Francisco
Ibarra Márquez y Erick Santos Acosta resultaron víctimas colaterales del
intento de asalto a mano armada el miércoles 27 de noviembre a la empresa BD
Alaris, ubicada en el Parque Industrial El Florido. El primero de ellos quedó
paralítico de por vida, el segundo fue asesinado. Ambos fueron atacados por
custodios de SEPSA, quienes los señalaron como parte del grupo de asaltantes,
cuando solo eran empleados del parque industrial.
La
mañana de aquel miércoles, Ibarra Márquez, quien vivía y se desempeñaba como
velador en la bodega de la empresa Solsub -a un costado de donde ocurrió el
asalto-, realizaba sus actividades diarias: recibir a los empleados y estar al
pendiente de la entrada de vehículos en el área de trabajo.
En
el reloj pasaban las siete de la mañana cuando Francisco y sus compañeros de
trabajo se disponían a iniciar sus labores. En ese momento escucharon una serie
de disparos de armas de fuego, y al no saber de dónde provenían, buscaron
resguardarse entre la maquinaria que está en el patio de la compañía.
Francisco
relató a ZETA que salió a la calle para averiguar lo que podría estar
sucediendo, después que los disparos cesaron. Fue entonces cuando encontró a
Erick Santos Acosta -a quien conocía porque trabajaba en Grupo ADCO, que da mantenimiento
a BD Alaris-, tirado en la banqueta y con una lesión en el estómago, por lo que
se acercó a auxiliarlo. En eso los disparos se reiniciaron, y al intentar
ponerse a salvo, resultó lesionado en la espalda, cayendo al suelo a escasos
metros del cuerpo de Erick Santos.
“Me
di la vuelta y sentí un disparo en la espalda, solamente un disparo, fue
después de quince minutos que ya había terminado la balacera, se escuchó otro
disparo y yo caí tendido en el piso, volteo y empiezan a llegar tres custodios de
la compañía de valores. Escucho que dicen que nosotros fuimos, que no dejen a
ninguno vivo y que nos rematen. Escucho otras detonaciones sobre el compañero
que yacía en el suelo, escuché más de seis detonaciones”, detalló Ibarra
Márquez, quien tiene varias lesiones que no son profundas, pero asegura, son
por proyectiles de arma de fuego. Una en cada hombro por la parte anterior, dos
más en el codo y una más a la altura de la axila derecha.
Lo
que le salvó la vida, según contó, fue el apoyo de uno de sus compañeros de
trabajo de nombre Carlos, quien se percató que estaba lesionado. “Carlos, no me
dejes… No dejes que me maten” comenzó a gritarle a su compañero, quien grabó lo
que ocurría con su teléfono celular.
Fueron
los custodios de SEPSA quienes lo esposaron y golpearon mientras permanecía en
el suelo, sin que recibiera atención médica de paramédicos de Cruz Roja que
arribaron al sitio junto con agentes de la Policía Municipal.
Afirma
que tardaron en atenderlo cerca de una hora, siendo llevado al Hospital
Regional Número 1 del IMSS, donde permaneció internado tres días, después lo
trasladaron al hospital de la Penitenciaría de la Mesa, señalado como presunto
participante en el intento de asalto.
“Llegamos
y el trato fue peor, me trataban como el peor delincuente y el peor de todos.
Para los custodios de la penitenciaría, todos los que estamos dentro llegamos
con la misma historia de que somos inocentes. Uno de los custodios me dio dos
golpes en las costillas con el puño porque le pedí que me acercara la charola
de comida a la cama donde me encontraba postrado”, refirió.
Una
semana antes del asalto, el 14 de noviembre, Francisco informó al equipo de
seguridad de BD Alaris que un grupo de hombres de entre siete y ocho personas
vestidas de negro, intentó abrir el
cerco de malla ciclónica que divide a BD Alaris con Solsub, a quienes grabó en
video y les lanzó luces para alejarlos del lugar.
Francisco
Ibarra Márquez, de 44 años de edad, no cuenta con familia en Tijuana, tenía un
año y medio trabajando en Solsub, pero después de quedar invalido tras el
ataque del que fue víctima al ser confundido con un asaltante, no podrá volver
a su empleo. Tampoco quiere volver al lugar, porque dice tener miedo a que los
custodios del camión de valores vayan por él a modo de revancha.
“Voy
a demandar a las personas responsables por intento de homicidio, voy a pedir a
SEPSA lo que marque la Ley”, sostuvo Francisco, a la espera de que la empresa
se haga responsable por el daño que le causaron los custodios al dejarlo en
silla de ruedas.
Reiteró
que es inocente de los señalamientos que le hacen los custodios de la empresa
de valores. Está llevando el proceso en libertad, por no haber sido encontrado
como posible responsable del intento de asalto, pero sigue siendo parte de la
investigación hasta que concluya el caso.
CONFUNDIDO CON UN ASALTANTE, DEJÓ UNA
VIUDA Y TRES MENORES HUÉRFANOS
Erick
Santos Acosta tenía 39 años al momento que custodios de SEPSA le arrebataron la
vida -de acuerdo a las investigaciones-, tras confundirlo con uno de los
integrantes del grupo de asaltantes. Familiares sospechan que pudo haber exceso
de violencia por parte de los empleados de la compañía de valores, por lo que
están asesorándose para interponer la denuncia que corresponde.
Yamilet
Ubeda Álvarez, hija de Santos Acosta, compartió que su padre era una persona
que no se metía con nadie, llevaba seis años trabajando para Grupo ADCO, con
quienes realizaba actividades de mantenimiento. El día del intento de asalto,
él entraba a trabajar a las ocho de la mañana, pero siempre llegaba temprano
para iniciar puntual sus actividades.
El
deceso fue notificado primero a uno de sus hermanos, quien también se dedica a
trabajos de construcción, y entre los dos acudieron al Parque Industrial para
confirmar la información.
Recordó
que aquel día, los policías no les quisieron dar informes sobre lo ocurrido, en
cambio les dieron un trato como si fueran delincuentes, haciéndoles preguntas
personales, y terminaron por saber lo ocurrido por compañeros de trabajo de
Santos Acosta.
“Un
abogado nos asesoró y nos dijo que los custodios que habían ido a declarar que
mi papá era uno de los asaltantes, y no entiendo por qué dijeron eso, si mi
papá no estaba armado, llevaba su chaleco de su trabajo, no entiendo por qué
dijeron eso. Ellos están afirmando que ellos les dispararon, y no entiendo por
qué están libres”, destacó la hija de Erick Santos.
Otro
de los aspectos aún no aclarados, son los impactos de bala que señala el acta
de defunción. En esta se indica que Santos recibió tres disparos, uno en el
torso, otro en el estómago y uno más en la pelvis, aun cuando el hoy finado no
portaba arma.
“Quisiera
que se hiciera justicia y SEPSA respondiera, mi mamá ahorita no está bien para
andar en demandas, pero sí me gustaría que respondiera sobre esto, ya que ella
no está recibiendo ningún apoyo”, refirió la joven.
A
Erick Santos le sobreviven su viuda, tres hijos menores de edad de 14, 8 y 4
años, el segundo con una discapacidad psicomotriz, y dos hijos mayores de edad.
Los
cinco custodios de SEPSA involucrados en los eventos que dejaron a Francisco
Ibarra paralítico y acabaron con la vida de Erick Santos, son: Jorge Luis
Pedraza Pedraza, José Alfredo López Alcántar, César Alejandro Morales de la
Cruz, Efraín Alejandro Zepeda Valdez y Samuel Ceceña Herrera, quienes continúan
en libertad.
LOS HECHOS
Minutos
después de las siete de la mañana del miércoles 27 de noviembre, cinco
individuos vestidos con ropas oscuras, mandil y cofia color negro, así como uno
con chamarra amarilla y otro con sudadera gris, ingresaron a las instalaciones
de la empresa BD Alaris portando armas largas AR-15 con la intención de robar
el dinero en efectivo que los custodios de la empresa SEPSA estaban
depositando: 480 mil pesos para su depósito en cajeros automáticos al interior
de la compañía.
En
el área de los cajeros se encontraban los custodios César Alejandro Morales de
la Cruz, Efraín Alejandro Zepeda Valdez y Samuel Ceceña Herrera, quienes fueron
sorprendidos por tres de los asaltantes, mientras que en la parte de afuera,
dos de los cinco criminales se encargaron de amagar a Jorge Luís Pedraza
Pedraza y José Alfredo López Alcantar, quienes se hallaban en una patrulla de
la empresa de valores y hacían guardia mientras sus compañeros depositaban el
efectivo.
Estos
últimos fueron llevados al área del comedor, donde los obligaron a hincarse y
quedaron liberados a los minutos, tras un enfrentamiento entre custodios y
asaltantes en la zona de cajeros automáticos, lo que obligó a que los tres
asaltantes que habían ingresado a la fábrica salieran del edificio y
emprendieran la huida junto con los dos que les esperaban afuera.
Los
custodios aprovecharon tal situación para perseguirles, detonando sus armas de
fuego, dejando a su paso un muerto -Erick Santos Acosta- y una persona
lesionada -Francisco Ibarra Márquez-, a quienes tanto a la Guardia Estatal de
Seguridad e Investigación como al Ministerio Público, señalaron como
responsables.
TRES ASALTANTES PRÓFUGOS Y DOS
VINCULADOS A PROCESO
El
5 de marzo de 2020 vence el plazo para que el Ministerio Público recabe toda la
evidencia posible de la investigación complementaria en el caso del intento de
asalto a custodios que se disponían a depositar 480 mil pesos en cajeros
automáticos de la empresa BD Alaris.
De
este hecho hay dos detenidos: Ramón Martínez Venegas y Ramón Alejandro Fregoso
Ramírez (Se presumen inocentes, mientras no se declare su responsabilidad por
la autoridad judicial. Art.13, CNPP), vinculados a proceso con prisión
preventiva como medida precautoria, por ser coautores en los delitos de robo
calificado -cuando se cometa en contra de personas que custodien caudales o
valores- con tentativa de violencia y por lesiones calificadas cometidas con
ventaja.
También,
se informó que hay otras tres personas involucradas, dos hombres y una mujer,
quienes aparentemente huyeron después de ver frustrado el asalto, a bordo de un
vehículo tipo Suburban de color blanco.
Durante
la audiencia, la juzgadora Tania Guadalupe Vega Gordillo determinó que la
fiscalía no había aportado las pruebas suficientes para considerar la
participación de Francisco Ibarra Márquez en el delito, tampoco de Erick Santos
Acosta.
Señaló
que no existieron datos precisos sobre el punto desde donde Ibarra Márquez
estuvo disparando, ni tampoco fue controvertida la distancia donde se le
localizó con Santos. Además, resaltó el hecho de que la lesión de Francisco la
recibió por la espalda y de haber estado disparando, hubiera sido de frente.
Asimismo,
enfatizó sobre las pruebas presentadas por la abogada defensora, que
consistieron en tres testimonios de compañeros de trabajo de Francisco Ibarra,
quienes confirmaron que esa mañana él se encontraba en su lugar de trabajo.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ URIEL SAUCEDO/ LUNES, 16 DICIEMBRE, 2019
01:00 PM)
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