lunes, 4 de febrero de 2013

EL OTRO LADO DEL CRIMEN EN MÉXICO



Proceso
México.- “Rosa” (nombre ficticio) es una víctima más de la trata de personas en México.

Un hombre la enamoró, la convenció de irse a vivir con él a otra entidad, donde podría conseguir un buen trabajo y viviría mejor.

Sin embargo, la realidad fue totalmente distinta: la joven acabó siendo explotada sexualmente.

La víctima, cuyo nombre se omite por seguridad, es originaria del Estado de México y durante tres meses fue obligada a vender su cuerpo en calles de la colonia Candelaria de esta ciudad.

El destino puso en su camino a un conocido que la ayudó a denunciar a sus captores Gregoria Tentle Nanco, quien se encargaba de vigilarla y “Pedro” el hombre que, con engaños, la obligó a prostituirse.

El amigo de la víctima pasó un día por las calles donde era obligada a venderse. La reconoció y en ese momento se hizo pasar como cliente para poder platicar con ella.

Ahí, en la calle, se enteró del infierno que vivió la mujer durante tres meses, desde que dejó su casa en el Estado de México.

Le contó que Gregoria la llevó cerca de un hotel, donde la mantuvo retenida. Rentó un cuarto y la instruyó para que trabajara ahí. Antes, le advirtió que si no aceptaba las condiciones sería golpeada por otros hombres.

También le platicó que Pedro la amenazaba, la obligaba a prostituirse y la golpeaba si no le entregaba el dinero que obtenía de los clientes, mientras que Tantle Nanco, tía de Pedro, la vigilaba, le decía cómo y cuánto debía pagar por el servicio y le reportaba a su sobrino todos sus movimientos.

Durante tres meses, la mujer se vio obligada a alquilar su cuerpo todos los días, bajo amenaza de causar daño a sus familiares si no accedía.

Finalmente, el 6 de enero, cuando la mujer encontró a su amigo, quien se hizo pasar por cliente, ya en el hotel ambos acordaron que cuando ella se encontrara con Pedro en el Metro Pantitlán lo entregarían a la Policía.

Así lo hicieron y cuando los policías lo detuvieron encontraron en su cartera el dinero producto de los “sexo servicios”.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal informó que Tlante Nanco fue llevada al Reclusorio Preventivo Oriente y ahí el juez 59 penal la sentenció a 15 años de prisión y a pagar una multa de 934 mil 950 pesos. La sentencia de Pedro aún está pendiente.

MÉXICO ENTRE LOS SEIS PAÍSES CON MAYOR ÍNDICE DE TRATA

Junto con Colombia, Perú, Guyana, Guatemala y El Salvador, México es uno de los países de América con mayor incidencia en el delito de trata de personas, según el Reporte Global de Tráfico de Personas 2012, presentado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Peor aún: el 35% del total de mexicanos sometidos a explotación sexual, trabajos forzados o tráfico de órganos, son menores de edad y dos de cada tres son niñas.

Por si fuera poco, el Gobierno federal no cuenta con cifras oficiales sobre el número de personas que son sometidas a ese flagelo y tampoco hay organizaciones interesadas en hacer ese trabajo.

La UNODC calcula que alrededor de 20 mil menores son explotados sexualmente, aunque, según la abogada Leticia del Rocío, especialista en el tema, la cifra podría llegar a los 70 mil.

Después del tráfico de drogas y armas, la trata de personas es el negocio ilícito más rentable del mundo y sus víctimas son la mayoría de las veces, niñas, niños y mujeres.

Las ganancias anuales que genera a las redes criminales este delito, van de los 16 mil a los 32 mil millones de dólares según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

A escala mundial, según un cálculo de la UNODC basado en una muestra de casos detectados en 132 países, el comercio con niños se ha incrementado, de tal manera que 27% de las víctimas del tráfico de personas en 132 países son menores de edad y de ellos dos de cada tres son niñas.

Según el estudio, en América del Norte, Central –incluido México– y el Caribe, se calcula que 51% de las personas explotadas son con fines sexuales, 44% para trabajos forzados, 5% para otros fines como la extracción de órganos o adopciones ilegales.

A pesar de ello, en México son pocas las acciones que se han tomado para prevenir, detectar y castigar este tipo de delitos.

La más reciente fue la promulgación de la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia de las Víctimas de estos delitos, sin embargo, a la fecha está pendiente el reglamento que permitiría ponerla en práctica.

Además, el reporte de la UNODC destaca que si bien los gobiernos han implementado nuevas medidas políticas y jurídicas para contrarrestar ese mal, hay cientos de casos que no son señalados como trata de personas, lo que dificulta la protección de las víctimas y el castigo para los responsables.

Tampoco hay organizaciones que lleven un registro de los casos detectados, porque no es un tema de “suficiente interés” o se toma como esporádico, afirma Mayra Rojas, directora de la organización Infancia Común.

En su opinión el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) debería ser la instancia encargada de estudiar este fenómeno, pero en su Ley Orgánica ni siquiera está estipulado que deba realizar esas acciones, lamenta la activista.

(ZOCALO/ REVISTA VISIÓN SALTILLO/Proceso/04/02/2013 - 04:00 AM)

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