En
2017 se cometieron 788 homicidios dolosos, 345 al cierre de ese año, justo
cuando recrudeció la desaparición de personas en Los Cabos, La Paz y Mulegé.
Mientras autoridades señalan a bandas criminales que operan en BCS, hay poco
apoyo a familiares de las víctimas
Conforme
a datos de la organización civil Semáforo Delictivo, los casos de homicidio
doloso en Baja California Sur disminuyeron un 50 por ciento en 2019 comparado
con 2018. No obstante, agentes de Investigación Criminal de la Procuraduría
General de Justicia del Estado (PGJE), observan que la privación ilegal de la
libertad va a la alza.
“Se
calentó la plaza, como se dice coloquialmente. Hay ejecuciones a plena luz del
día, desde luego hay mayor presencia de corporaciones de los tres niveles, más
las fuerzas militares, por eso (los criminales) cambiaron la forma de operar,
con levantones. Ahora levantan, ejecutan y desaparecen”, explicó una fuente
policiaca a ZETA.
La
situación se agravó desde finales de 2017, año en que se cometieron 788
homicidios dolosos, 345 solo en el último trimestre, cuando recrudeció la
desaparición de personas en Los Cabos, La Paz y Mulegé.
Sin
embargo, el agente entrevistado destaca “mucha presencia de desapariciones a
finales de 2019 e inicios de 2020”.
El
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó 211
personas asesinadas en BCS en 2018 y, para 2019, la cifra fue de 82 homicidios
dolosos hasta noviembre.
La
búsqueda de personas es cada vez más angustiante, si bien en algunos casos han
pasado años desde que desaparecieron, para las familias sería de gran ayuda
encontrar a su familiar, en las condiciones en que se encuentren; lo que desean
es terminar con la tortura de buscar y no encontrar.
“Ella
es mi mamá (Elvira Yolanda Manríquez) y fue secuestrada el 12 de julio de 2017
en la ciudad de La Paz, Baja California Sur, desde ese día no sabemos nada de
ella, si sabes algo, dónde puedo encontrarla, márcame a mi número (612)
140-9761, no busco culpables, solo la busco a ella. Esté como esté, pero tenerla
conmigo o en un lugar donde pueda yo irla a visitar, es mi mamá y la necesito”,
expresó mostrando una imagen Gabriel Álvarez, quien lleva más de dos años y
medio buscando a su progenitora.
Colectivo
Búsquedas por La Paz tiene un listado de más de 200 personas reportadas como
desaparecidas, el número sigue a la alza y en este 2020 la cifra sigue
creciendo
“Por
más difícil que sea el camino te buscaré, tu ausencia cada día es más fuerte.
Dónde están nuestros tesoros, no buscamos culpables. Para una madre la
desaparición de un hijo significa un espacio sin tregua, una angustia larga, no
hay resignación y consuelo ni tiempo para que cierre la herida. La muerte mata
la esperanza, pero la desaparición es intolerable, porque ni matan ni dejan
vivir, solo se aprende a vivir con el dolor”, expresó una madre de familia
afectada por la desaparición de su hijo.
La
petición es brindar datos reales para encontrarlos, “alguien que sepa algo,
mándenme mensajes a los grupos de búsqueda de La Paz y Los Cabos. Para que se fijen
cuantas personas desaparecidas aquí en Baja California Sur, no son uno ni dos,
ahorita en mi listado son más de 200 personas, por favor si miran o saben algo
de alguien, comuníquense con nosotros”, exhortó por su parte Iris Manríquez,
del colectivo Búsquedas por La Paz.
POCA RESPUESTA ANTE DESAPARICIONES
Ante
la exigencia de familias afectadas por el delito de desaparición, en 2018 y
2019 se tomaron muestras de familiares de desaparecidos, con el fin de contar
con ADN para identificar a víctimas de la delincuencia organizada, ya que se
han localizado cuerpos abandonados en brechas y fosas clandestinas.
En
los últimos tres años, el padrón de desaparecidos con que cuenta el colectivo
Búsquedas por La Paz asciende a 200 personas. La PGJE confirmó a ZETA que de
las más de 300 muestras de personas que buscan a su ser querido, 35 han podido
ser identificados gracias a este método.
“Las
muestras que nos aportaron en 2018 por parte los familiares, fueron 140; en
2019 fueron alrededor de 166, lo interesante es que el 10% en 2018 salieron
positivas y el 13% en 2019. También rendimos cuentas de todos los cadáveres en
calidad de desconocidos”, confirmó Daniel de la Rosa Anaya, titular de la PGJE
en Baja California Sur.
Es
probable que existan más de 270 personas desaparecidas en la entidad, además, hay un centenar de fallecidos sin
identificar y se encuentran en el panteón de la PGJE, en la comunidad de San
Pedro en la Capital del Estado.
De
la Rosa llamó a las familias que no se han acercado a brindar una muestra de
ADN para que contribuyan, quizá su ser querido se encuentre en las
instalaciones de la institución.
“En
2018 fueron 46 personas que se encontraron en esa calidad, y en 2019 cerramos
diciembre con 54 en esa calidad. Tenemos también datos de las fosas que se
encontraron en 2019 y años anteriores”, complementó el funcionario estatal.
En
los últimos años han sido localizadas fosas clandestinas, en tanto que otras
aún no se encuentran, ya que han recibido información y se han hecho búsquedas
institucionales, sin resultados favorables. Otros cadáveres se han encontrado
abandonados en zonas apartadas, en el monte.
“El
mecanismo que se realiza a través de los laboratorios especializados de
genética, química, médica, de antropología, de diversas áreas de servicios
periciales, es precisamente para la identificación particular, personalizada,
individualizada, ya sea de restos o de cualquier cadáver, sobre todo para que
familiares puedan lograr la identificación. Les informamos que todos ellos no
están distribuidos en los panteones de la diversa geografía del Estado, todos
están el panteón pericial que se tiene en La Paz, se les da un trato muy digno
a restos, a los cadáveres”, reiteró De la Rosa Anaya.
BUSCAN FOSAS CLANDESTINAS
En
los últimos meses se ha incrementado la presencia de cuerpos policíacos,
municipales y agentes de Investigación
Criminal de la PGJE y de la Policía Estatal que han brindado acompañamiento con
equipo especializado en la búsqueda, dirigida a sitios ya conocidos, como
grandes extensiones de terreno que se dividen en cuadrantes por salida.
Incluso
se ha capacitado a miembros de los distintos colectivos de búsqueda para que
sepan identificar los sitios dónde buscar y que los resultados sean favorables,
tanto para las familias de desaparecidos como para la institución.
“En
cuanto a las fosas, en 2019 se localizaron cuatro con cinco cuerpos, ya están
plenamente identificados y entregados a sus familiares, incluso, están
vinculados a proceso también los responsables de estos elementos delictivos en
la zona norte de la entidad, pero también tenemos personas vinculadas en
Comondú, La Paz y Los Cabos en otros eventos delictivos”, informó Daniel de la
Rosa Anaya desde la PGJE.
Para
2020 se tiene calendarizadas veinte fechas para continuar con la búsqueda de
familiares, así como información y toma de muestras. El primer evento tuvo
lugar el viernes 17 de enero, con un módulo itinerante en Miraflores en San
José del Cabo.
Familiares
de desaparecidos se han manifestados constantemente, señalan que el hecho de
que hayan disminuido los homicidios dolosos, no significan que no los haya,
esto en referencia a las múltiples desapariciones
Serán
diez búsquedas de personas, una por mes, descansando este enero y agosto; el
resto de los meses ya hay fecha de búsqueda, iniciando en Vizcaíno en Mulegé,
para concluir en San José del Cabo, en Los Cabos.
“En
el tema de desaparecidos hay una disminución en el último año, prueba de ello
es que está desarticulada una de las células que estaba operando en la zona
norte, recordarán la detención de ‘El Chuky’, todo lo relacionado a ‘El
Moreno’, inclusive vinculados al homicidio del periodista (Rafael) Murúa. Hay
una disminución muy sensible en ese esfuerzo que se realizó”, celebró el
procurador estatal.
El
mando se refiere a la célula criminal dedicada a secuestrar a sus víctimas para
causarles daño, algunos fueron localizados, sin embargo, otro número de
personas se encuentra en calidad de desaparecido.
Si
bien la PGJE indica que se ha reducido considerablemente la incidencia de
desapariciones, familiares aseguran que en el año en curso, estas continúan.
Por
ejemplo, la cifra de homicidios dolosos en 2019 no se disparó porque muchas
personas siguen en calidad de desaparecidas, algunos quizá hayan sido
enterrados en fosas clandestinas, en tanto que de otros, nada se sabe.
“Tuvimos
un descenso en la zona norte, de alrededor del 60% en la incidencia que se nos
presentaba en 2018, lo que también se reflejó en una reducción del 80% en la
zona sur, el área de San José del Cabo y Cabo San Lucas, en La Paz y Comondú;
hay ocho casos más resueltos de desaparición de personas, se han judicializado
cinco, tres más están en cierres y ya tenemos mandamientos judiciales en contra
de personas en ese tipo de hechos. Ya cumplimentamos otra más en diciembre y se
ha venido reduciendo significativamente”, contabilizó el procurador.
GRITO DESESPERADO
En
2018, Ricardo Basilio García, de entonces 21 años de edad, salió de su casa
para no regresar. Sus padres lo han buscado con desesperación, no tienen ni una
sola noticia que les confirme que se encuentra sano y salvo, menos aún indicios
de su paradero.
Su
madre, Andrea García y su padre, Andrés Basilio, recuerdan el último día que
estuvo con ellos:
“Ese
día yo platiqué con mi hijo, le di puros consejos buenos, lo abracé y se quedó
toda la tarde aquí, y en la noche, eran las once de la noche, salió de casa y
ya no regresó, ya no supe más de él”, lamentó.
Ambos
reconocen que el joven no traía buenas juntas, pero siempre regresaba a casa
sin importar la hora.
Hoy
el dolor es profundo, dos años de buscar y no encontrar, de salir y escuchar
sitios en los que ha sido visto, pero no lo han podido localizar. Supuestamente
algunas personas lo han visto, pero no se sabe dónde se encuentra.
“Mi
hijo trabajaba conmigo, era pintor, como a todo noven se le llamaba la
atención, dejó de venir a la casa, se descarriló, tuvo muchas amistades, de
ellos no hablo, pero él siempre tenía la responsabilidad de llegar a casa,
siempre llegaba dos, tres de la mañana, pero llegaba. No me voy a dar por
vencido, seguiré buscándolo”, insistió el señor Basilio.
Como
muchas familias, el matrimonio arribó a Los Cabos en busca de una mejor vida,
con Ricardo de 2 años de edad.
La
única petición de los padres, es que las autoridades los ayuden a localizarlo,
ya que les han cerrado muchas puertas, ni siquiera les han brindado información
si se encuentra detenido o internado en algún Centro de Readaptación Social.
“Vinimos
a vivir a Cabo San Lucas porque supuestamente era tranquilo, les pido a todos
los ciudadanos de Baja California Sur que me echen la mano, no es vida vivir
sin un hijo, no sabemos dónde está, pedimos a las autoridades que nos apoyen”,
finalizó el padre de Ricardo.
Los
“amigos” del joven solo responden que no tienen información, incluso lo han
desconocido. Sus familiares saben que algo le ocurrió, pero quieren encontrarlo
o saber de su paradero para mitigar el dolor que los está consumiendo.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA /
INVESTIGACIONES ZETA/MARTES, 21 ENERO, 2020 01:00 PM)
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