sábado, 17 de diciembre de 2011

EL FRANCOTIRADOR DEL NARCO


Reportaje: Usa narco súper rifle en México.


Intro: Se le conoce como “el ligero 50”, un rifle de francotirador generalmente  confundido en México como “fusil antitanque”. En realidad, es un arma quirúrgica. Y hoy está en la guerra del narco.
 
Víctor Hugo Michel/ Www.twitter/vhmichel
Una de las mejores descripciones sobre la profundidad y el tamaño del problema vino en mayo pasado, en voz de un agente del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos interrogado por el Congreso de Estados Unidos como parte de las investigaciones en torno a los saldos de la Operación Rápido y Furioso.

“En mi opinión, todos estos rifles de calibre .50 en manos de los cárteles (mexicanos) de la droga van a cambiar el resultado de alguna batalla un día”, dijo Carlos Canino, encargado de la oficina del buró en la embajada de Estados Unidos en México.

Se refería a una nueva y peligrosa tendencia en la guerra del narco en el país: los cárteles mexicanos han puesto sus miras sobre el rifle de francotirador más letal del mundo, el Barrett calibre .50, un fusil de origen estadounidense para el que no existe defensa efectiva alguna – sus balas pueden penetrar los más gruesos blindajes— y que en los últimos años ha sido usado en México para distintos actos ilegales, desde intentar derribar aeronaves hasta realizar asesinatos de funcionarios y rivales a distancia, con siniestra precisión.

Agencias estadounidenses y fuerzas policíacas y militares mexicanas se han topado con Barretts lo mismo en embarques fronterizos detenidos antes de cruzar a México como en escenas de crimen y casas de seguridad por todo el país, en posesión de cárteles como el Golfo, Beltrán Leyva y Sinaloa, además de los Zetas y la Familia Michoacana, según se desprende de los resultados de una investigación de MILENIO.

Entrevistas con funcionarios mexicanos, documentos oficiales, cables diplomáticos filtrados a través de Wikileaks y testimonios legislativos, así como respuestas a solicitudes de transparencia, detallan que el rifle calibre .50, producido por la empresa Barrett Firearms Manufacturing de Murfreesboro, Tennessee, ha encontrado su nicho en la guerra del narco y es hoy una herramienta letal altamente codiciada por su poderío.

En Estados Unidos, una bodega de la ATF ubicada en Phoenix a la que tuvo acceso este diario rebosa con al menos una veintena de estas armas, parte de embarques ilegales que fueron detenidos en la frontera entre 2009 y 2010. En México, ejemplares han sido hallados en los últimos 4 años al norte, centro y sur del territorio nacional, de acuerdo a estadísticas obtenidas vía leyes estatales y federales de transparencia.

Las cifras permiten elaborar un croquis detallado sobre el recorrido del arma en el país y revelan que su presencia no sólo se ha extendido, sino que va al alza. Desde 2007 a la fecha, 42 rifles Barrett han sido decomisados por la Policía Federal, la Procuraduría General de la República y las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, además de policías estatales como la de Sinaloa, Baja California y la de Jalisco.

Si a principios del sexenio solo fueron hallados 2, para 2010 aparecieron 13. En 2011, con cifras actualizadas hasta julio y medio año aún por recorrer, 12 ya habían sido encontrados.

Las ciudades en las que han sido decomisados tienen algo en común: todas son plazas calientes. Los registros desclasificados detallan que fusiles Barrett han sido hallados predominantemente en Ciudad Juárez,  Culiacán, Tijuana, Reynosa, Apatzingán, Veracruz, Durango y Nogales, en algunos casos después de enfrentamientos armados.

El impacto y la leyenda del Barrett ha permeado hasta en la narcocultura. Un grupo norteño se hace llamar “Calibre 50” y otro, Colmillo del Norte, le compuso ya su corrido: “Bazucas, cuerno de disco/ lo que el compa manejaba/ puro calibre cincuenta/nomás pa’ que no haiga trabas”.
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A un panorama como este se suman las cifras estadounidenses. Según la comisión bicameral del Congreso de Estados Unidos que investiga la Operación Rápido y Furioso, 34 Barretts adquiridos en distintas armerías cercanas a la frontera ingresaron clandestinamente a México en el periodo comprendido entre 2009 y 2010 como parte del fallido operativo de la ATF. De éstos, únicamente fueron recuperados cuatro. El resto siguen perdidos.

Uno de los rifles que sí apareció fue encontrado en un lugar y fecha significativos: justo después de la masacre más grande en la historia de Sonora, en el municipio de Tubutama. Coincidentemente, muchos de los cuerpos tenían parte del cráneo destruido, como si hubieran sido atacados con un rifle de precisión.

Fuentes de la Policía Federal confirmaron que al menos un Barrett fue usado durante la emboscada que sufrieron elementos de esa corporación en abril de 2009, en Nayarit, cuando 8 agentes fueron asesinados durante un operativo en el que se trasladaba a un operador de los Beltrán Leyva al penal de El Rincón.

La Secretaría de la Defensa Nacional corroboró a MILENIO que un rifle calibre .50 fue encontrado en una casa cercana al punto de la emboscada, aunque no fueron hallados casquillos percutidos. “Al narco le gustan los Barretts porque son armas poderosas, pero no saben usarlas. Es un arma que requiere de mucho entrenamiento”, dijo un oficial castrense consultado.

Si en los cárteles hay quienes los sepan usar, está abierto a interpretación, dados los ataques registrados. Lo cierto es que, acorde a las cifras del Ejército, sus unidades se han encontrado con al menos 14 rifles de calibre .50 durante sus operativos en el país.

 La frecuencia de hallazgos y el valor de las armas ha sido tal que el alto mando de la Sedena giró este año órdenes para no destruirlos y utilizarlos en el entrenamiento de Fuerzas Especiales, a las que ahora se enseña cómo dispararlo en su variante de francotirador.

Aunque no existe una confirmación oficial, otro incidente involucraría el uso de Barretts. Un reporte del Centro Woodrow Wilson turnado al Congreso estadounidense el otoño pasado asegura que en octubre de 2008 un soldado de Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano fue asesinado de un tiro en la cabeza mientras preparaba una redada a la casa de un capo de la droga en Tijuana. El disparo requirió alta precisión: fue abatido mientras se encontraba a bordo de un vehículo en movimiento.

Se cree que la muerte del director operativo de la Policía Municipal de Ciudad Juárez, Francisco Ledesma Salazar, ocurrido en enero de 2008, también fue producto del uso de un calibre 50.

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Si bien los números de Barretts decomisados son bajos en relación al total de armas traficadas desde Estados Unidos a México y palidecen frente a otras con mayor predilección del narco, como el AK-47, su poder y características le ponen en una categoría aparte.

Es una de las armas preferidas por el Ejército estadounidense dada su altísima capacidad de destrucción tanto de vehículos terrestres y aéreos. Se hizo famoso después de una secuencia aparecida en la película ganadora del Oscar en 2008, The Hurt Locker, en la que se muestra un duelo de francotiradores armados con este rifle.

“La única forma de protegerte de un fusil así es ponerte detrás de una montaña”, dijo un agente de la ATF consultado. El Violence Policy Center de Washington, una organización no gubernamental dedicada a combatir el tráfico de armas, asegura que es un arma militar que “de forma incomprensible” ha terminado por hacerse de un lugar entre la población civil dadas las laxas leyes de Estados Unidos.

“El Barrett calibre 50 está específicamente diseñado para destruir objetivos materiales en el campo de batalla a larga distancia. Este rifle antiblindaje es muy superior a cualquier rifle de cacería. Transportes blindados de personal, aeronaves, trenes, depósitos de combustible y hasta bunkers de concreto son vulnerables a su fuego a distancias de mil a 2 mil yardas”, aseguró el centro.

Otro reporte detallado sobre cómo el Barrett está siendo utilizado en México fue ofrecido por Colby Goodman, especialista en armas, ante el Congreso norteamericano en junio pasado.

“Rifles de calibre 50 de tipo francotirador han jugado un papel destructivo en México (…) y han sido utilizados para asesinar a policías mexicanos y funcionarios gubernamentales a bordo de vehículos blindados”, dijo Goodman. Citó las declaraciones de un ex narco vinculado al cartel de Juárez al que tuvo acceso durante su investigación.

“(Nos) describió cómo el crimen organizado mexicano usa los rifles de calibre .50. Dijo: ‘ponemos cuatro de ellos en diferentes puntos de una carretera. Los usamos para proteger el terreno de fuereños”.

(Mañana: El Incidente de los Helicópteros)

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