México.- Las
capturas de El Chapo Guzmán, Beltrán Leyva y más recientemente de Servando
Gómez, La Tuta, fueron el punto culminante de la estrategia de México para
desmantelar bandas criminales, señala un análisis de la empresa especializada
en seguridad InSight Crime.
Asevera que, con
algunas excepciones, la joven generación de líderes criminales que reemplazarán
a estos hombres no es de la talla de los mencionados en la lista anterior y
ningún cártel cuenta claramente con un sucesor cuyas capacidades puedan
compararse con las de sus predecesores.
Considera que ésta
es una gran oportunidad para los responsables de formular políticas en México
sobre la forma en que integran expedientes sobre los grupos criminales y sus
principales líderes.
Según el análisis
firmado por Patrick Corcoran, las autoridades mexicanas tienen el reto de
eliminar lo que motiva a los capos de la droga a ser violentos.
Recordó que la
estrategia contra las drogas en México se basa en identificar a los líderes de
la droga y ponerle precio a su cabeza.
Según InSight Crime,
todos los capos que han sido capturados estaban huyendo desde mucho tiempo
atrás, lo cual les quita incentivos para bajar su nivel de violencia: “Su
principal motivación era no ser atrapados, no evitar cometer atrocidades”.
Por ello, Corcoran
propone adoptar un modelo que no se base en ponerle etiqueta de búsqueda a los
líderes de los cárteles, sino más bien que se puedan reunir suficientes pruebas
para acusarlos y lograr condenarlos.
Manifestó que lo
anterior es viable en la actual coyuntura que vive México y con ello se
reduciría la violencia.
INSIGHT CRIME: BAJA CALIBRE DE LOS CAPOS
InSight Crime, la
cual agrega que “el verdadero trabajo de la maquinaria de seguridad mexicana
apenas comienza, y consiste en eliminar lo que motiva a los capos de la droga a
ser violentos”.
“Con algunas
excepciones, la joven generación de líderes criminales que reemplazarán a estos
hombres (...) Ésta es una gran oportunidad para quienes los responsables de
formular políticas en México”, indica la información.
“Uno de los factores
determinantes del crimen organizado mexicano es que ha sido liderado por fugitivos.
Todos los hombres que han sido capturados estaban huyendo desde mucho tiempo
atrás. No tenían una acusación del gobierno mexicano pendiendo sobre sus
cabezas, pero para figuras como La Tuta o El Chapo, su prontuario era lo
suficientemente grande como para suponer que, una vez arrestados, entablar un
caso legal era sólo una formalidad”, añade.
El texto, autoría de
Patrick Corcoran, menciona que, a diferencia de Estados Unidos, lejos de
mantener un bajo perfil, los jefes de la mafia tienen los mismos incentivos
para no evitar cometer atrocidades que se traduzcan en mayores penas una vez en
prisión.
“Aunque esta
diferencia puede parecer insignificante, cada uno de estos dos modelos crea una
estructura de incentivos radicalmente diferente para los jefes criminales. Un
cabecilla en Estados Unidos —o en otros países donde es poco común que los
capos de la droga estén fugitivos— intenta vivir como un miembro de su
comunidad, mantener un perfil bajo y evitar las provocaciones, las cuales le
darían al gobierno más evidencias para entablar un caso judicial en su contra”,
refiere InSight Crime.
“Éste no es el caso
en México, donde los jefes del crimen no tienen los mismos incentivos para
bajar la cabeza y reducir la violencia. Finalmente, su principal motivación es
evitar ser atrapados, no evitar cometer atrocidades que pueden convertirse en
un fuerte cuerpo de evidencia en su contra en un tribunal mexicano”.
Por ello, señala la
organización, es un buen momento para cambiar las políticas públicas en
relación con los cárteles de la droga.
Añade que la captura
de los capos que desataron una ola de violencia sin precedentes durante la
presidencia de Felipe Calderón ofrece una extraordinaria oportunidad para
México. Está surgiendo un nuevo tipo de líderes criminales que sustituirán a El
Chapo Guzmán y Servando Gómez y muchos otros capos que han sido capturados o
asesinados en la última década.
“Si México logra
cambiar este modelo de ‘narcotraficante fugitivo’, y si logra que los
narcotraficantes tengan un genuino interés en evitar la violencia, entonces el
hampa del país tenderá a modos más pacíficos de actuar”, explica.
(ZOCALO/EXCÉLSIOR/
15/03/2015 - 09:40 AM)
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