En
un momento en el que la economía global se prepara para una transición hacia un
escenario de mayor crecimiento, la dinámica económica en México opera en
sentido contrario a las tendencias que, según Goldman Sachs, definirán la
narrativa del 2017
Pese
a que hace tres años el país era considerado como un estandarte de la
estabilidad económica emergente, los inversionistas no le han otorgado a México
el voto de confianza esperado
El
reporte pone de relieve el deterioro de la economía, en la que se conjugan la
amenaza que significa el discurso proteccionista de Trump, la inflación
incipiente, el bajo crecimiento y la debilidad fiscal
7.43%
se ha depreciado el peso frente al dólar en el último mes
+108
puntos base se ha incrementado la prima de los activos que miden el riesgo de
impago de la deuda mexicana entre julio del 2014 y enero del 2016
178
puntos base es la prima de los activos que miden el riesgo de impago de la
deuda mexicana, superior al de países como Perú, Rusia y Kazajstán
La
economía mexicana se ha caracterizado por ser la excepción a la regla. Durante
la década pasada, en pleno auge del mercado de commodities, México fue de los
pocos países emergentes que no se sumó a un boom económico en el que países
como Rusia y Brasil crecieron a tasas del 7 por ciento anual.
Posteriormente,
ante la caída del precio de las materias primas (principal producto de
exportación de las economías emergentes), los inversionistas y la prensa
internacional voltearon a ver a México como la esperanza emergente por
excelencia. El país, reconocido por una estabilidad macroeconómica inusual
entre sus contrapartes de mercados en desarrollo, estaba iniciando un ciclo de
reformas estructurales que prometían hacer crecer al país a una tasa de 5 por
ciento para el final del actual sexenio de Enrique Peña Nieto.
Sin
embargo, la promesa del Mexican Moment se ha desvanecido. Hoy, México vuelve a
remar en sentido contrario a las tendencias que delinean la narrativa de la
economía global. En un momento en el que el mercado pone sus esperanzas en los
planes de crecimiento de la administración de Donald Trump para inyectarle
dinamismo a la actividad económica mundial, la economía mexicana se encuentra
en una condición crítica.
El
reporte de perspectivas de inversión de Goldman Sachs Asset Management destaca
tres procesos de transición de la economía global que se concretarán en el
2017: del estancamiento a la inflación,
de la política monetaria a la política fiscal y del globalismo al populismo. A
excepción de la última tendencia, la dinámica de la economía mexicana opera en
sentido contrario a las transiciones que destaca Goldman Sachs.
Esto
pone de relieve el deterioro del cuadro macroeconómico de México, en el que se
conjugan la amenaza que significa el discurso proteccionista de Donald Trump,
la inflación incipiente, el bajo crecimiento y la limitada credibilidad de las
autoridades fiscales para contener la deuda pública y el déficit fiscal.
Los
riesgos para la economía mexicana se vuelven evidentes en un contexto marcado
por las condiciones laxas de controles de capital en México, por un modelo de
política económica que privilegia la inversión en cartera de extranjeros para
financiar el déficit de cuenta corriente y por un proceso de contracción
monetaria de la Reserva Federal que está repatriando capitales hacia Estados
Unidos.
El
año pasado, Luis Videgaray, el entonces secretario de Hacienda y Crédito
Público, declaró a la agencia Bloomberg que los países emergentes como México
tenían que ganarse la confianza de los mercados todos los días. El comentario
fue utilizado para justificar el discurso oficial que hace hincapié en la
estabilidad macroeconómica como política pública prioritaria.
No
obstante, pese a que hace tres años el país era considerado como un estandarte
de la estabilidad económica emergente, los inversionistas no le han otorgado a
México el voto de confianza esperado.
En
el último mes, el peso ha perdido el 7.43 por ciento de su valor frente al
dólar. Esta semana, el tipo de cambio rebasó la barrera de los 22 pesos por
dólar, alcanzando un máximo histórico.
Además,
el riesgo país, medido a través de la prima de las permutas de intercambio
crediticio de la deuda mexicana (un activo denominado CDS, por sus siglas en
inglés) pasó de 70 puntos base en julio de 2014 a un nivel actual de 178 puntos
base, un nivel superior a la cotización de la deuda de Rusia, Perú o Kazajstán.
EL TRIDENTE DE GOLDMAN SACHS: DEL
ESTANCAMIENTO A LA INFLACIÓN
Las
expectativas inflacionarias de México se están saliendo del rango permitido por
el banco central. El consenso de analistas espera que la inflación sea de 4.3
por ciento en 2017.
Sin
embargo, esta dinámica no se encuentra en línea con la perspectiva de Goldman
Sachs, ya que ésta hace énfasis en la transición de niveles cercanos a la
inflación cero hacia un escenario de mayor dinamismo económico en los países
desarrollados.
Analistas
expresan que, en todo caso, la coyuntura mexicana se encuentra más cercana a la
experiencia de estanflación que dominó la escena económica global de la década
de los setentas.
>DE LA POLÍTICA MONETARIA A LA POLÍTICA FISCAL
Christine
Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, es una de las
voces que ha insistido en que el papel de los bancos centrales para sostener la
recuperación económica global ha llegado a su límite.
En
ese sentido, los planes de gasto público y recorte de impuestos de Donald Trump
han irrumpido el status quo de bajo crecimiento.
No
obstante, en México sucede lo contrario. El país debe cumplir un programa de
austeridad para alcanzar su primer superávit fiscal primario en casi una década,
con el fin de salvaguardar su integridad macroeconómica.
Ante
la ausencia de espacio fiscal, evidente en el hecho de que la inversión pública
se encuentra en su menor nivel desde la década de los 30, la política monetaria
se presnta como el recurso de contención
más relevante de la política económica de México.
>DEL GLOBALISMO AL POPULISMO
Esta
transición representa el único factor de convergencia de la economía mexicana
con las perspectivas de Goldman Sachs.
La
tendencia no sólo atañe al retroceso del libre comercio, sino a un nuevo sello
en el estilo de gobernar, en el cual,
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, es su mayor
exponente.
Sin
embargo, el Instituto Peterson de Economía Internacional advierte que esto
pudiera ser el precedente directo de lo que llama una “oleada populista
mexicana”, encarnada por el político Andrés Manuel López Obrador.
Hoy,
el triunfo electoral del candidato antisistema es parte del escenario base de
más de una institución financiera. Las consecuencias de que esto ocurra, aún
son inciertas.
(REPORTE
INDIGO/ RODRIGO CARBAJAL /VIERNES 13 DE ENERO DE 2017)
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