FOTO: RASHIDE FRIAS /CUARTOSCURO.COM
La Secretaría de la Defensa Nacional
emprendió la cacería tras la emboscada que sufrió un convoy del Ejército en
Culiacán, Sinaloa, que dejó un total de cinco militares muertos y diez más
heridos, al igual que un paramédico de Cruz Roja. A pesar del deslinde que
realizaron a través de un abogado, los objetivos de las Fuerzas Armadas son los
hijos de Joaquín y Aureliano Guzmán Loera “El Guano”, así como las células de sicarios
bajo las órdenes de Iván Archivaldo Guzmán Salazar
Culiacán, Sinaloa.- No nada
más los hijos de Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán Loera se mantienen en la
mira de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) como posibles
responsables del ataque coordinado contra elementos del Ejército Mexicano la
madrugada del viernes 30 de septiembre; también en la lista, autoridades
federales incluyen a Aureliano Guzmán Loera “El Guano”, quien de acuerdo con
las investigaciones, controla una importante franja de la sierra de Badiraguato
para el cultivo de enervantes.
En un principio corrió la
versión que el rescatado era “El Guano”, debido al exceso de violencia con que
se llevó a cabo el ataque, pero en el transcurso de las horas el gobernador
Mario López Valdez y el General de División Alfonso Duarte Mújica, en una
conferencia de prensa atropellada, dieron a conocer que se trataba de Julio
Óscar Ortiz Vega “El Kevin”. El mando de la Tercera Región Militar señaló como
posibles responsables a los hijos del “Chapo”.
A estos objetivos se suman,
según fuentes de la coordinación de Seguridad Pública Estatal, los grupos de
pistoleros que trabajan bajo el mando de Iván Archivaldo Guzmán Salazar: Los
Chimalis, Los Ninis y Los Güeritos, que operan en la Zona Centro de Sinaloa.
La embestida criminal contra
la milicia se atribuye a estas células.
Conforme al seguimiento que
ha realizado la Policía Ministerial del Estado, Los Chimalis y Los Ninis son
las dos células de sicarios más violentas y sanguinarias, y se tienen indicios
que han participado en los hechos tres sujetos apodados “El Rino”, “El Juancho”
y “El 24”.
Los Chimalis son ubicados
como participantes en enfrentamientos contra elementos ministeriales, así como
autores de “levantones” y ejecuciones en Culiacán y Navolato, se dedican al
narcomenudeo y a patrullar la plaza para evitar el ingreso de los “contras” en
territorio del cártel.
Originarios de la comunidad
Villa Juárez, al surponiente de la capital, esta célula surgió tras la muerte
del ex director operativo de la Policía Municipal de Navolato, Germán Ceniceros
Ibarra “El Jaguar”, mando policial que pasó a jefe de sicarios del Cártel de
Sinaloa, eliminado por el Ejército en abril de 2014.
EN CAMBIO
Los Ninis son comandados por
un joven identificado como Néstor Isidro Pérez Salas “El Niní”, cuyo grupo
armado también ha desplazado a Los Ántrax, que operan para Ismael “El Mayo”
Zambada.
Tras la emboscada, el
Gobierno Federal puso en la mira a las corporaciones policiales y a los jefes
del 94 Batallón de Infantería destacados en la Novena Zona Militar por no
acudir a brindar apoyo a los 17 soldados que esa madrugada trasladaban de
Badiraguato a Culiacán, en una ambulancia, a “El Kevin”, jefe de pistoleros del
“Guano” rescatado a sangre y fuego.
Ortiz Vega fue herido en un
puesto de control militar en la comunidad de Bacacoragua, ubicada en el
corredor que atraviesa Huixiopa, Arroyo Seco, La Palma y La Tuna, zona de
disputa entre la gente de Alfredo Beltrán Guzmán, “El Tito” o “El Mochomito”.
LAS PISTAS Y EL DESCONTROL
De acuerdo con el reporte
obtenido del Centro de Control Comando, Comunicación y Cómputo (C4), fue a las
3:25 am del 30 de septiembre cuando los soldados agredidos solicitaron el apoyo
a sus compañeros y a todas las corporaciones policiacas: Policía Municipal,
Ministerial y Estatal Preventiva.
Los testimonios de vecinos de
la zona del residencial Espacios Barcelona, ubicado a un costado de la
Carretera Internacional México-15 y Bulevar Malova, relataron que el ataque
duró alrededor de 40 minutos, donde además del traqueo de fusiles automáticos,
como AK-47, también surgieron disparos de Barret calibre .50 y explosiones de
granadas.
La Procuraduría General de
Justicia confirmó que la cámara de vigilancia policial más cercana se encuentra
a aproximadamente a un kilómetro de la “zona cero”.
Incluso los sicarios
utilizaron un altavoz donde proferían burlas e improperios contra los soldados
que alcanzaron a atrincherarse en la oscuridad.
Los militares heridos
informaron que agentes municipales arribaron una vez que los pistoleros se
marcharon, y fueron ellos junto con paramédicos de Cruz Roja quienes los
trasladaron a los hospitales de la ciudad.
El apoyo llegó alrededor de
una hora después de lo que tiene establecido el reporte de C4.
En el lugar, además de los
vehículos Hummer incendiados, quedó abandonada una camioneta, una de las pistas
que mantienen las investigaciones federales.
Se trata de una Chevrolet
Cheyenne color blanco, modelo 2013, placas de circulación 65352 de Sinaloa, la
cual está a nombre de Juan Carlos Murillo Parra, con domicilio en el Ejido
Sánchez Celis de la sindicatura de Eldorado.
También fueron encontradas
dos unidades más en una brecha de la comisaría de El Limón de los Ramos usadas
por los pistoleros.
Se trata de una Toyota Tacoma
color blanco, placas UC-33255 de Sinaloa y una Toyota RAV4 del mismo color con
placas VGU-5950. Estos dos autos sí contaban con reporte de robo en fecha
reciente.
EL EJÉRCITO CONTRA LOS GUZMÁN
Ya el 21 de septiembre, el
General Duarte Mújica reveló que la detención de los seis tripulantes de una
avioneta Cessna que había partido de Mexicali, Baja California, con destino a
Culiacán, traía armas y dinero en efectivo para los hijos del “Chapo” Guzmán.
Así, transcurridas unas
horas, el mando militar volvió a poner en la picota a Los Menores.
“Es muy posible que sean los
hijos del ‘Chapo’”, soltó en la conferencia de prensa en la que acompañó al
gobernador “Malova”.
Por la tarde del viernes, se reportó la
llegada al Aeropuerto de Culiacán de un contingente de alrededor de 100
elementos de las Fuerzas Especiales del Ejército.
Desde entonces, convoyes de
militares patrullan la ciudad y algunas sindicaturas, y las Policías locales
reforzaron algunas patrullas con artillería.
Al cierre de esta edición, la
SEDENA solo había dado a conocer la fotografía del “Kevin” y el aseguramiento
de dos fusiles Barret calibre .50 milímetros, 19 armas largas (AR-15 y .223),
siete granadas y seis armas cortas; un
radio base y 27 portátiles, así como siete vehículos.
LOS DEJARON
SOLOS
En la versión dada a conocer
por la SEDENA se establece que un grupo de militares asignados a la 24 Compañía
de Infantería
No Encuadrada (CINE), con
sede en San Ignacio, pero enviada a Badiraguato, sostuvo un enfrenamiento con
gatilleros en el camino de Bacacoragua.
Uno de los sicarios quedó
herido en un vehículo donde había armas de grueso calibre.
El sujeto, que dijo llamarse
Julio Óscar Ortiz Vega, fue trasladado por los soldados a la cabecera, una hora
de camino, pero debido a las heridas optaron por llevarlo a la capital en la
ambulancia 067 de Badiraguato.
En total eran 17 militares,
dos de ellos viajaron con el herido en la ambulancia, cuyo chofer era Víctor
Medina.
Los mandos castrenses suponen
que gracias al halconeo, el grupo armado se apostó a la entrada de la ciudad, y
fue al llegar a Espacios Barcelona cuando se desató el infierno.
Un militar que sobrevivió al
ataque, dijo a sus superiores que a la ambulancia se le atravesaron primero al
menos seis vehículos, algunos de ellos blindados.
El chofer de la ambulancia
detuvo la unidad y, al salir corriendo, un sicario le disparó hiriéndolo en una
pierna, provocándole fractura de fémur.
El fuego sorpresivo abatió a
tres militares, desde varios flancos.
Los soldados que pudieron salir de la lluvia
de balas corrieron al monte adyacente a la carretera; los estallidos de
granadas y el rugir de los AK-47 y Barret inmovilizaron a los otros.
Según vecinos, se pudieron
contar alrededor de diez vehículos de los pistoleros, que no dejaban de atacar
a los militares.
Para esa hora, los soldados
pidieron refuerzos a la Novena Zona. Las corporaciones también estaban
enteradas a través de C4, pero no llegó el apoyo en la refriega.
Cuando llegaron, los agentes
solo observaron dos unidades Hummer consumiéndose por el fuego, a cuatro
militares muertos y once más lesionados junto con el paramédico.
El parte oficial indica que
los militares heridos son Mariano “N”, de 26 años, que sufrió una herida en
antebrazo y pierna; Carlos Alejandro, de 26, con fractura expuesta en pelvis;
Marco Antonio, de 22; Alejandro, de 21; Marcelino Héctor Ulises, de 24. Así
como Yopiagua José Antonio, de 27 años; Isidro, de 29; Miguel Ángel, de 24; y
Raymundo, de 22.
Todos ellos fueron internados
en diversos hospitales, y auxiliados por paramédicos de Cruz Roja y por
policías.
En el hospital, mientras era
intervenido, un quinto elemento perdió la vida. La ambulancia de Badiraguato
terminó su viaje en el Hospital Civil, donde quedó bajo resguardo de la
autoridad.
A la zona de guerra, al
amanecer arribó el General Ricardo Terán Arce, Comandante de la Novena Zona
Militar; el General en retiro Moisés Melo García y el Capitán de Navío Miguel
Ramos Gómez; así como Hugo Hernández Herrera, de la Agencia de Investigación
Criminal de la Procuraduría General de la República (PGR).
El revuelo causó la emboscada
pronto le dio la vuelta al país a través de internet, lo que levantó la furia
de la milicia.
Desde su cuenta de Twitter,
el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto y el secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseguraron que las muertes de los
soldados no quedarían impunes.
El secretario de la Defensa
Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, estuvo presente en la Novena Zona Militar
en el homenaje a los soldados caídos, y Peña Nieto dio el pésame a los
familiares vía telefónica.
Esa misma tarde y alentados
por ser señalados como posibles responsables, los hijos de Joaquín Guzmán
Loera, a través del abogado José Refugio Rodríguez, dieron un mensaje:
“Un familiar me pidió que en
su nombre hiciera público que (Iván Archivaldo y Jesús Alfredo) se deslindan
por completo de los lamentables hechos en que perdieron los militares la vida
en cumplimiento de su deber, que ellos no fueron capaces de hacer una cosa
así”, dijo vía telefónica el litigante.
Sin embargo, el Ejército
México emprenderá, al menos en Sinaloa, una cacería para detener a las células
del Cártel de Sinaloa, comandadas por los hijos del capo preso a la espera de
su extradición, a quienes responsabilizan de la muerte de cinco militares y las
heridas de diez más.
CON EPN HAN SIDO ASESINADOS 76 MILITARES
Elementos del Fuerzas Armadas
y policiacas mexicanas, de los tres niveles de gobierno, pierden la vida casi
todos los días en su constante lucha contra miembros del crimen organizado, en
especial con los narcotraficantes.
Por ello, entre el 1 de
diciembre de 2006 y el 30 de septiembre del presente año, 479 integrantes
murieron asesinados.
En lo que va del sexenio de
Enrique Peña Nieto han fallecido 76 militares por agresiones de arma de fuego,
y más de la mitad de los casos se presentan en dos entidades con notable
presencia del crimen organizado, como Tamaulipas y Jalisco. Pero ahora se suma
Sinaloa.
El ataque más reciente en
contra del personal se presentó la madrugada del viernes 30 de septiembre,
cuando un grupo armado emboscó a un convoy de soldados con granadas y armas de
fuego en la Carretera México 15, en el municipio de Culiacán.
Los elementos trasladaban a
una persona identificada por las autoridades como Julio Óscar Ortiz Vega “El
Kevin”, presunto familiar de Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán Loera.
En la agresión, cinco
miembros del Ejército perdieron la vida y diez más resultaron heridos.
En un reporte de la
Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), titulado “Relación de Personal
Fallecido en la Aplicación de la Campaña Permanente contra el Narcotráfico”,
citado por el diario de circulación nacional Milenio, se indica que el personal
caído tenía el rango de Soldado, Sargento, Cabo, Cadete, Teniente Coronel,
Subteniente y Mayor.
Las muertes de los castrenses
se registran en 24 de las 32 entidades del país.
Tamaulipas es el Estado con
más bajas de elementos, con 114; seguido por Sinaloa con 57, Michoacán 53,
Guerrero 38 y Nuevo León con 33.
Quizá el caso más
significativo fue el de los ocho militares que murieron el 1 de mayo de 2015,
cuando sufrieron un ataque perpetrado por el Cártel de Jalisco Nueva Generación
(CJNG), el cual derribó, con un lanzamisiles, un helicóptero donde viajaban 18
efectivos que sobrevolaban el municipio de Casimiro Castillo, Jalisco, hecho en
el que también se reportaron bajas de dos elementos de la Policía Federal (PF).
A principios de septiembre de
este año, las autoridades federales y las de Michoacán informaron que un grupo
criminal derribó un helicóptero policiaco, causando la muerte del piloto y tres
policías, cuando sobrevolaba la región de La Huacana, en Tierra Caliente.
Sin embargo, una semana
después, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes dio a conocer que el
desplome se debió a “que existió una pérdida de control de la aeronave durante
su vuelo, por probable mezcla de factor humano y falta de mecánica”.
El día del suceso, el
gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, había reportado a través de
su cuenta de Twitter, que el helicóptero había sido derribado en el marco de un
operativo “enfocado a la detención de líderes de células delictivas”.
Así lo había dicho también el
comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia. Carlos Álvarez
(SEMANARIO ZETA/ Edición Impresa
/Investigaciones Zeta /Lunes, 10 octubre, 2016 12:00 PM)
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