El
Distrito Federal enfrenta una guerra por el agua. La batalla del 21 de
mayo por la instalación de una tubería en San Bartolo Ameyalco esconde,
además, otros problemas igualmente graves: la tendencia de los gobiernos
locales a resolver los conflictos a garrotazos, las detenciones
arbitrarias, la presencia de provocadores y la diferencia a la hora de
atender a las comunidades pobres y a las ricas…
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- El 21 de mayo San Bartolo Ameyalco amaneció inundado
de policías. Eran alrededor de 2 mil agentes y granaderos. Iban a
proteger unas obras hidráulicas ubicadas a las afueras del pueblo, pero
por alguna razón decidieron desplegarse en el centro de la localidad y
cerrar los accesos. Horas después ahí se desataría una de las peores
grescas por agua que hayan ocurrido en la Ciudad de México.
Días
después de la batalla que dejó 200 lesionados y cinco detenidos, los
habitantes exigen al delegado de Álvaro Obregón, Leonel Luna Estrada,
que aclare los hechos, que respete el derecho a la autodeterminación y
que justifique a cabalidad la obra hidráulica que conectará el Sistema
Lerma-Cutzamala con esa zona, reconocida por sus recursos acuíferos. De
hecho, Ameyalco significa “Lugar de manantiales”.
La
gente de San Bartolo Ameyalco también está indignada por el uso de la
fuerza pública para cercar e infiltrar a la población, amén de instalar,
a golpe de tolete, una tubería de más de tres kilómetros.
La
mayoría de la gente en San Bartolo no quiere hablar con los reporteros
por “las mentiras que se dijeron en la televisión”. Sin embargo, algunos
familiares de los cinco detenidos y encarcelados en el Reclusorio
Oriente –acusados de agredir a los miles de policías– cuentan a Proceso
el operativo, bajo condición de anonimato.
San Bartolo
Ameyalco está ubicado al poniente del Distrito Federal, a un costado de
Las Águilas y Santa Fe, zonas de nivel de vida mucho más alto. En las
últimas décadas el crecimiento demográfico formó colonias en torno al
poblado, y todas requirieron agua. Solían abastecerse con el manantial
de San Bartolo, pero la demanda era excesiva. Desde 2002 las autoridades
intentaron solucionar el problema. No tuvieron mucho éxito y el año
pasado se desató la tensión por el resguardo y manejo del líquido.
En
2013, la delegación propuso dotar a toda la región con dos tomas de
agua. Una provendría del manantial y otra del Sistema Lerma-Cutzamala,
pero los bartolenses no aprobaron el plan. De cualquier modo, la obra se
inició en el tanque Zacamulpa, por lo que en mayo de ese año los
pobladores instalaron un campamento para evitar la construcción.
Actualmente
los habitantes denuncian que colonias pobres, como Ixtlahuaca y Torres
de Tepito, no tienen el servicio de agua, al contrario que en Villa
Verdún, Rancho San Francisco y Ciudad de Santa Fe, fraccionamientos más
adinerados…
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1961 de la revista Proceso, actualmente en circulación.