El peligro de una nueva guerra al interior del Cártel
de Sinaloa se ha activado desde hace varios meses, sobre todo acicateado por la
aprehensión y luego reaprehensión de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo. Desde su
segunda captura, en febrero de 2014, en Mazatlán, se especulaba sobre quién
sería el sucesor. Se pensaba que la responsabilidad recaería en Iván Archivaldo
Guzmán Salazar, su hijo mayor y activo desde siempre en sus redes criminales.
Pero también se hablaba del liderazgo que había logrado construir Dámaso López
Núñez, el Licenciado, principal operador de Guzmán Loera, su compadre, además.
Tal vez ni desde el mismo
Chapo hubo una definición clara sobre este tema, pues las dos cabezas entraron
en conflicto al grado de que empezaron a pelearse hasta por las migajas del
negocio. Hace algunas semanas, en Villa Juárez, Navolato, comandos al servicio
de López Núñez empezaron a recoger maquinitas de juego de esas que se instalan
en los abarrotes. Fuentes de Ríodoce aseguran que recibieron un reclamo de
parte de “Iván” pero al no ponerse de acuerdo, el diferendo terminó en una
balacera con saldo de varios muertos.
“Los menores” —así se conoce
a los hijos del Chapo, Iván y Alfredo— controlan el narcomenudeo en Culiacán.
Lo hacen desde que Francisco Torres, el Cincuenta, estaba a cargo de ajustar
cuentas para Guzmán Loera en la capital de Sinaloa. Murió en un enfrentamiento
con el ejército la primera semana de agosto de 2013, para proteger la huída de
su patrón, que había dormido en una casa blindada de El Vallado y cuya bañera
conectaba con el drenaje pluvial.
Y se supone que a Dámaso le
fueron otorgadas las plazas de Navolato y La Paz, Baja California Sur. El
problema es que ahora lo acusan de haber hecho alianzas con lo que queda de los
hermanos Carrillo Fuentes, archienemigos de los Guzmán. Entonces, si había una
disputa por el liderazgo, esto la ha convertido ya en casi una guerra.
Joaquín Guzmán está enterado
de esta disputa y le ha pedido a su compadre y socio, Ismael Zambada García,
que tome posición. Dedicado a los grandes negocios, para Zambada no fue
problema que el Chapo se quedara con la venta de droga en las ciudades. Factor
de equilibrio, está buscando acercamientos entre los hijos de Guzmán y López
Núñez. Hay muchos frentes abiertos, uno de ellos con los gobiernos gringo y
mexicano. Y otra guerra interna sería mortal para muchos, no solo desde el
punto de vista de los negocios, sino en pérdidas humanas.
No lo es todo. Estos
diferendos están en vías de arreglarse, al menos por lo pronto, pero ha surgido
otro elemento de conflicto que amenaza con reventar de nuevo la paz narca, esa
aparente tranquilidad teñida con la sangre de los ejecutados de todos los días
que aparecen al pie de las bardas o quedan tirados a media calle: el conflicto
de La Tuna.
Se trata de hechos de la
semana pasada, cuando una incursión de comandos en zonas controladas por los
Guzmán empezó con la muerte de al menos ocho personas y que se ha convertido en
una bomba a punto de explotar, con el riesgo de que impacte en las ciudades,
principalmente Culiacán.
No sería gratuito. De acuerdo
con la información recogida por Ríodoce, los comandos pertenecen a gente que
obedece órdenes de la organización construida por los hermanos Beltrán Leyva y
que desde hace años controla Huixiopa, el pueblo donde nació otro legendario
narcotraficante: Juan José Esparragoza Moreno, el Azul.
La hipótesis más fuerte sobre
este conflicto tiene que ver con el asesinato, en abril del año pasado, de
Ernesto Guzmán Hidalgo, medio hermano de Joaquín Guzmán Loera y por quien éste
profesara un gran respeto y aprecio. Se dijo que lo había mandado matar
Aureliano Guzmán, el Guano, hermano del Chapo. Y que al escapar éste del penal
del Altiplano y reunirse con su hermano, le reclamó airadamente el crimen. La
consecuencia es que, meses después, ocho hombres muy cercanos al Guano, entre
ellos su jefe de escoltas y quien se supone operó el crimen de don Ernesto,
fueron asesinados en la misma zona de Badiraguato.
Peras o manzanas, había otro
elemento de discordia. Don Ernesto era padre de Patricia Guzmán Núñez, esposa
de Alfredo Beltrán Leyva, el Mochomo, ambos padres de Alfredo Beltrán Núñez, el
Alfredito.
BOLA Y CADENA
DE LO ANTERIOR SE AGARRA el
gobernador, Mario López Valdez, para responder, sobre la violencia que se
desató en los altos de Badiraguato, que se trata de un pleito de familias. Sí,
es verdad, es de familias. Pero la otra verdad es que los cárteles de la droga
se han fundado en Sinaloa sobre la base de estirpes: Los Beltrán, los Carrillo,
los Guzmán, los Zambada, los Esparragoza, los Cázarez, los Arellano… Así que,
en consecuencia, no se puede simplificar la ecuación a “un pleito de familias”.
Es como cerrar los ojos, evadir la realidad, hacerse maje. Como se hizo ante
los hechos, pues cinco días después de que iniciaron los enfrentamientos, las
fuerzas de su Gobierno no habían subido a la sierra. Ni las federales, dejando
a la población en el desamparo total.
SENTIDO CONTRARIO
EL ANALISTA JORGE CASTAÑEDA
ha iniciado ya recorridos por todo el país promoviendo su candidatura a la
presidencia de la república en 2018 por la vía independiente. Difícil su caso
aunque, ni dudarlo, dará mucho de qué hablar, pues trae los temas de la agenda
nacional muy bien estudiados. En medio del descrédito del gobierno priista
encabezado por Enrique Peña Nieto, todo mundo tiene prisa porque llegue la hora
de competir. Ya Margarita Zavala habla como la candidata del PAN y hasta afirma
que será la enemiga a vencer, aunque sabe que Andrés Manuel López Obrador sigue
arriba en toda las encuestas.
HUMO NEGRO
UNA SOMBRÍA CONVICCIÓN QUEDA
después de los resultados de este proceso electoral: Mario López Valdez y el
séquito que lo acompañó durante su administración se irán a casa con los
bolsillos repletos sin que haya manera de que sean llevados a juicio. Quirino
Ordaz Coppel dijo ya que no habrá “cacería de brujas” y si el gobernador
saliente prometió meter a la cárcel a los corruptos y no lo hizo, éste menos.
¿Qué más premio mayor para todos ellos?.
(RIODOCE/ COLUMNA “ALTARES Y SÓTANOS” DE
ISMAEL BOJÓRQUEZ/ 19 junio, 2016)
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