El
pasado 6 de enero, policías federales a bordo de decenas de vehículos
irrumpieron en el centro de Apatzingán y abrieron fuego contra civiles, lo que
causó la muerte de por lo menos 16 personas y heridas a muchas más. Sin
embargo, Alfredo Castillo, entonces comisionado federal de Seguridad en
Michoacán y quien acaba de ser nombrado director de la Conade, sostuvo que
tales hechos fueron producto de un “fuego cruzado”. La periodista Laura Castellanos reconstruye
esa masacre con base en testimonios grabados de 39 personas –sobrevivientes,
pobladores, familiares de víctimas y personal médico, entre otros–, así como en
fotografías y videos. Su investigación fue compartida con el semanario Proceso,
el portal Aristegui Noticias y la cadena televisiva Univisión.
APATZINGÁN,
Mich. (Proceso).- “¡Mátenlos como perros!”, gritaron los policías federales al
atacar a tiros a un centenar de miembros y simpatizantes de la Fuerza Rural que
estaban en plantón en los portales del Palacio Municipal de esta localidad, a
las 2:30 de la madrugada del pasado 6 de enero.
Ninguno
de los manifestantes tenía armas largas. Seis de ellos portaban pistolas
registradas y las pusieron en el piso. Los demás cargaban palos. Ninguno
disparó.
Todos
ellos obedecieron las indicaciones que les dio Nicolás Sierra, El Gordo Coruco,
líder del G-250, grupo creado por quien entonces era comisionado federal de
Seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo.
Durante
ocho meses el G-250 persiguió en la sierra a Servando Gómez, La Tuta, líder de
Los Caballeros Templarios.
Sierra
es uno de los siete hermanos conocidos como Los Viagra, temidos y odiados en la
región, acusados de ser extemplarios y de cometer diversos atropellos. Castillo
tuvo a cinco de ellos a su servicio en Michoacán.
Los
rurales, hombres forjados en la pizca del limón, protestaban porque 20 días
antes Castillo había disuelto al G-250 sin pagarles. Además, padecían nuevas
incursiones de templarios en sus localidades.
Rubén,
miembro de la Fuerza Rural, escuchó la balacera y saltó de su camioneta.
Entonces un policía federal le gritó: “¡Levanta las manos y ponte de
rodillas!”. Estaba por obedecer cuando a pocos metros vio a otro hombre
hincado, los brazos en alto, encañonado por los uniformados.
“Le
dispararon estando de rodillas, rendido, sin armas –atestiguó–. Lo ejecutaron
los federales”. Una camioneta de su grupo ingresó en la plaza y Rubén logró
escapar en ella.
Testimonios
de 39 personas, grabados en audio, revelan que policías federales dispararon
contra civiles desarmados en dos hechos distintos ocurridos en Apatzingán el pasado 6 de
enero: el primero, a las 2:30 horas en el jardín central y los portales del
Palacio Municipal; el segundo a las 7:45 horas en el cruce de Avenida
Constitución y Plutarco Elías Calles, cuando un comando de la Policía Federal
disparó con ametralladoras M-60 contra una docena de vehículos que
transportaban a guardias rurales y a sus familiares.
Según
Nicolás Sierra, su grupo contabilizó preliminarmente 16 muertos (ejecuciones
extrajudiciales) y decenas de heridos en ambos ataques.
(Fragmento
del reportaje principal que se publica en la revista Proceso 2007, ya en
circulación)
(PROCESO/
LAURA CASTELLANOS/ 18 DE ABRIL DE 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario