SALTILLO,
Coah., (proceso.com.mx).- Autoridades penitenciarias de Coahuila
amenazan con matar a defensores de derechos humanos y a presos si
continúan denunciando las torturas a las que son sometidos algunos
internos para que confiesen que participaron en la desaparición de
personas en el norte del estado, denunciaron representantes de la
Iglesia Católica y familiares de los internos.
Las agresiones
contra los internos del Cereso varonil de Saltillo comenzaron el pasado
viernes 17 de enero, durante una revisión emprendida por efectivos de
cuerpos especiales seguridad llamados Gates y Groms, en la que también
participaron elementos del Ejército.
Las torturas continuaron días
después contras algunos presos que fueron sacados del Cereso para
llevarlos a declarar a “diligencias” celebradas en la ciudad fronteriza
de Piedras Negras, en las que fueron obligados a declarar sobre la
desaparición de personas en el norte del estado. Lo anterior fue
denunciado a Proceso por familiares de los reos.
Al menos dos reos
fueron torturados para que confesaran su presunta participación en los
asesinatos y posterior desaparición de algunas personas en la región
conocida como Cinco Manantiales.
En un reporte sobre las torturas
en el penal elaborado por miembros de la Diócesis de Saltillo se
detallan las agresiones y amenazas a la que fue sometido el reo Ramón
Buricaga Magallane, quien fue requerido el viernes 31 de enero por las
autoridades de la Procuraduría y la Fiscalía especializada para los
Casos de Personas Desaparecidas para que asistiera a una “diligencia” a
la ciudad de Piedras Negras.
El interno narró que fue trasladado
durante varias horas en diferentes vehículos: “Me hacen subir a una
Silverado de cuatro puertas, troca blanca particular de los Gates en la
que había tres elementos vestidos con ropa de camuflaje, todos con
chalecos de los Gates”.
Los uniformados cubrieron su rostro con la
camisa que traía puesta y después de un recorrido se detuvieron en una
gasolinería y lo subieron a otro vehículo. Posteriormente, uno de los
involucrados dijo “es el lugar indicado”. Entonces, dieron la orden al
reo de bajarse del automóvil y correr, pero éste se negó. En
consecuencia, fue golpeado y lo amenazaron con asesinar a sus
familiares. Posteriormente fue regresado al Cereso.
La diligencia
en la que era requerido se celebró el sábado y el interno fue trasladado
por aire. Sin embargo, aunque el regreso estaba programado para el
sábado mismo, pareciera que ocurrió hasta el domingo. El reo fue
interrogado sobre las narcofosas que fueron localizadas en la entidad la
semana pasada y posteriormente de sus declaraciones le hicieron firmar
“una confesión que no conoció”, según el reporte de la Iglesia Católica.
Posteriormente,
autoridades del Cereso encabezadas por el director Miguel Ángel Rosales
Saucedo amenazaron con “matar los presos que continuaran denunciando
las torturas”, precisaron los familiares entrevistados.
También
amenazaron a Jaqueline Campbell, colaboradora del Obispo Raúl Vera, y
uno de los integrantes de la Diócesis que participaron en elaborar el
reporte de la Iglesia Católica.
Las diligencias a las que están
llamados varios internos del Cereso de Saltillo forman parte de las
investigaciones que realizan las autoridades de Coahuila como parte de
un macro operativo que comenzó el pasado 27 de enero para buscar narco
fosas o lugares donde desaparecieron alrededor de 300 personas del norte
del estado.
Hasta ahora las autoridades únicamente han localizado
retos de cuerpos, cenizas e indicios que en algunos ranchos ubicados en
las regiones de Zaragoza y Allende fueron “cocinadas” decenas de
personas.
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