
carácter, había indagado sobre casos muy complejos de crimen organizado. En los
años ochenta se dedicó a investigar el comercio de heroína tailandesa y las
familias italianas de la mafia. Pero en los años noventa, Jennings decidió
enfocarse en la corrupción, sobornos y lavado de dinero dentro del Comité
Olímpico Internacional (COI). El periodista escribió una trilogía de libros
sobre esas actividades ilegales en el COI, que detonaron el escándalo por las
Olimpiadas de Invierno de Salt Lake City, en 2002, cuando una decena de
miembros del COI fueron expulsados o sancionados por irregularidades.
Esas pesquisas lo
llevaron, en los últimos 15 años, a poner toda su atención en las actividades
de la FIFA, y mientras otros reporteros deportivos se enfocaban en narrar
partidos de futbol, entrevistar a directores técnicos o escribir perfiles de
jugadores, Jennings hurgó pacientemente durante meses en las cuentas secretas
de ese poderoso organismo internacional.
Años de labor
intensa, de análisis de documentos internos, contactos con fuentes de la FIFA y
mucha perseverancia, finalmente dieron sus resultados.
EL DEVELADOR
En entrevista desde
su casa –que según Jennings es una especie de búnker–, el periodista cuenta que
tiene más de 2 mil 650 correos electrónicos esperando en su correo personal por
una respuesta –la mayoría de ellos son solicitudes de charlas para revistas,
semanarios, periódicos y cadenas de televisión de todo el mundo.
Su teléfono no para
de sonar. Está pensando en contratar a una persona que le ayude a responder los
pedidos de conversaciones.
Rápido entra en
materia: “La FIFA es una gran familia de criminales mafiosos. Es hora de que
paguen por todos sus delitos. Sé que son una banda de criminales, lo supe por
años. Y ése es el mejor resumen que puedo hacer de ellos. No es un insulto. Es
la realidad. Estos ladrones cínicos le han robado a la gente el futbol. Así que
es muy bueno ver que ahora enfrenten la justicia”.
Jennings nació en
Escocia, pero se mudó a Londres de pequeño. Su abuelo jugaba para un equipo de
futbol londinense, Clapton Orient (ahora llamado Leyton Orient), pero el hijo
tenía poco interés en ese deporte. Al joven le interesaba el periodismo y las
investigaciones.
Luego de terminar el
colegio, Jennings se sumó a la redacción del semanario inglés The Sunday Times,
donde aprendió a indagar como reportero. Luego pasó a la BBC, pero cuando la
corporación británica de noticias se negó a emitir su documental sobre
corrupción dentro de Scotland Yard, Jennings decidió renunciar y trabajar para
un medio rival, World in Action.
Más tarde transformó
esa investigación en su primer libro, Scotland Yard’s Cocaine Connection, seguido
de un documental sobre el mismo tema.
El reportero explica
que muchos periodistas deportivos tuvieron miedo de tocar temas espinosos
dentro de la FIFA por miedo a perder el acceso a funcionarios o deportistas, o
simplemente porque ello requería de mucho tiempo y esfuerzo.
“Hacia 2001 comencé
a darme cuenta de que algo olía muy, muy mal en la FIFA, y desde entonces me
puse a investigar”, agrega.
Jennings le contó
recientemente al periódico estadunidense The Washington Post que una
conferencia de prensa en 2002, en Zúrich, marcó un antes y un después en sus
pesquisas. Luego de que Blatter fuera reelegido y tras responder a una serie de
preguntas adulatorias por parte de periodistas deportivos, Jennings tomó el
micrófono y le preguntó al presidente de la entidad: “Señor Blatter, ¿recibió
alguna vez algún soborno?”.
“En ese momento
varios reporteros decidieron despegarse de mí como si oliera mal. De repente
varios empleados de la FIFA notaron que había alguien que no estaba atemorizado
por la FIFA. Se dieron cuenta de que había investigado a la COI y que los
investigaría a ellos también”, continúa.
El resultado de esa
conferencia de prensa fue inesperado para Jennings. Blatter negó haber recibido
sobornos, pero seis semanas más tarde “estaba en una oficina de apartamentos
del siglo XIX frente al río en Zúrich, preguntándome por qué se me había pedido
ir allí por alguien que no conocía.
“Me llevaron a unas
oficinas muy lujosas y, en media hora, un funcionario de alto rango de la FIFA
me dio una serie de documentos. Y todo comenzó ahí, y no ha parado”, dijo
Jennings.
Esos papeles
revelaban la increíble opulencia en la que vivían los miembros del Comité
Ejecutivo de la FIFA, pero especialmente Blatter. Jennings reportó que el suizo
se pagaba a sí mismo una suma cercana al millón de dólares.
“En el caso de Herr
Blatter, no sabe lo que es viajar en un vuelo comercial. No tiene la menor
idea. No ha subido a un avión de línea en 40 años. Siempre viaja en jet privado
desde y hacia Zúrich. Incluso si va de compras al centro comercial
probablemente contrataría un jet privado”, cuenta Jennings. “Tiene que demostrar
todo el tiempo que es una persona poderosa e importante”.
–¿Cuál es el
análisis que hace tras la caída de Sepp Blatter sólo días después de haber sido
reelegido para encabezar la FIFA? –se le pregunta.
–Le voy a decir
algo. Realmente me gustaría que tradujeran mi libro Omertà al español para que
el público hispano pueda entender con más claridad cómo opera esta familia de
mafiosos que es la FIFA y de dónde vienen sus actividades, que son lisa y
llanamente criminales. Es una familia del crimen organizado: (Joao) Havelange
(presidente de la FIFA de 1974 a 1998) y sus secuaces, está todo ahí en mi
libro.
“Lo que escribí allí
es cómo funciona la estructura del crimen organizado dentro de FIFA. Havelange
estuvo involucrado con los mafiosos más peligrosos de Río de Janeiro desde los
años setenta, y desde ahí… cómo viene cometiendo delitos, hasta llegar a su
jubilación.
“Él entrenó a
Blatter para que siga sus pasos, cometiendo los mismos delitos, él tenía que
poner a Blatter en su lugar porque no podía permitir que ninguna otra persona
ingresara a la FIFA y descubriera todos esos contratos ilegales. Así ocurrió
hasta el momento de la renuncia de Blatter. Son unos verdaderos mafiosos. No
estamos hablando de personas que hayan cometido delitos menores y que prometan
no hacerlo más. Desde un principio han establecido estos mecanismos, son
ladrones de guante blanco.”
–Esas revelaciones
en su libro sirvieron para que avanzara la investigación por parte del
Departamento de Justicia estadunidense…
–Ésa es la historia
que revelé y que sirvió al FBI para actuar. Lo que ha hecho el FBI ha sido
realmente increíble, muy bueno, según lo que tengo entendido. Y ahora estos
criminales y secuaces de la FIFA tendrán que ser trasladados a Estados Unidos,
donde detectives muy sofisticados sabrán qué tipo de preguntas hacerles. En el
estado de Nueva York tienen un sistema de prisiones muy bueno, y ahí es donde
terminarán todos estos criminales de la FIFA, incluido el propio Blatter.
–¿Qué cree que
sucederá en la FIFA después de la salida de Blatter?
–Lo que ha ocurrido
es que ahora la FIFA está muerta. Están hablando desesperadamente de reformar,
de implementar reformas para salir adelante. Pero lo que realmente quieren es
que esos funcionarios que rodean y rodearon a la cúpula de poder de ese
organismo sigan manteniendo el control y los flujos de dinero. Y estamos
hablando de mucho dinero, de millones de dólares.
“Los simpatizantes
del futbol y los clubes de todo el mundo van a tener que tomar coraje y decir:
‘No queremos ningún tipo de reforma con estos criminales al frente’. Que vayan
y piensen cuidadosamente cómo debería ser el organismo que gobierna a este
deporte maravilloso. Blatter está tratando de mantener el control, pero no
podrá. Estos mafiosos, sus asociados y amigos en Zúrich tratarán de mantener el
poder.”
–¿Por qué cree que
llevó tanto tiempo arrestar a funcionarios de la FIFA y lograr la renuncia de
Blatter?
“Yo vengo
investigando a la FIFA desde hace años, diría que desde los años noventa, pero
hace tres años entregué una serie de documentos muy comprometedores al FBI.
Ellos tuvieron que analizar todo cuidadosamente. Hay que ponerse en la posición
del Departamento de Justicia de Estados Unidos. No se animaban a arrestar a
estas personas por miedo a equivocarse. Estamos hablando de personas que –según
tengo entendido– no cometieron asesinatos, no había asesinos seriales sueltos
en las calles listos para matar a otras personas. Son una banda de criminales
de guante blanco. Por eso las autoridades estadunidenses decidieron esperar
hasta que los abogados de estos funcionarios y empresarios corruptos les
explicaran de qué se trataban sus cargos”, subraya.
–De todos modos
estamos hablando de millones de dólares en sobornos, pagos fraudulentos, lavado
de dinero y otros cargos de mucha gravedad…
–Estas cuentas
bancarias debían ser investigadas, debían hallarse estas cuentas secretas, todo
ello llevaba mucho tiempo y trabajo. Parece muy fácil leer las acusaciones,
pero llegar a ese punto llevó meses y hasta años de labor denodada. Hay que
pensar que la justicia de Estados Unidos tiene también otras prioridades, como
la lucha contra el terrorismo, las bandas del crimen organizado, el
narcotráfico… Estaban realmente muy ocupados. Así que investigar a una banda de
mafiosos de guante blanco con cuentas offshore (en paraísos fiscales) no creo
que estuviera en sus prioridades.
–Usted le dio al FBI
muchos documentos que llevaron finalmente a la presentación de cargos en contra
de funcionarios de la FIFA y a la renuncia de Blatter… ¿Cómo logró hallar esos
papeles?
–Yo soy un
periodista de investigación, ésa ha sido mi vida y así trabajo. Mi tarea es
acceder a todo tipo de documentos. Hay gente con información confidencial que
vino a mí porque estaba cansada de tanta corrupción y criminalidad dentro de la
FIFA.
LA SUCIEDAD EN CASA
–¿Qué nos podría
decir de las autoridades del futbol en México? ¿Cree que habría mucha gente
implicada también por corrupción y sobornos? –se le inquiere al reportero.
–La verdad es que
sólo estuve en México una vez, no hablo casi nada de español, pero la prioridad
para mí está en otro lado. En los peces más grandes. De todos modos creo que
sería bueno que tradujeran mi libro Omertà al español, para que la gente en
América Latina se entere más acerca de lo que descubrí dentro de la FIFA, las
redes secretas de lavado de dinero, de pagos ilegales, de cuentas offshore. La
lista de delitos y actos criminales no tiene fin.
–¿Qué podría
contarnos de las autoridades del futbol en la Confederación de América del
Norte, Central y el Caribe (Concacaf)? ¿Cuán graves son los casos de corrupción
allí?
–La Concacaf es lisa
y llanamente una banda de mafiosos. Jack Warner (expresidente del organismo) es
un ladrón, recibió dinero de todas partes, lo guardó en cuentas secretas, ni
siquiera pagó impuestos de esos millones que cobró durante años. Es un ladrón y
un mafioso. Ahora enfrenta cargos por conspiración de crimen organizado,
conspiración para realizar fraude electrónico y blanqueo de capitales.
–Si usted ve un
delito y no lo reporta, eso es tan malo como haber cometido el delito. Los
estadunidenses deben resolver esto de una vez por todas. La FIFA no puede
salirse con la suya, espero que los fanáticos no los dejen. Y como le dije
antes, lo que la gente debe entender es que la FIFA es una gran familia de
criminales mafiosos.
Jennings no esconde
su felicidad al ver que los hombres que investigó por más de 15 años fueron
finalmente arrestados.
“Estos últimos han
sido unos días muy buenos para mí. Es fantástico saber que Blatter no podrá
dormir tranquilo de ahora en adelante”, dice.
El periodista detrás
del mayor escándalo deportivo en lo que va del siglo cree que ahora podrá
jubilarse tranquilo, sabiendo que su investigación tuvo un efecto muy real.
“Podré dedicarme
ahora a cuidar de mi jardín en la campiña inglesa y jugar con mis hijos”,
cuenta Jennings desde el estudio de su casa.
(PROCESO/
REPORTAJE ESPECIAL/ LEONARDO BOIX/11 DE JUNIO DE 2015)
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