Reportaje: Usa narco súper rifle en México.
Intro: Se le conoce como “el
ligero 50”, un rifle de francotirador generalmente confundido en México como
“fusil antitanque”. En realidad, es un arma quirúrgica. Y hoy está en la guerra
del narco.
Víctor Hugo Michel/ Www.twitter/vhmichel
Una de las
mejores descripciones sobre la profundidad y el tamaño del problema vino en mayo
pasado, en voz de un agente del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y
Explosivos interrogado por el Congreso de Estados Unidos como parte de las
investigaciones en torno a los saldos de la Operación Rápido y Furioso.
“En
mi opinión, todos estos rifles de calibre .50 en manos de los cárteles
(mexicanos) de la droga van a cambiar el resultado de alguna batalla un día”,
dijo Carlos Canino, encargado de la oficina del buró en la embajada de Estados
Unidos en México.
Se refería a una nueva y peligrosa tendencia en la guerra
del narco en el país: los cárteles mexicanos han puesto sus miras sobre el rifle
de francotirador más letal del mundo, el Barrett calibre .50, un fusil de origen
estadounidense para el que no existe defensa efectiva alguna – sus balas pueden
penetrar los más gruesos blindajes— y que en los últimos años ha sido usado en
México para distintos actos ilegales, desde intentar derribar aeronaves hasta
realizar asesinatos de funcionarios y rivales a distancia, con siniestra
precisión.
Agencias estadounidenses y fuerzas policíacas y militares
mexicanas se han topado con Barretts lo mismo en embarques fronterizos detenidos
antes de cruzar a México como en escenas de crimen y casas de seguridad por todo
el país, en posesión de cárteles como el Golfo, Beltrán Leyva y Sinaloa, además
de los Zetas y la Familia Michoacana, según se desprende de los resultados de
una investigación de MILENIO.
Entrevistas con funcionarios mexicanos,
documentos oficiales, cables diplomáticos filtrados a través de Wikileaks y
testimonios legislativos, así como respuestas a solicitudes de transparencia,
detallan que el rifle calibre .50, producido por la empresa Barrett Firearms
Manufacturing de Murfreesboro, Tennessee, ha encontrado su nicho en la guerra
del narco y es hoy una herramienta letal altamente codiciada por su
poderío.
En Estados Unidos, una bodega de la ATF ubicada en Phoenix a la que
tuvo acceso este diario rebosa con al menos una veintena de estas armas, parte
de embarques ilegales que fueron detenidos en la frontera entre 2009 y 2010. En
México, ejemplares han sido hallados en los últimos 4 años al norte, centro y
sur del territorio nacional, de acuerdo a estadísticas obtenidas vía leyes
estatales y federales de transparencia.
Las cifras permiten elaborar un
croquis detallado sobre el recorrido del arma en el país y revelan que su
presencia no sólo se ha extendido, sino que va al alza. Desde 2007 a la fecha,
42 rifles Barrett han sido decomisados por la Policía Federal, la Procuraduría
General de la República y las secretarías de la Defensa Nacional y Marina,
además de policías estatales como la de Sinaloa, Baja California y la de
Jalisco.
Si a principios del sexenio solo fueron hallados 2, para 2010
aparecieron 13. En 2011, con cifras actualizadas hasta julio y medio año aún por
recorrer, 12 ya habían sido encontrados.
Las ciudades en las que han sido
decomisados tienen algo en común: todas son plazas calientes. Los registros
desclasificados detallan que fusiles Barrett han sido hallados predominantemente
en Ciudad Juárez, Culiacán, Tijuana, Reynosa, Apatzingán, Veracruz, Durango y
Nogales, en algunos casos después de enfrentamientos armados.
El impacto y la
leyenda del Barrett ha permeado hasta en la narcocultura. Un grupo norteño se
hace llamar “Calibre 50” y otro, Colmillo del Norte, le compuso ya su corrido:
“Bazucas, cuerno de disco/ lo que el compa manejaba/ puro calibre
cincuenta/nomás pa’ que no haiga trabas”.
***
A un panorama como este se
suman las cifras estadounidenses. Según la comisión bicameral del Congreso de
Estados Unidos que investiga la Operación Rápido y Furioso, 34 Barretts
adquiridos en distintas armerías cercanas a la frontera ingresaron
clandestinamente a México en el periodo comprendido entre 2009 y 2010 como parte
del fallido operativo de la ATF. De éstos, únicamente fueron recuperados cuatro.
El resto siguen perdidos.
Uno de los rifles que sí apareció fue encontrado en
un lugar y fecha significativos: justo después de la masacre más grande en la
historia de Sonora, en el municipio de Tubutama. Coincidentemente, muchos de los
cuerpos tenían parte del cráneo destruido, como si hubieran sido atacados con un
rifle de precisión.
Fuentes de la Policía Federal confirmaron que al menos un
Barrett fue usado durante la emboscada que sufrieron elementos de esa
corporación en abril de 2009, en Nayarit, cuando 8 agentes fueron asesinados
durante un operativo en el que se trasladaba a un operador de los Beltrán Leyva
al penal de El Rincón.
La Secretaría de la Defensa Nacional corroboró a
MILENIO que un rifle calibre .50 fue encontrado en una casa cercana al punto de
la emboscada, aunque no fueron hallados casquillos percutidos. “Al narco le
gustan los Barretts porque son armas poderosas, pero no saben usarlas. Es un
arma que requiere de mucho entrenamiento”, dijo un oficial castrense
consultado.
Si en los cárteles hay quienes los sepan usar, está abierto a
interpretación, dados los ataques registrados. Lo cierto es que, acorde a las
cifras del Ejército, sus unidades se han encontrado con al menos 14 rifles de
calibre .50 durante sus operativos en el país.
La frecuencia de hallazgos y
el valor de las armas ha sido tal que el alto mando de la Sedena giró este año
órdenes para no destruirlos y utilizarlos en el entrenamiento de Fuerzas
Especiales, a las que ahora se enseña cómo dispararlo en su variante de
francotirador.
Aunque no existe una confirmación oficial, otro incidente
involucraría el uso de Barretts. Un reporte del Centro Woodrow Wilson turnado al
Congreso estadounidense el otoño pasado asegura que en octubre de 2008 un
soldado de Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano fue asesinado de un tiro en
la cabeza mientras preparaba una redada a la casa de un capo de la droga en
Tijuana. El disparo requirió alta precisión: fue abatido mientras se encontraba
a bordo de un vehículo en movimiento.
Se cree que la muerte del director
operativo de la Policía Municipal de Ciudad Juárez, Francisco Ledesma Salazar,
ocurrido en enero de 2008, también fue producto del uso de un calibre
50.
***
Si bien los números de Barretts decomisados son bajos en relación
al total de armas traficadas desde Estados Unidos a México y palidecen frente a
otras con mayor predilección del narco, como el AK-47, su poder y
características le ponen en una categoría aparte.
Es una de las armas
preferidas por el Ejército estadounidense dada su altísima capacidad de
destrucción tanto de vehículos terrestres y aéreos. Se hizo famoso después de
una secuencia aparecida en la película ganadora del Oscar en 2008, The Hurt
Locker, en la que se muestra un duelo de francotiradores armados con este
rifle.
“La única forma de protegerte de un fusil así es ponerte detrás de una
montaña”, dijo un agente de la ATF consultado. El Violence Policy Center de
Washington, una organización no gubernamental dedicada a combatir el tráfico de
armas, asegura que es un arma militar que “de forma incomprensible” ha terminado
por hacerse de un lugar entre la población civil dadas las laxas leyes de
Estados Unidos.
“El Barrett calibre 50 está específicamente diseñado para
destruir objetivos materiales en el campo de batalla a larga distancia. Este
rifle antiblindaje es muy superior a cualquier rifle de cacería. Transportes
blindados de personal, aeronaves, trenes, depósitos de combustible y hasta
bunkers de concreto son vulnerables a su fuego a distancias de mil a 2 mil
yardas”, aseguró el centro.
Otro reporte detallado sobre cómo el Barrett está
siendo utilizado en México fue ofrecido por Colby Goodman, especialista en
armas, ante el Congreso norteamericano en junio pasado.
“Rifles de calibre 50
de tipo francotirador han jugado un papel destructivo en México (…) y han sido
utilizados para asesinar a policías mexicanos y funcionarios gubernamentales a
bordo de vehículos blindados”, dijo Goodman. Citó las declaraciones de un ex
narco vinculado al cartel de Juárez al que tuvo acceso durante su
investigación.
“(Nos) describió cómo el crimen organizado mexicano usa los
rifles de calibre .50. Dijo: ‘ponemos cuatro de ellos en diferentes puntos de
una carretera. Los usamos para proteger el terreno de fuereños”.
(Mañana: El
Incidente de los Helicópteros)
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