miércoles, 3 de julio de 2013

LA MAFIA FINANCIERA DE LOS LEGIONARIOS DE CRISTO

Emeequis

México.- Ya se sabe que Marcial Maciel Degollado dedicó su vida a tareas poco espirituales –acosar sexualmente a niños y jóvenes, entre otras–, pero poco se conoce de otra faceta: la del hombre dotado del talento inigualable para crear una organización financiera trasnacional, diversificada, compleja, multimillonaria, que hizo de los Legionarios de Cristo una mafia financiera.

Maciel y su grupo más cercano crearon decenas de empresas, fundaciones, asociaciones, colegios y universidades, a través de las cuales obtienen donativos por 2 mil 300 millones de pesos al año.

Más: crearon un fondo de inversión en Luxemburgo para manejar millones de dólares y se hicieron con el Banco Compartamos, una auténtica máquina de hacer dinero a costa de los mexicanos de menores ingresos. Ya lo decía Maciel: “No hay mejor negocio que los pobres”.

Agitando su dedo índice, Marcial Maciel Degollado ordenó al recién electo vicario general de los Legionarios de Cristo: “Ya saben, sólo inversiones triple A”.

“Nuestro padre, las inversiones triple A son muy seguras, pero rinden poco”, le hizo ver José Blum Pérez, quien operaba como administrador general de la Legión.

“Salvo las inversiones triple A en armas y pornografía”, respondió, socarrón, Maciel.

La ocurrencia de su patriarca arrancó espontáneas carcajadas de los sacerdotes reunidos en el tercer piso de la sede de los Legionarios de Cristo en Roma, ubicada en Vía Aurelia 677.

“Ya saben: sólo inversiones triple A”, machacó Maciel entre risas, en una orden dirigida al padre Blum y a Luis Garza Medina, el cerebro financiero de la Legión, quien un par de días antes había sido designado vicario general de la congregación.

Los tres hombres más poderosos de los Legionarios de Cristo –Maciel, Garza y Blum– se habían reunido la tarde del 16 de diciembre de 1992 en un pasillo ubicado frente a las habitaciones de Maciel, para hablar del futuro financiero de la orden.

Todos vestidos de sotana, a unos pasos del cuarto y oficina del padre Blum, intercambiaban opiniones sobre las mejores alternativas de inversión para los multimillonarios ingresos que anualmente obtenía la Legión por donativos y a través de sus cientos de colegios y empresas inmobiliarias.

El tema espiritual pasó aquel día a segundo plano, pese a que estaban en la víspera de que el papa Juan Pablo II los recibiera en audiencia para concluir la cumbre de los legionarios en Roma, en el llamado Segundo Capítulo, en el que Maciel –en aquel entonces de 72 años– fue reelecto como superior general.

Eso lo sabe bien el sacerdote Pablo Pérez Guajardo, testigo directo de la charla en la que el fundador de los Legionarios de Cristo “sugirió” invertir en las industrias porno y de las armas.

“Estábamos Maciel, el padre Luis Garza Medina, el padre Blum y en un segundo plano yo, porque estaba recogiendo los papeles de la reunión que ellos habían celebrado”, recuerda Pérez Guajardo, quien perteneció 39 años a la orden y en ese entonces era asistente del administrador general.

Y, por la experiencia de convivir más de tres décadas con ellos, sabe que no era una ocurrencia de Maciel. “Lo que consideraba más importante, lo remachaba; era su forma de dejar en claro lo que quería. Así que el hecho de recalcar ‘sólo inversiones triple A’ era una orden”.

Los asuntos divinos podían esperar, pero no el aspecto terrenal de decidir cómo y dónde invertir cientos de millones de dólares.

* * *

A los ojos de cualquier banquero, Marcial Maciel tenía buenas razones para preocuparse por maximizar las inversiones del complejo entramado empresarial y financiero tejido en torno a los Legionarios de Cristo.

La secrecía que envuelve las finanzas legionarias ha impedido conocer el tamaño del poder económico de la orden. Hasta ahora.

Documentos internos de la Legión y reportes oficiales de la Secretaría de Hacienda obtenidos por emeequis comienzan a dar forma a esa nube difusa: los Legionarios de Cristo reciben –sólo en México– 2 mil 300 millones de pesos anuales a través de sus escuelas, fundaciones, inmobiliarias y empresas.

Y una buena parte de esos dineros son donativos –deducibles de impuestos– recaudados a través deC55 organizaciones “filantrópicas”, educativas e inmobiliarias que nacen de la Legión de Cristo y se extienden por todos lados.

Ese medio centenar de organizaciones legionarias recibieron donativos por casi 4 mil 500 millones de pesos en el periodo 2009-2012, de acuerdo con informes oficiales de la Secretaría de Hacienda entregados en respuesta a solicitudes de acceso a la información.

Así que el grupo empresarial de los legionarios obtuvo mil 125 millones de pesos al año en promedio, cantidad superior a las ventas de 24 de las 500 empresas mexicanas más grandes enlistadas por “Expansión” en 2012.

Los donativos obtenidos equivalen a las ventas anuales de las administradoras de fondos para el retiro de Banorte y Principal, y son superiores a las de Invercap.

También superan los ingresos de la Administración Portuaria de Manzanillo, el principal punto de comercio exterior de México con Asia, y están a la par con los del puerto de Veracruz.

A los donativos habrá que sumar los ingresos por colegiaturas de los más de 100 mil alumnos –desde preescolar hasta posgrado– que atienden en 18 países a través del Consorcio Educativo Anáhuac.

Un informe oficial de la Fundación Altius, organización internacional creada por los Legionarios de Cristo, destaca que 49% de los ingresos de la congregación corresponden a donativos y que el 51% restante derivan de las cuotas de alumnos, programas de cooperación con empresas o instituciones y actividades realizadas por cientos de organizaciones legionarias.

Es decir, los ingresos anuales de la Legión en México suman casi 2 mil 300 millones de pesos.

Si fueran una corporación formal, los Legionarios de Cristo no tendrían problema alguno en ingresar a la lista de las empresas más poderosas del país.

* * *

Pablo Pérez Guajardo colaboró permanentemente en la sede de la dirección general de los Legionarios de Cristo, en Roma, de 1986 a 2007.

Era asistente del sacerdote José Blum Pérez, quien se desempeñaba como administrador de la Legión. Con él colaboraban, en la misma oficina, el sacerdote irlandés Michael Greely (hoy legionario en México); el español Rafael Pascual (actualmente profesor en el Ateneo de Roma) y Jesús Villagrasa, también español y consejero de la Dirección General.

Todos ellos se hacían cargo de la administración, al mismo tiempo que estudiaban Filosofía y Teología.

A Pérez Guajardo le tocó vivir en la sede de los legionarios la crisis por el escándalo de pedofilia de Marcial Maciel.

Fue testigo de que el fundador de los legionarios no acató la orden del papa Benedicto XVI, quien en mayo de 2006 le ordenó retirarse a una vida de oración y penitencia, pues Maciel siguió en su residencia en Roma, operando como líder de la congregación.

Luego, en 2007 el sacerdote Pérez Guajardo fue enviado a México, en donde le comisionaron atender la parroquia de Cancún, Quintana Roo.

Decepcionado por la falta de apoyo y por la tolerancia de los legionarios a los abusos de Maciel, decidió dejar la orden a finales de 2012.

Y de las fuentes de donde salen los millones de dólares de los Legionarios de Cristo sabe bien.

–¿A dónde van a dar los donativos que reciben los Legionarios de Cristo?

“La Legión –explica en entrevista con emeequis– funciona como un corporativo (al principio se llamaba Horizons Inc.), que cotiza en la bolsa de valores y vende acciones. Los capos legionarios viven como Maciel, con hoteles, vehículos y trajes de lujo. Son ejecutivos y tienen en su equipo laicos bien pagados, como los del Grupo Integer, Fundación México Unido y Fundación Altius”.

–¿Sabe si en la Legión existe o existió algún mecanismo para auxiliar a las empresas a evadir impuestos, vía donativos?

“La Legión ha servido para lavar dinero de empresas y dictaduras como la de Pinochet. Los que tienen dinero ‘donan’ a la Legión, que envía el dinero al IOR –Banco Vaticano–, de ahí pasa el dinero a Suiza o a Liechtenstein. Con el Príncipe de Liechtenstein se han armado varios proyectos bancarios. La Legión tiene varias asociaciones civiles e instituciones de asistencia privada que pueden dar recibos deducibles de impuestos.

“La ‘mega misión’ de Semana Santa realizada por Juventud y Familia Misionera es otro gran negocio. Según datos oficiales, participan 10 mil personas y cada una paga una inscripción de mil pesos. Otro negocio es la Fundación Lazos para ayudar a escuelas pobres. En todos los casos llega una mínima parte a los necesitados”.

–¿Conoció algún caso concreto de donativos utilizados para fines distintos?

“La Legión tiene un sistema de administración centralizado. Por tanto, todo, todo, todo lo que entra va a Roma y de ahí se distribuye conforme a presupuestos consolidados. Los donativos son mercadotecnia para conseguir dinero, no se aplican al fin presentado”.

–¿Se destinan a obras sociales?

“Las obras sociales son negocios. Según decía el padre Maciel, no hay mejor negocio que los pobres. Prueba de que no hay acción social de los legionarios es la prelatura de Cancún-Chetumal. En 1970 el papa Pablo VI encomendó a los legionarios el territorio de Quintana Roo. Después de 43 años, ninguno de los dos obispos habla maya, ningún legionario en el mundo habla maya. La zona maya de Quintana Roo está en completo abandono pastoral”.

* * *

Que los pobres son buen negocio lo saben bien en el Banco Compartamos, la líder indiscutible de lo que los especialistas llaman “microfinancieras”, entidades especializadas en el otorgamiento de créditos en pequeña escala.

Las microfinancieras atienden a un grupo sin acceso a servicios financieros. El sector de la población que los bancos tradicionales no quisieron atender ha resultado un gran negocio: las microfinancieras cubren un mercado de 12 millones de mexicanos, familias de bajos ingresos.

Una de las empresas más representativas de este fenómeno es el Banco Compartamos. Sus críticos dicen que ha prostituido el concepto de crear un banco para los pobres, como lo concibió Muhammed Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006 precisamente por haber fundado en Bangladesh un banco para gente que no es sujeto regular de crédito.

Compartamos conduce el negocio como cualquier banco ordinario: busca el beneficio de los inversionistas, no de los clientes.

Maneja pequeños préstamos realizados a prestatarios demasiado pobres como para que les concedan crédito en un banco tradicional. En teoría posibilitan que muchas personas sin recursos puedan financiar proyectos productivos por su cuenta.

Con esa filosofía empezó como una organización no gubernamental, fundada por un grupo católico llamado Gente Nueva, y durante mucho tiempo siguió los preceptos del Banco de los Pobres, el Grameen Bank, de Muhammed Yunus, la microfinanciera más exitosa del mundo.

Pero Compartamos es hoy una sociedad comercial con fines de lucro que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores, muy lejos de esos primeros ideales. Es considerada la institución de microfinanzas más grande de América Latina y el banco más rentable en el territorio nacional.

Cobra intereses que van de 4 a 6% mensual (hasta 70% anual), o lo que es lo mismo: entre 13 y 20 veces más que la inflación mensual promedio reportada por el Banco de México. Eso la ha hecho polémica.

Por eso Yunus, el gurú de los microcréditos, acusó en un viaje que hizo hace algunos años a México:

“Si un banco convencional cobrara las mismas tasas que Compartamos, ¿qué pasaría? ¡Sería linchado! Pero si se trata de prestar a los pobres, de alguna manera resulta aceptable en México.

“Si el Banco de México, por ejemplo, aumenta un cuarto de punto la tasa de interés, se estarían escribiendo editoriales y levantando la voz. Pero hacia las tasas que se cobran a los pobres hay una total insensibilidad”.

* * *

“No hay mejor negocio que los pobres”, escuchó decir a Marcial Maciel el sacerdote Pérez Guajardo, pero la frase no tenía un sentido retórico.

Maciel descubrió hace décadas que los pobres, con sus enormes limitaciones de recursos, podían, no obstante, ser un gran negocio. Por eso se creó el Banco Compartamos, una de las piezas clave en este laberinto interminable de sociedades, fundaciones y empresas que constituyen el centro neurálgico del poder económico de la Legión.

Ya verán qué tan complejo es este racimo de nombres y siglas, aunque al final todos llegan a un punto negro: los Legionarios y su superior general.

El origen central del banco legionario se halla en la asociación civil Compartamos, fundada en noviembre de 1998 por José Ignacio Ávalos Hernández, presidente de Un Kilo de Ayuda, organización y marca propiedad de los legionarios.

La marca se encuentra registrada por Promoción Bundoran, empresa cuyo consejo de administración encabezaba hasta hace poco la cúpula más cercana a Marcial Maciel: los sacerdotes Luis Garza Medina, Evaristo Sada Derby y Álvaro Corcuera.

Ávalos Hernández desempeñaba el doble cargo de presidente de Un Kilo de Ayuda y de Compartamos, A.C. Como secretario figuraba otro legionario: Armando Olivieri Sangiacomo, quien ha fungido como apoderado legal de Cobreces, S.C., la firma controladora de la franquicia de los colegios Del Bosque y propietaria de la marca Regnum Christi, movimiento bajo el cual se integran las 500 consagradas laicas.

Compartamos, A.C., nació con un capital de sólo 4 mil pesos, que dos años después se había multiplicado casi por 5 mil.

El 30 de octubre de 2000 Compartamos, A.C., se integró como accionista mayoritario de Financiera Compartamos, S.A., con una exhibición de más de 19 millones de pesos, para quedarse con 40% del capital total.

El segundo accionista en importancia fue Accion Gateway Fund, organización con sede en EU, dedicada a apoyar el esquema de microcréditos. Aportó 20% del capital.

Otros 16 inversionistas reunieron el resto de los recursos, entre ellos Carlos Labarthe Costas y José Luis Labarthe Hernández, integrantes de la familia fundadora del Colegio Kipling, operado por los Legionarios, así como Fernando Landeros, director de México Unido y presidente de la Fundación Teletón, ambas organizaciones ligadas a la Legión.

Fue tal el éxito de la Financiera Compartamos que a mediados de mayo de 2005 aumentó su capital a 379 millones de pesos. Un año después, el gobierno de Vicente Fox autorizó a Compartamos a convertirse en un banco, con un capital de 427 millones.

Lo que había nacido como una asociación altruista se convirtió en un más que lucrativo negocio.

Pasaron algunos años de jauja y el 28 de abril de 2009 ocurrió otro movimiento en la sociedad mercantil. Ese día se formalizó ante notario público el cambio de nombre de Compartamos, A.C. –principal accionista del banco– a Promotora Social México, A.C.

El presidente de Un Kilo de Ayuda fue ratificado en la asamblea como presidente de la nueva organización. Se consolidaba como el vínculo directo de los legionarios en el banco.

Aunque los Legionarios de Cristo ya habían entrado en una severa crisis por la reiterada revelación de los abusos sexuales contra jóvenes seminaristas cometidos por Marcial Maciel y por la difusión de los detalles de su “doble vida”, los pobres no les fallaron.

Los créditos a las familias mexicanas de más bajos recursos y las tasas de interés y las multas por incumplimiento que Banco Compartamos les cobra, proporcionaron los recursos y el combustible para que en sólo 15 años el capital con que inició la organización se multiplicara 342 mil veces.

Para abril de 2013 Promotora Social México ya poseía 544 millones de acciones del banco –32.8 por ciento del capital –, con valor de mil 368 millones de pesos.

Los legionarios consolidaron así uno de los puntales de la trasnacional financiera en que convirtieron a la orden: en México el banco ya tiene 500 sucursales, sobre todo en zonas populares, y ha comenzado un proceso de invasión a otros países.

Su modelo de microcréditos caros a gente pobre llegó a Latinoamérica.

En 2011 abrió Compartamos Guatemala y adquirió la Financiera Crear en Perú. En puerta está la expansión a Honduras, El Salvador y Panamá, en donde ya registraron su marca.

Además, lanzó la Red Yastás, que ofrece pagos de servicios y recarga de tiempo aire, y el año pasado organizó Aterna, un nuevo servicio de microseguros.

Insiste el sacerdote Pérez Guajardo: “Por eso Maciel decía que no hay mejor negocio que los pobres”.

Eso decía Marcial Maciel, cuyos seguidores en algún momento soñaron con canonizarlo por ser un modelo de cristiandad.

* * *

El sacerdote Pablo Pérez Guajardo se hartó de los legionarios después de 39 años y abandonó la orden en 2012, decepcionado por la falta de apoyo y por la tolerancia de la orden a los abusos de Maciel.

Se refugió en la diócesis de Saltillo, Coahuila, bajo las órdenes del obispo Raúl Vera, desde donde exige a los legionarios que le proporcionen los 7 mil dólares a los que tiene derecho por retiro, pues los desea utilizar para trabajar en las zonas marginadas de la capital de Coahuila.

Pérez Guajardo tiene mucha información de los legionarios, con quienes ya no se siente obligado a nada.

–¿Qué otros medios de financiamiento y captación de recursos tienen los Legionarios?

–Los capos legionarios invierten en acciones triple A, que son las más seguras. La Legión tiene 12% de las acciones en TV Azteca, títulos en diversas empresas y, desde luego, la compra-venta de terrenos. Para que tengan una idea, todo lo que hoy es Lomas Anáhuac eran terrenos de la Legión. Maciel compró toda la loma a precio regalado por estar fuera de la ciudad, incomunicado y agrícola. Con sus contactos políticos logró cambiar el uso de suelo, comunicar la zona. Con sus contactos religiosos consiguió que esa zona no fuera de la Arquidiócesis de México, sino de Tlalnepantla, de modo que no tenía que rendir cuentas al entonces arzobispo, que era contrario a los legionarios.

–¿Las colegiaturas de los colegios Cumbres y de las universidades Anáhuac se contabilizan como donativos?

“Son pagos de los padres de familia, pero los colegios quedan en números rojos al dar donativos a la Fundación Altius y becas para estudios en Roma. Los colegios legionarios no son dueños ni del terreno ni del edificio; los rentan a otra sociedad inmobiliaria de la Legión. El nombre comercial no es el nombre jurídico del colegio. Las colegiaturas de varias escuelas superan los 10 mil pesos mensuales, mientras los salarios del personal docente y no docente son los mínimos”.

–¿Qué otras estrategias empresariales emplean?

“Una de las estrategias de la Legión es afirmar que está en problemas financieros, que no hay dinero porque son muchas las vocaciones, porque ayuda a las misiones mayas en Quintana Roo, porque han bajado los donativos o existe una crisis nacional o planetaria.

“Dicen que no hay dinero, pero en 2011-2012 la Universidad Interamericana para el Desarrollo ganó 600 millones de pesos. La Legión es dueña de Banco Compartamos y si hacemos auditoría a la Universidad Anáhuac y a cada colegio nos sorprenderemos de las ganancias.

“En México hay colegios legionarios –ahora se llama Red de Colegios Semper Altius porque legionarios es marca quemada– que cobran 10 mil pesos mensuales de colegiatura”.

–¿Qué otras vías utilizan para allegarse fondos?

“Una de las estructuras para recaudar dinero es la Fundación Altius. Al igual que en el campo inmobiliario, la Legión cuenta con un red de asociaciones que dan la impresión de no tener nada en común. La mayoría no tienen connotación religiosa, como la Fundación Lazos. Otras han iniciado como ayudas y se han convertido en auténticos negocios”.

–¿Los donativos se canalizan a organismos ligados a los legionarios?

“A los legionarios no les importan los pobres. ¿Alguna vez han visto a Fernando Landeros cambiar pañales a un niño del Teletón? ¿Lo han visto dar terapias? ¿Cuándo han visto a un legionario atendiendo niños Teletón? Se habla de Mano Amiga como escuela de pobres. ¿Cuántos legionarios atienden a los niños pobres de Mano Amiga? Los sacerdotes legionarios están en los colegios ricos y caros.

“Es más, Mano Amiga es un colegio que empieza pobre y se vuelve de paga, para clase media. Este esquema es el que ahora está usando el hermano de Luis Garza Medina, pues el mercado de niños ricos es limitado. En cambio, el de clase media y media baja es enorme. No les importa la educación ni los niños, es el dinero lo que los mueve.

“Los legionarios no pierden el tiempo con los pobres o con los de clase media. Eligen sus vocaciones entre güeritos. La Legión se ha convertido en una agencia escort. Te rentan sacerdotes bonitos y caros para tus eventos sociales: bodas, funerales, primeras comuniones. El hijo de Carlos Salinas de Gortari se casó hace unos meses y tuvo en su boda no a un obispo o a un cardenal, sino a un legionario, al sacerdote Jesús Quirce Andrés, rector de la Universidad Anáhuac”.

* * *

Cuando las revelaciones de los abusos sexuales cometidos por Marcial Maciel se habían convertido en un borbotón ya inocultable, la cúpula de los legionarios tuvo una encerrona. Los hombres más cercanos al fundador se citaron a las cinco de la tarde del 30 de marzo de 2006 en una residencia de Lomas de Tecamachalco para tomar decisiones urgentes en la estructura empresarial de la Legión.

El papa Benedicto XVI había ordenado abrir una investigación sobre los excesos y delitos de Marcial Maciel, a quien obligó a renunciar al sacerdocio.

El escándalo cimbró la estructura empresarial de la Legión de Cristo, pues Álvaro Corcuera Martínez del Río, quien fue nombrado sucesor de Maciel, era al mismo tiempo el presidente del Consejo de Administración de las empresas Centro de Actualización y Planeación Pedagógica, Investigación y Estudios Superiores (operadora de la Universidad Anáhuac), Promoción Bundarán (Colegio Irlandés) y Bermúdez Castañedas, S.C., entre muchas otras.

Cuando el Papa ordenó el retiro de Maciel a una vida de oración y penitencia, Corcuera asumió el cargo de superior general de los Legionarios de Cristo y se vio forzado a renunciar a su encargo empresarial.

Su remoción de la Presidencia del Consejo de Administración de la empresa administradora de los bienes legionarios se realizó a finales de marzo de 2006.

En la sesión ordinaria del Centro de Actualización y Planeación Pedagógica SC, se nombró como nuevo presidente a Gabriel Ramón Sotres Sainz, y como integrantes del consejo a Óscar Nader Kuri, Javier Guadalupe García González y Enrique Jiménez Esquivel, todos sacerdotes legionarios, muy cercanos a su defenestrado patriarca.

Fue el primer movimiento para tratar de blindar el complejo financiero-empresarial de la Legión ante la temida intervención de El Vaticano.

Hasta ahora, siete años después de aquellos apurados movimientos, lo han conseguido: el poder económico de los Legionarios de Cristo está casi intacto.

(ZOCALO/ Revista Visión Saltillo/ Redacción /03/07/2013 - 02:47 PM)

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