jueves, 1 de diciembre de 2016

"CUANDO LLEGÓ GRUPO MÉXICO INICIÓ LA PESADILLA DE CANANEA": MINERO DESPEDIDO


Miguel Santos Núñez es uno de los tres trabajadores que  desde hace 15 años se mantiene en lucha de un total alrededor de 24 trabajadores que la mina despidió en 1999 y que aún pelean porque se le restituyan sus derechos laborales arrebatados por esa compañía en complicidad con las autoridades laborales mexicanas.

Miguel Santos Núñez es parte de la estadística que ha vivido en carne propia la indolencia, impunidad y arbitrariedad que el Grupo México propietario de la mina de Cananea ha ejercido en forma sistemática sobre los mineros de ese mineral, que han osado manifestarse en desacuerdo con la empresa minera a través de los medios legales a su alcance.

Es uno de alrededor de 24 trabajadores de la mina que desde 1999 iniciaron una lucha porque se le restituyan sus derechos laborales arrebatados por esa compañía en complicidad con las autoridades laborales mexicanas.

Y también de los tantos mineros de esa localidad que debido a las graves condiciones ambientales propiciadas por la mina de Cananea y a la falta de un servicio médico adecuado, según sus propias palabras, ha sufrido un deterioro en su salud y hoy cuenta con un solo riñón, además de padecer trombosis en ambas piernas.

Su calvario inició a principios de febrero de 1999 al ser despedido en forma injustificada por la mina de Cananea por supuestamente haber faltado a su trabajo por alrededor de 16 días, es decir, toda la primera quincena de ese mes, periodo en que la fuente laboral se encontraba paralizada, asegura, cierre que inició en noviembre de 1998 y terminó el 18 de febrero del año siguiente.

“Es ilógico, pues la empresa estaba cerrada, con esa injusticia tuve que demandar y las autoridades se han hecho pato, porque cómo es posible que me hayan llevado a un juicio (laboral) de 15 años”, se lamenta,” porque a los primeros años salió el primer laudo (sentencia)  a favor y con ese laudo no teníamos por qué haber batallado más, pero se amparó la empresa y nos vuelven a dar otro laudo a favor y se vuelve a amparar la empresa y le dan la razón a la mina y de ahí se acabó el corrido”.

Miguel revela que Grupo México para no restituirlo en su fuente de trabajo o de plano indemnizarlo, lo acusó de ser uno de los responsables de la huelga de hechos acontecida en 1998 y 1999 emprendida por los miembros del sindicato minero, misma que finalmente no fue reconocida por la Secretaría del Trabajo en el sexenio del gobernador Armando López Nogales.

“La causal de despido de nosotros fueron supuestas faltas, pero la resolución final que manejan ellos, es que “por ser miembro del Sindicato Minero de la Sección 65 soy responsable también de los hechos acontecidos en 1998-1999”, se defiende, “ nada tiene que ver una cosa con otra, si la causal fueron las supuestas faltas porque nos están imputando otros hechos”.

La huelga de hechos que culminó en noviembre de 1999, iniciada por abusos de la minera contra los trabajadores al eliminarles tiempo extra y no mejorar las condiciones de seguridad que prevalecían en ese entonces y que no eran corregidas en ningún momento obligaron a todos los trabajadores a tomar esa decisión por mayoría, aunque al final se signa un convenio donde interviene como testigo de honor López Nogales en el que se da la reapertura y el reconocimiento total del Contrato Colectivo de Trabajo.

Aunque en dicho convenio sólo se había estipulado el despido de 600 a 700 trabajadores la empresa no lo respeta y reajusta a más de 2 mil trabajadores cerrando la fundición y otros departamentos que concentraban una gran cantidad de obreros.

Santos Núñez señala el origen de todos los males se da a la llegada de Grupo México a Cananea con la compra de la minera, consorcio que de inmediato  golpea la calidad del servicio médico porque siempre escatimó en la salud de los trabajadores, pues no le importó nunca el bienestar de la clase trabajadora.

“Antes de que ellos llegaran teníamos acceso a hospitales privados y a medicamentos que nos respondieran a las cuestiones de salud que presentaban los mineros. Y cuando ellos llegan empiezan a cerrar desde nuestra clínica obrera donde se atendían a todos los derechohabientes como trabajadores de la mina sin ningún argumento legal”, sostiene.

Es parte de este movimiento y de todas las artimañas sucias que ha hecho Grupo México en Cananea y que ha puesto en jaque a los trabajadores a enfrentarlos a través de los tribunales, agrega, pues se sabía que GM operaba desde los primeros niveles de gobierno y prueba de ello es que no hubo autoridad alguna que sentara a Germán Larrea a cumplir con el convenio de compraventa cuando se le otorga la mina a un precio regalado de 465 millones de dólares; hay también un clausulado donde la empresa se comprometía a mejorar la seguridad industrial de los trabajadores, en capacitación, adiestramiento, maquinaria nueva y otro tipo de equipos pero eso nunca sucedió.

Santos afirma que a pesar de toda la resistencia sindical, la minera siguió igual operando en las mismas condiciones, pero en contraparte aumentó la producción, modificando los equipos  y generando más contaminación, pero sin invertir en la cuestión de seguridad ni en el mantenimiento de los equipos.

Hoy Santos tiene fe que su caso y situación particular pueda también incluirse en el anuncio hecho por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que ayer solicitó a México aportar toda la información relacionada con la violación a una serie de derechos humanos perpetrados por la mina de Cananea contra 832 mineros, que iniciaron una huelga laboral en julio de 2007 por las condiciones enumeradas en el cuerpo de esta nota.

“Para mi es una noticia buenísima pues de ahí se va derivar todo, esperemos que las autoridades se pongan las pilas y le pongan un alto al Grupo México al que el gobierno ha estado solapando, quien explota la mina a diestra y siniestra, vagones y vagones de concentrado salen de la mina de Cananea y todo mundo callado”, expresa Miguel Santos Núñez.


(DOSSIER POLÍTICO/ CLAUDIO TIZNADO/2016-12-01)

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