La compañía
minera La Pitalla, subsidiaria de la empresa canadiense Argonaut Gold Inc.,
almacena toneladas de explosivos a sólo 100 metros del pueblo
Hermosillo.- Son las
14:00 horas y empieza a sonar una sirena, es el aviso para que los más de 3 mil
habitantes del municipio La Colorada estén advertidos de una serie aproximada
de seis a siete voladoras que retumbarán y cimbrarán la tierra socavada por la
explotación minera. Así ha sucedido desde 2012 y los pobladores no se
acostumbran.
En la Escuela
Primaria Rural Federal Carmen Preciado de Vázquez —ubicada a sólo 200 metros de
la minera La Pitalla, subsidiaria de la empresa canadiense Argonaut Gold Inc.—
hay 34 niños de diversos grados que estudian en horario extendido, dentro del
programa Escuela de Tiempo Completo.
El sonido de la
sirena los altera y con cada una de las explosiones se abrazan asustados. La
tierra tiembla y los cristales de las ventanas vibran ruidosamente.
La Pitalla, minera
de explotación de oro y plata a tajo abierto, es contigua al pueblo y sólo los
divide una cerca perimetral de la plaza y la iglesia del pueblo. La compañía no
permite que los pobladores se acerquen durante los 15 a 20 minutos que dura la
sirena encendida, mientras se realizan las explosiones.
En cada una de las
voladuras se escucha un estruendo y la tierra se cimbra. Los terrenos han sido
minados desde 1895, cuando la compañía London Exploration extraía al mes
alrededor de 4 mil y 5 mil onzas troy de oro. Las viviendas están construidas
sobre túneles e inmensos hoyos subterráneos.
Desde 2012 a la
fecha, la minera La Pitalla ha realizado un promedio de mil 500 voladuras al
año y cerca de 4 mil 500 en su tiempo de operación. Esta actividad se
desarrolla de lunes a viernes, justo en la hora en que hay niños de primaria y
secundaria en clases y que los pobladores están en horario de comida, incluidos
los trabajadores de la mina.
Los sobresaltos son
la constante, pero éstos no son los únicos problemas que viven los habitantes
de La Colorada, ubicada a sólo 45 kilómetros de Hermosillo, la capital de
Sonora.
Millones de
partículas de solución cianurada están suspendidas en el aire, como
consecuencia del riego por aspersión y por goteo que realizan las 24 horas del
día como parte del proceso de lixiviación para la extracción de oro y plata.
Por las mañanas una densa capa de polvo cargada de minerales cubre las
viviendas.
RESIENTEN LA CONTAMINACIÓN
Familiares de los
trabajadores revelan que éstos no pueden inconformarse ni acudir al centro de
salud cuando el padecimiento que presentan no es grave, pues son amenazados de
despido por personal de la minera. Aseguran que ganan en promedio mil 500 pesos
mensuales.
La doctora Priscila
Ibarra Becerra, responsable del centro de salud, comenta que la mayoría de las
consultas que ha atendido en el lapso de un año, han sido por infecciones en
las vías respiratorias, crisis asmáticas y EPOC (Enfermedad Pulmonar
Obstructiva Crónica), las cuales pueden atribuirse a la contaminación que
genera la mina, por cocinar con leña, o bien, por adicción al tabaco.
En el mismo periodo
ha atendido a 42 pacientes de la mina, algunos con daños en la córnea,
lumbalgias, piedras en el riñón y golpe de calor; incluidas dos personas que
sufrieron accidentes graves al caer de una barda de más de dos metros de
altura.
Para Enrique Moreno,
propietario del Rancho La Primavera, es un martirio ser vecino de la mina, sin
embargo señala: “Yo no les voy a vender, yo no me salgo hasta que no me muera,
es un derecho que me dejó mi papá y no me voy a salir, me dijeron que me podrían
dar una lana o buscarme otro ranchito.
“Es un polvaderón
cuando (la mina) truena en el pueblo, se han enfermado muchos niños, andan
juntando casi 300 firmas para querer cerrar la mina, yo también firmé y chambeo
ahí, me quisieron regañar”, comenta Enrique.
Francisca Amparano
narra que la mayor contaminación por polvo se siente en las mañanas y las
noches, pero con las voladuras hasta taquicardia le ha dado con el susto.
Luis Ruiz Aguilar
expresa que aunque el pueblo es pequeño los daños ambientales son los mismos,
la mina tiene ganancias inmensas y al hacérsele reclamaciones sobre daños y
perjuicios alega que son mínimos, porque el precio del oro les ha bajado.
Los efectos de las
voladuras son muy potentes y habían prometido no hacerlas en horario de clases,
reclama Aristeo Durazo al explicar que hay tiros de las minas viejas debajo del
pueblo y eso provoca vibraciones más fuertes.
Las cuarteaduras de
los hogares son visibles y las reparaciones, superficiales, dice Jesús Hanibal
Ruiz Aguilar, al referir que las viviendas sufren daños estructurales y de ello
no se encarga la mina, sólo se limita a “parchar” paredes y los dueños están poniendo
su dinero para evitar que el techo les caiga encima. Asegura que la mina les
pide la mitad del costo de la reparación porque no tiene presupuesto.
ALMACENA TONELADAS DE EXPLOSIVOS
Armando Rodríguez
Valencia, alcalde de La Colorada, municipio que cuenta con cerca de 3 mil
habitantes, asegura que no hay quejas de pobladores por los inconvenientes que
produce la mina, sólo una inconformidad colectiva (120 firmas) por unas
cuarteaduras que presentó la iglesia del pueblo, pero la Unidad Estatal de Protección
Civil (UEPC) dictaminó que no eran a causa de las voladuras, sin embargo, la
mina la rehabilitó. Además, desconoce la cantidad y cómo se destinará el nuevo
impuesto minero en su municipio, ya que el recurso aún no llega.
A la fecha, La
Pitalla no ha invertido en obras comunitarias ni se ha beneficiado a la
población de alguna manera, dice. Paga poco más cinco mil pesos al mes y
alrededor de 63 mil pesos anuales de impuesto predial por su propiedad de mil
hectáreas, fraccionadas en terrenos comercial y de agostadero.
La administración
municipal que encabeza al momento no ha otorgado permisos para uso de
materiales explosivos, sin embargo, el alcalde que le precedió sí le otorgó
anuencia.
Según documentos en
poder de EL UNIVERSAL, con membrete de la Secretaría de la Defensa Nacional
(Sedena), se otorgó a la minera una anuencia, con fecha 17 de febrero de 2012,
que certifica y expide la primera autoridad administrativa de La Colorada,
Romeo Ernesto Porchas Serecer, para que se almacene en el Polvorín No. 1,
material explosivo y sus artificios que se usarán en las actividades de
exploración y/o explotación minera.
El documento señala
que “el polvorín ubicado en inmediaciones de la mina La Colorada, ubicada a la
altura del kilómetro 45 de la carretera Federal #16 Hermosillo-Tecoripa, a 100
metros al sureste del poblado La Colorada, Sonora; en el municipio de La
Colorada, Sonora. Destinado para almacenar 30 mil kilogramos de alto explosivo,
100 mil kilos de agente explosivo; 10 mil metros de cordón detonante, será
utilizado por la compañía minera Pitalla, SA de CV”.
También firmó de
conformidad otro documento de Seguridad y Ubicación del Polvorín No. 2, con las
mismas referencias, destinado para almacenar mil metros de conductores y 12 mil
piezas de iniciadores.
“EMPRESA SOCIALMENTE RESPONSABLE”
El gerente de la
mina La Pitalla, Francisco Albelais Boido, informa que la empresa extrae de 40
a 45 mil onzas de oro anuales, que se entregan a Peñoles. En 2014, se
invirtieron 11 millones de dólares en infraestructura y equipamiento.
Genera alrededor de
350 empleos, de los cuales 165 son directos y el resto son contratados por
compañías terceras. El 60% de los trabajadores son habitantes de La Colorada.
Por tercer año
consecutivo ha logrado el distintivo de Empresa Socialmente Responsable (ESR)
por el respaldo a la comunidad, el cuidado al medio ambiente y buena relación
laboral. En 2014 se destinaron 120 mil dólares en estos rubros, precisa el
gerente general de la mina La Pitalla, Argonaut Gold Inc.
La Pitalla tiene una
dimensión de mil hectáreas, de las cuales 300 se utilizan para depositar el
material estéril. Ahí, a diario se remueven 50 mil toneladas de material con
contenido de oro.
Reconoce las
denuncias de los pobladores: “Somos el vecino incómodo, tratamos de minimizar
cualquier efecto negativo a la comunidad, sabemos que las voladuras son
ruidosas, hasta (provocan) daños a casas habitación, y tenemos sismógrafo para
ver qué tanto daño estamos ocasionando a la comunidad”.
Presentamos a la
Semarnat estudios de calidad del aire y estamos dentro de la norma, en cuanto a
las vibraciones también estamos por debajo de .5 pulgadas por centímetro y la
norma marca dos”, asegura.
“La solución tiene
reactivos, tenemos un patio de lixiviación tenemos cianuro en baja
concentración, el riego se hace durante las 24 horas con una solución con
cianuro a baja concentración y cal para neutralizar. El año pasado tuvimos una
inspección de la Profepa y salimos bien”, refiere.
Comenta que no existe
riesgo de un derrame de tóxicos, ya que toda el agua dentro de la mina se
recicla.
La Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente (Profepa) recibió una denuncia ciudadana
contra la mina en 2013; en la visita de inspección detectó que no contaba con
una red de monitoreo de partículas y le dictó como medida la instalación de la
red, posteriormente, al hacer la visita de supervisión consignó que la empresa
cumplió con la observación y cerró el expediente en 2014.
MUNICIPIO DE HISTORIA MINERA
La reseña histórica
del municipio de La Colorada refiere que la zona mineralizada conocida por
Minas Prietas y La Colorada fue descubierta por los mineros jesuitas entre los
años de 1740 a 1743.
Vetas y mantos
mineralizados fueron explotados por varios años, por el sistema de arrastras y
amalgación en los reales de minas de la Placita o Candelaria del Aigame y
Zubiate, con gran éxito; posteriormente, y hasta 1790, quedaron suspendidos los
trabajos, debido a las constantes depredaciones de las diversas tribus indígenas
que asolaban la región.
En 1895 una nueva
compañía minera organizada en Londres, Inglaterra, por Charles Butters, llamada
London Exploration, compró la gran central, Las Ánimas, La Verde, aplicando el
sistema de cianuracion para el beneficio de minerales, por primera ocasión en
la República Mexicana, extrayendo mensualmente desde 124 hasta 155 en
Kilogramos de oro equivalente a 4 mil y 5 mil onzas.
En La Colorada hubo
cuatro representaciones diplomáticas: de Italia y Francia a cargo de los
señores don Pedro y don Serafín Pinelli, de Inglaterra y Estados Unidos de
Norteamérica a cargo del don Juan Symons, súbdito inglés de enorme cultura.
(DOSSIER
POLITICO/ Amalia Escobar / El Universal/ 2015-02-12)