Arturo Rodríguez y Jenaro Villamil
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Envuelta en el escándalo por la presunta compra y
coacción del voto a favor del PRI a través de sus tarjetas de prepago, la
Organización Soriana intenta frenar el impacto negativo a su imagen, que hasta
ahora había permanecido limpia pese a las evidencias de celebración de negocios
al amparo del poder, señalamientos por abusos y un inusitado crecimiento que, en
menos de una década, la convirtió en el segundo grupo más importante de su tipo
en el país.
Las denuncias en su contra empezaron el jueves 28 de junio, cuando el
representante del PRD ante el IFE, Camerino Eleazar Márquez Madrid, mostró una
videograbación donde se ve a María Elena Barrera, candidata priista al Senado
por el Estado de México, entregando tarjetas de Soriana con el emblema de la
CTM. Como prueba Márquez mostró mil 950 de esos plásticos.
El PRD solicitó al IFE medidas cautelares y el retiro del registro al priista
Enrique Peña Nieto, pues con el dinero entregado con las tarjetas se excedían
los topes de campaña.
El escándalo creció y en los días siguientes se documentaron más casos
similares. Transcurrida la elección hubo hasta compras de pánico en las tiendas
Soriana.
El jueves 5 la derrotada candidata panista Josefina Vázquez Mota y el
presidente Felipe Calderón se refirieron por separado al caso de las tarjetas
Soriana: Vázquez en conferencia de prensa y Calderón en una entrevista con
Excélsior.
Sus declaraciones fueron extraordinarias, pues desde la noche del domingo 1
ambos habían admitido sin dilación el triunfo de Peña Nieto y hasta presionaron
a Andrés Manuel López Obrador para que reconociera un resultado que no era
oficial.
Control de daños
En entrevista con el corresponsal de Proceso en Nuevo León, Juan Alberto
Cedillo, el director de Planeación Estratégica de Soriana, Rodrigo Benet,
rechazó que las tarjetas sirvieran para beneficiar al PRI. Sin embargo desconoce
si se compraron en grandes cantidades las tarjetas prepagadas que se venden en
la zona de cajas de sus tiendas, a las que sí se les puede depositar dinero.
“Son absolutamente falsas las declaraciones publicadas en diversos medios de
comunicación, de que se pueden comprar directamente productos y servicios con
esas tarjetas, ya que únicamente otorgan descuentos y puntos de nuestro programa
de lealtad”, dice.
Como lo hizo la empresa en un comunicado emitido el martes 3, Benet insistió
en que a las tarjetas de lealtad de Soriana no se les puede depositar dinero y
sólo otorgan descuentos.
“Las tarjetas que se han mostrado con el logo de la CTM pertenecen a un
programa de beneficios que busca fidelizar al cliente a través de ofrecer
descuentos y promociones especiales al trabajador por realizar sus compras en
nuestras tiendas”, precisa.
Según el directivo, el convenio con la CTM funciona desde mayo de 2010 y han
sido otorgadas unas ocho mil tarjetas a los agremiados de varios estados. “Puedo
decir, categóricamente, que en ningún momento se ha depositado dinero en esas
tarjetas”.
También rechazó tener indicios de compras masivas de tarjetas de prepago los
días previos a la elección presidencial.
Esas tarjetas son las que pudieron utilizar los operadores del PRI.
Benet comentó que la empresa no tiene un control especial sobre esas tarjetas
y que cualquier cliente puede comprar y pedir que se le depositen montos que van
desde 100 hasta menos de 10 mil pesos.
Un aspecto llamativo de esas tarjetas es que se usan incluso para hacer
depósitos desde el extranjero.
Desde Cantabria
Originarios de Soria, en Cantabria, España, los hermanos Armando y Francisco
Martín Borque llegaron a México para trabajar en La Soriana, una tienda de
abarrotes de un familiar. Con el tiempo adquirieron el pequeño comercio y
abrieron sucursales en ciudades del norte.
Los Martín Borque pertenecen al grupo familiar que llegó a la región lagunera
en los treinta y ahí prosperaron. Así ocurrió con su primo Eduardo Tricio, cuyo
vástago, Eduardo Tricio Haro, preside Grupo Lala, el principal productor de
leche en el país.
Los Martín se condujeron sin variar su giro. Pero en una década, del negocio
original sólo conservan el aspecto familiar: en su consejo 11 miembros son
hermanos y primos; sólo cuatro no llevan el apellido.
El presidente del consejo de administración de Soriana es Francisco Martín
Bringas; su hermano Ricardo ocupa la presidencia suplente. Éste es quien en
realidad lleva las riendas del negocio: es el director general y quien despacha
en el corporativo localizado en Monterrey.
Los hermanos Tricio y Martín Bringas coinciden en dos consejos de
administración, uno es Aeroméxico, donde son socios. El otro es Banamex. Los dos
pertenecen al grupo de empresarios que apoyó a Peña Nieto en un evento el pasado
2 de junio en Gómez Palacio, Durango.
Hoy Soriana tiene 558 tiendas en 181 ciudades y está presente en todo el
país. Sólo en el Distrito Federal y su área metropolitana posee 88
establecimientos, además de la cadena de tiendas Súper City.
Ese crecimiento fue posible luego de que en 2007 aumentara 47% de sus tiendas
al adquirir –por mil 355 millones de dólares– la cadena Gigante, hasta entonces
propiedad de otro cántabro, Ángel Losada. Antes, en 2005, Soriana intentó
comprar las tiendas en México de la cadena francesa Carrefour, pero Chedraui le
ganó la partida.
Los dueños de Soriana entablaron relaciones políticas y empresariales que,
además de las tiendas de autoservicio, les ha facilitado incorporarse al sector
financiero, la aviación y los negocios deportivos.
Ricardo Martín Bringas forma parte de los consejos de administración de
empresas propiedad de varios magnates próximos a Carlos Salinas de Gortari: se
trata de Vitro, de los hermanos Adrián y Federico Sada; Telmex, de Carlos Slim,
y Banamex, presidido por Alfredo Harp Helú.
En Banamex son consejeros Ricardo Martín, Eduardo Tricio y Ángel Losada.
Además hay asociación: una tarjeta de crédito Soriana-Banamex.
Ahora Soriana invierte 600 millones de dólares en la construcción de cinco
plantas eólicas. La primera entrará en operación en 2013. Durante la
inauguración de una tienda en Monterrey, Ricardo Martín dijo que serán para
abastecer sus tiendas, pues los costos de la energía eléctrica impactan sus
estados financieros.
Grandes ligas
Harp Helú es presidente del club de beisbol Diablos Rojos de México; el
presidente ejecutivo es Roberto Mansur Galán, cuyo hermano José Antonio es el
presidente del club Rojos del Águila de Veracruz. En éste club figuran como
copresidentes sus hijos. Uno de ellos es José Antonio Mansur Beltrán.
Mansur Beltrán es considerado el empresario más próximo a Javier Duarte,
gobernador de Veracruz, quien lo designó subsecretario de Finanzas al inicio de
su gestión. Ocupó ese puesto hasta marzo pasado, cuando salió envuelto en un
escándalo de corrupción: la filtración de una llamada con Juan Alberto
Armendáriz, excolaborador de Mario Marín en Puebla y ahora de Duarte. El asunto
versó sobre unos “fondos oscuros” para “un proyecto” que jamás se
esclareció.
Mansur Beltrán fue presidente ejecutivo de Vaqueros Laguna, donde es
presidente del consejo de administración Ricardo Martín Bringas.
Los Mansur compraron el club veracruzano luego de que otra familia lagunera,
los Juan Marcos Villarreal, mantuvo la tenencia del equipo en asociación con el
gobierno estatal de Fidel Herrera, que ahora sigue con Duarte y los Mansur.
El manto de la virgen
La mañana del 24 de noviembre de 2007, durante dos horas, el ejido Batopilas
resistió la tolvanera que preocupaba a los 400 habitantes. El fenómeno es
frecuente, pero ese día recibían una visita especial: Carlos Salinas de
Gortari.
Batopilas es un ejido que nació tras un movimiento obrero encabezado por
Línea de Masas, organización maoísta liderada por Hugo Andrés Araujo y
adoctrinada por Adolfo Orive en los setenta… y vinculada con Carlos y Raúl
Salinas.
Con asado de puerco y arroz, Salinas, Orive y Araujo llegaron con el entonces
gobernador Humberto Moreira, los empresarios Ricardo Marcos (tío de los Juan
Marcos) y Pedro Luis Martín Bringas, accionista de Soriana.
El convite fue apenas uno de los que compartieron Moreira y los Martín
Bringas, cuya influencia en la Comarca Lagunera es conocida por sus caudales,
sus acciones de beneficencia y su activo catolicismo.
Fue Pedro Luis quien ese mismo 2007 encabezó la sustracción de un monumento
en construcción financiado por un grupo de empresarios en el Cerro de las Noas.
Se trataba de celebrar el centenario de Torreón colocando “la escultura
religiosa más grande del mundo”: el Manto de la Virgen.
En una entrevista publicada por la agencia Apro en agosto de 2007, el
sacerdote José Rodríguez Tenorio denunció que Pedro Luis hizo que patrullas
municipales se llevaran los trozos de acero del Cerro de las Noas a la entrada
de Torreón. Rodríguez Tenorio aseguró que el dueño de Soriana lo insultó y retó
a golpes en un restaurante cuando le reclamó el hurto.
Pedro Luis lo logró: el Manto de la Virgen se instaló a la entrada de Torreón
y fue dedicado a su fallecida madre, Ana María Bringas. Ni el obispo José
Guadalupe Galván atendió el clamor del párroco y optó por bendecir la escultura
para honrar a la madre de los dueños de Soriana.
Pero no es todo.
Según el escritor Arnulfo Vigil, en 1998 Soriana adquirió bonos de alto
riesgo por 240 millones de pesos del Instituto de Seguridad Social al Servicio
de los Trabajadores de Nuevo León, que nunca pagó. Se capitalizó Soriana y
quebró el sistema pensionario de la burocracia.
A lo anterior se suman los mencionados contratos con el Estado de México, así
como millonarias condonaciones de impuestos.
Registrada en la Bolsa Mexicana de Valores como Organización Soriana, S.A.B.
de C.V., es una de las 30 empresas más grandes de México.
El diputado petista Mario di Constanzo advierte que los dueños de Soriana
cotizan aun en la Bolsa con la emisora Gigante.
“Utilizan prácticas que les permiten eludir impuestos. En 2011 Soriana, sin
incluir Gigante, tuvo ventas por 98 mil 200 millones de pesos y pagó de
impuestos mil 392 millones. Eso es 1.7% de ingresos. En contraste, Pemex pagó
54% de ingresos en impuestos ese año.”
Soriana tuvo impuestos diferidos (dejó de pagar) 8 mil 276 millones de pesos.
Gigante registra impuestos diferidos por mil 756 millones de pesos.
“Más que por negocio compraron Gigante por las ventajas fiscales, es un
negocio que difiere impuestos y nunca los pagará.”
Respecto a lo electoral, considera que pudo darse una acción concertada en
los gobiernos del Estado de México, Veracruz, Coahuila y Nuevo León para comprar
hace tiempo el paquete promocional y soltarlo en las elecciones. Asegura en el
primer trimestre de 2012 nueve estados suscribieron contratos con Soriana por 2
mil 200 millones de pesos.
“Dos mil 200 millones de pesos, que son los contratos que subieron, digamos a
300 pesos cada despensa (que es cara), tienes 7 millones 33 mil despensas. Esa
es la cantidad de voluntades que se pudieron comprar” (Con información de
Beatriz Pereyra).
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