La guerra contra el narcotráfico que inició Felipe
Calderon Hinojosa, ex Presidente de México, cumplirá el próximo diciembre 11
años, lapso en el que los militares asumieron las tareas de las policías. Su
papel se ha visto manchado por casos graves de violaciones a derechos humanos:
ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y el abuso de la fuerza,
algunas de ellas. Iguala, Tlatlaya, Ostula y Palmarito, los casos más
mediáticos.
La violencia, mientras tanto, continúa cobrando
víctimas, desplazando a la gente, y convirtiendo a comunidades en zonas
fantasma. Entre éstas últimas, se encuentra Ahuihuiyuco, en Chilapa, Guerrero.
Un éxodo de pobladores dejó al lugar en abandono.
Ahí, en la montaña baja de Guerrero, INE y Naucalpan,
miembros Sedena, fueron enviados a resguardar a las tres decenas de personas
que se quedaron. Ellos, integrantes de una institución señalada por los casos
ya numerados, acusaron a los defensores de los derechos humanos de provocar la
violencia, pues, dijeron, “protegen al delincuente. Dicen que trabajan para
todas las personas, pero no es cierto’’.
2017 podría ser el peor año para México
desde que Calderón lanzó esta guerra, calculan analistas
Chilapa, Guerrero, 15 de
julio (SinEmbargo).– La guerra contra los cárteles de la droga en México
cumplirá 11 años el próximo diciembre. El saldo de esta batalla son casi 200
mil muertos, más miles de desplazados, huérfanos, viudas.
Durante ese tiempo, el
Ejército asumió las tareas de las policías, todavía rebasadas por los
criminales, y algunos de sus elementos terminaron involucrados en casos de
violaciones a los derechos humanos.
Su actuación en Ostula,
Tlatlaya, Iguala y Palmarito, los episodios emblemáticos, colocaron bajo la
lupa a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Su titular, el General
Salvador Cienfuegos Zepeda, ha reclamado -en no pocas ocasiones- el regreso de
“sus soldados” a los cuarteles.
Guerrero, por ejemplo, es un
microcosmos de la guerra. Los muertos se cuentan por miles, los desaparecidos
también, los pueblos se vacían… Y ahí es a donde los soldados INE y Naucalpan,
como se les llamará a continuación para proteger su identidad, llegaron el 2 de
junio pasado para evacuar una zona controlada por el crimen organizado.
La comisaría Ahuihuiyuco,
Chilapa, en la montaña baja guerrerense, se convirtió en su hogar. Comen,
duermen y esperan en una comunidad que tenía mil 370 personas y ahora sólo tres
decenas.
Entre colonias fantasma, los
uniformados conversaron con SinEmbargo sobre su papel en la estrategia de
seguridad, los derechos humanos, Palmarito, los estudiantes de la Normal de
Ayotzinapa…
Tlatlaya, marca al Ejército. Foto: AP
MEDIOS NECIOS, QUE ACUSÁIS A LOS MILITARES…
De acuerdo con los castrenses
“esto”, la violencia, la gente descuartizada, los pueblos abandonados… se
genera por la forma de actuar de los defensores de los derechos humanos, y de
los funcionarios públicos, quienes protegen y dejan libre al criminal.
Nau: Todo esto lo provoca
derechos humanos. Protegen al delincuente. Dicen que trabajan para todas las
personas, pero no es cierto. Cuando se hace algo en contra de esos bueyes, le
creen más al delincuente. Los licenciados están en su escritorio esperando que
llegue el billete. Los agarra uno [a los criminales] y al ratito ya andan
sueltos. ¿Por qué ustedes [los medios de comunicación] no le tiran a esos [a
los defensores de los derechos humanos]? Que dejen de andar protegiendo a esa
gente. ¿Por qué hacen eso? ¿Por qué le creen más a ellos que a uno que trabaja
en las fuerzas armadas?
PALMARITO
En mayo pasado se difundió un
video en el que un miembro de la Sedena presuntamente ejecutó de manera
extrajudicial a un civil sometido en Palmarito, Puebla. El soldado está preso
no por homicidio, sino por el cargo de deserción equiparada debido a que no se
presentó a trabajar después de que desatara el escándalo.
Sobre el asunto, Naucalpan e
INE trataron de justificar las formas.
Nau: Es coraje. Si ya te
mataron a un compañero, quieres acabar con él [con el delincuente]. Pinche
coraje.
INE: La impotencia de ver a
tu compañero tirado. La ira de uno es la que gana, pues.
Nau: Imagínate, le hacen daño
a uno de tus hermanos, ¿le perdonarías la vida todavía? Convivimos más entre
nosotros que con la misma familia. Imagínate, dormimos uno al lado del otro,
cada quien con su arma. Y que al rato estés dormido y te esté faltando tu
compañero ahí.
El caso de Palmarito avivó
las críticas de las organizaciones defensoras de los derechos humanos.
“Los lamentables eventos
ocurridos el 3 de mayo en Puebla, donde fallecieron cuatro elementos militares
y seis civiles durante un operativo, son prueba fehaciente de que la
militarización de las tareas de seguridad pública conlleva el uso desmedido de
la fuerza letal u otras graves violaciones de derechos humanos. Es predecible
que de aprobarse la Ley de Seguridad Interior este tipo de situaciones
continúen ocurriendo”, señalaron grupos civiles en un comunicado.
Nau: Ya, diles que modifiquen
las leyes, que inventen, el país ya da miedo. Nosotros tenemos familia también,
aunque seamos militares. Andan también vestidos de ciudadanos, y da miedo pues.
INE: Antes le tenían respeto
al Ejército, antes.
Nau: Piensan que entre
nosotros está el delincuente.
Nau: “Ahí les pasan [los
delincuentes], y no les hacen nada’’, nos dice la gente. Tienen razón. No les
podemos hacer nada. Las leyes que tenemos no nos permiten hacerles nada. Si
nosotros estamos aquí y nos disparan, lo que tenemos que hacer nada más es
repeler la agresión.
INE: Los agarramos, los
ponemos a disposición del Ministerio Público, de la PGR [Procuraduría General
de la República] y al ratito ya andan sueltos. Luego ya no depende de nosotros.
Nau: Por eso nos pierden el
respeto.
LA NOCHE DE IGUALA
La noche del 26 y madrugada
del 27 de septiembre de 2014, un centenar de estudiantes de la Normal Rural
Raúl Isidro Burgos fueron atacados por funcionarios públicos y presuntos
miembros del crimen organizado. Durante la investigación de la llamada “noche
de Iguala’’, activistas, periodistas, politólogos, defensores de los derechos
humanos y sobrevivientes pidieron que militares del Batallón 27 de Infantería
declararan, pues, si bien en un primer momento no lo aceptaron, estuvieron en
la calle durante el ataque a los normalistas.
La Sedena, sin embargo,
prefirió ignorar las acusaciones y no permitió que los uniformados fueran
entrevistados por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI),
enviado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para
investigar el caso.
INE: Ahí nos dijeron que
nosotros, que el Ejército desapareció a ellos [los estudiantes de Ayotzinapa].
–¿Por qué? Hubiera sido más
fácil hablar.
Nau: ¿Sabes por qué no habla
uno? Porque no está preparado para eso, y no tiene autorizado hablar. Hay que
tener autorización para dar una respuesta al pregunta que estás haciendo. Tal
vez ustedes [los medios de comunicación] tengan sospechas, pero los mandos de arriba,
ellos saben las reglas de nosotros. Ellos saben porque ellos son los que las
dan [las indicaciones]. Los que están autorizados han dicho la verdad. Nada más
que la prensa no cree.
Frente al cuestionamiento
sobre los militares que presuntamente participaron activamente en Iguala, y
sobre algunos uniformados que aceptaron que dentro de la institución sí hay
elementos que forman parte de grupos criminales, no creen que hayan estado
involucrados en el ataque a estudiantes de Ayotzinapa.
INE: Como en todo, hay gente
buena, pero también hay quien está inmiscuido [con el crimen organizado].
Nau: Ellos [los estudiantes]
son el futuro de México.
Mientras tanto, mayo pasado
cerró con 2 mil 186 homicidios dolosos, una cifra nunca antes vista, al menos
hasta donde la contabilidad oficial alcanza. Las matanzas de la semana anterior
también exhibieron una estrategia y a un Gobierno federal rebasado. En sólo
tres días, al menos 76 personas murieron en asesinatos colectivos perpetrados
en Guerrero, Guanajuato, Puebla, Sinaloa y Chihuahua.
En los hechos, el Estado perdió Chilapa,
Guerrero. Los pueblos se vacían, la gente huye como puede
(SIN EMBARGO.MX/ CARLOS VARGAS SEPÚLVEDA/ JULIO 15,
2017, 7:30 PM)