A nada llegaron el presidente
del PAN y la puntera del partido en las preferencias electorales para 2018 la
semana pasada sobre el tema de los spots de Ricardo Anaya, donde hace promoción
personal. El Instituto Nacional Electoral no encontró que Anaya violara las
disposiciones legales y que su mensaje contra el PRI y la economía estaba
dentro de las prerrogativas del partido, con lo que contribuyó a que la
descomposición en el PAN tenga combustible. En la reunión con Margarita Zavala
no hubo un momento en el que Anaya aceptara que está promoviéndose para
alcanzar la candidatura presidencial azul, e insistió que su objetivo son las
tres elecciones estatales del próximo año. Nadie le cree.
Anaya se ha convertido en el
factor de división dentro del PAN por la forma sibilina y timorata con la que
acaricia la candidatura presidencial. Oculta sus intenciones aunque todos ven
sus huellas, pero al mismo tiempo no se atreve a salir a jugar al campo donde
están todos, por el miedo que como político lo ha acompañado en su carrera. Es
el temor a arriesgar y perder de su líder lo que tiene al partido en
incertidumbre y con creciente enojo. También es una de las explicaciones del
por qué en el reciente escándalo por sus poco claros ingresos personales, Anaya
se quedó solo, luchando aislado por su vida pública.
Cuando estalló hace un par de
semanas, ninguna figura dentro del PAN salió a dar la cara por él salvo los
coordinadores Fernando Herrera en el Senado, y Marko Cortés en la Cámara de
Diputados, que responden a su actual grupo de incondicionales y al único
panista de nivel a quien todavía no traiciona, Santiago Creel. La prensa lo
criticó abiertamente y cuestionó la integridad de quien tanto presume tenerla.
El aislamiento mediático tiene una explicación: Anaya sólo busca a los medios cuando
piensa tener el control de la entrevista que le van a hacer, incluso en la
mayoría de los casos de las preguntas, para que pueda preparar las respuestas.
Utiliza a lo medios tantas veces puede y en los medios, le han empezado a pasar
las facturas. En este negocio, las cosas son de doble sentido.
Manipulador consumado, Anaya
mostró con la forma por las que el calificativo se le aplica perfectamente.
Para respaldar su dicho que actuaba con transparencia, se escudó en su
declaración 3 de 3, y en medio del fin de semana pasada obligó a que
Transparencia Mexicana y el Instituto Mexicano para la Competitividad, le
entregaran un escrito donde lo exoneraron. Anaya puso entonces, en domingo, al
coordinador de prensa del PAN, Fernando Rodríguez Doval, a hablar con dueños de
medios y directores, para que esa carta firmada por los responsables de las
ONGs tuviera difusión. A la mañana siguiente, con la carta publicada en varios
medios, Anaya corrió a la televisión con los perióódicos en la mano para
mostrar, como si fuera prueba de honestidad, que decía la verdad.
Las ONGs, que admitieron días
después que la forma de declaración 3 de 3 tiene errores que permiten esas
lagunas, sólo habían dicho que los ingresos de Anaya como persona moral, no
tenían que incorporarse en el formato de declaración patrimonial. Transparencia
Mexicana y el Instituto Mexicano para la Competitividad no se metieron en la
explicación sobre los orígenes de dos empresas de donde Anaya explicó provienen
los recursos para una vida acomodada en dos países. Un dato adicional, sus
orígenes de empresario que le permitieron comprar una nave industrial por 53
millones de pesos en Querétaro, también quedó en el olvido. Anaya nunca fue
requerido a explicar públicamente en qué momento de sus 37 años, luego de haber
ingresado al PAN en 2000, ser Diputado local en Querétaro a los 21, secretario
particular del Gobernador Francisco Garrido Patrón de 2003 a 2009, funcionario
de ese Gobierno de 2008 a 2009, Diputado local una vez más hasta 2011 cuando
fue nombrado subsecretario de Planeación Turística, de donde brincó a Diputado
federal de 2012 a 2014y y líder del PAN a partir de septiembre de ese año.
El origen del dinero para
adquirir propiedades, así como en qué momento pudo distraerse lo suficiente
para ser un empresario exitoso, sigue siendo un misterio. En el PAN tienen
ideas más precisas sobre las fuentes de esos ingresos para actividades del sector
privado, pero no lanzan acusaciones fáciles. Tampoco le han brindado respaldo.
Muchas de las figuras del
partido lo consideran un traidor porque a muchos ha traicionado. Lo hizo con
Garrido Patrón, su primer apoyo, y después con el Gobernador de Puebla, Rafael
Moreno Valle, quien lo recogió para impulsarlo. Lo hizo con Gustavo Madero, que
lo convirtió en su relevo en la dirigencia del partido. “No hay nadie que tenga
más de cuatro años trabajando con él”, dice una panista que lo conoce bien.
Anaya va por la vida pública
perdiendo amigos y rompiendo alianzas. Pero tiene el partido que le entregaron
a quienes traicionó y el poder suficiente, en este momento, para iniciar el
proceso de destrucción de las posibilidades de ganar la Presidencia en 2018, por
sus dudas y temores sobre si se atreve a ser él quien la conquiste, donde no se
decide ni suelta. No hay opción. A diferencia de sus diputaciones, no hay
plurinominal para llegar a Los Pinos. Si quiere ser Presidente tiene que
competir, pero se requiere valor y capacidad para tejer alianzas, dos virtudes
de un político que hasta hoy, él no ha demostrado.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/
Raymundo Riva Palacio/15/11/2016 | 01:07 AM)
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